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Humanismo y Existencialismo

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1. LA APARICIÓN DE LA "TERCERA FUERZA"

Psicología humanista, concepto:

  • En sentido amplio: conjunto de autores que entienden el ser humano, el objeto y método de la psicología, la patología y su tratamiento claramente relacionados con la tradición filosófica humanista. Surge en la primera mitad del siglo XX: en algunos aspectos, la obra de William James y, en Europa, Ludwig Bingswanger y Medar Boss.
  • Como movimiento de psicología organizado: se gesta durante las décadas cincuenta y sesenta del XX, sometido a influencias de tres tipos: filosóficas, sociales y culturales y propiamente psicológicas.

Influencias sobre la Psicología Humanista:

  • De la psicología: rechazo de las dos psicologías dominantes, conductismo y psicoanálisis, por ofrecer una visión del ser humano deshumanizada, reduccionista, mecanicista y determinista. La psicología humanista se presentará como "tercera fuerza". Este tipo de psicología presenta una gran variedad, por lo que es más apropiado hablar de un movimiento que de una escuela.
  • Factores sociales y culturales: desánimo y desasosiego tras la Segunda Guerra Mundial, la amenaza atómica, la guerra fría y la insatisfacción social.
  • De la filosofía humanista: influirá directamente en el desarrollo en Europa de la psicología existencial, anterior a la eclosión norteamericana de la psicología humanista.
      Representantes: William James, Gordon Allport, Abraham Maslow, Carl Rogers, Ludwig Bingswanger, Medar Boss, Rollo May, Victor Frankl, Eric Fromm, Ronald Laing. 

2. HUMANISMO, EXISTENCIALISMO Y FENOMENOLOGÍA

        El término humanismo se relaciona con las concepciones filosóficas que colocan al ser humano como centro de su interés. El humanismo filosófico resalta la dignidad del ser humano, aunque interpretada de distinto modo en las diferentes formas de humanismo (cristiano, socialista, existencialista, científico, etc). El humanismo puede ser entendido como una determinada concepción del ser humanoy también como un método. Por ejemplo, el humanismo entendido como método está presente en la psicología de William James, quien rechazó todo absolutismo y toda negación de la variedad y espontaneidad de la experiencia y, en consecuencia, reivindicó flexibilidad al describir la riqueza de lo real, aún a costa de perder exactitud. Para el enfoque humanista los conocimientos relevantes sobre el ser humano se obtendrán centrándose en los fenómenos puramente humanos tales como el amor, la creatividad o la angustia. Para referirse al enfoque humanista en psicología se utilizan los títulos: psicología humanista, psicología existencialista, psicología humanístico-existencial.

Influencias del existencialismo y de la fenomenología:

  • Existencialismo: énfasis en la existencia, en cómo los seres humanos viven sus vidas, en la libertad.  Contra las especulaciones abstractas y el cientifismo racionalista. El ser humano no se puede reducir  a una entidad cualquiera, sea esta la de animal racional, ser social, ente psíquico o biológico.
  • Fenomenología: es el método adecuado para acercarse al hombre. Busca descubrir lo que es dado en la experiencia, acercarse a los contenidos de la conciencia sin prejuicios ni teorías preconcebidas por parte del observador. Junto con esta consideración metodológica, la fenomenología ofrece a la psicología humanista otra tesis fundamental: la consciencia es siempre consciencia que tiende a algo, es esencialmente intencional.
  • Filósofos que influyeron: Kierkegaard, Unamuno, Heidegger, Brentano, Husserl, Sartre.
       Una precisión: en Europa la psicología existencial se basa directamente en las propuestas de estos filósofos, en Estados Unidos sin embargo, algunas de las principales figuras de la psicología humanista desarrollan primero sus propuestas y luego encuentran en los filósofos existencialistas una afinidad de planteamientos. Maslow y Rogers reconocen la influencia de estas corrientes filosóficas y la necesidad de fundamentarse en ellas.
      La influencia de la filosofía existencial está más específicamente representada en las obras deBingswangerMerleau-PontyBossRonald LaingDavid Cooper Rollo May.

3. LOS POSTULADOS BÁSICOS DE LA PSICOLOGÍA HUMANISTA

       La psicología humanista es más un movimiento que una escuela, e incluso más aún el reflejo de unaactitud sobre el ser humano y el conocimiento.

Postulados básicos sobre el hombre:

  1. Es más que la suma de sus partes.
  2. Lleva a cabo su existencia en un contexto humano.
  3. Es consciente.
  4. Tiene capacidad de elección.
  5. Es intencional en sus propósitos, sus experiencias valorativas, su creatividad y la comprensión de significados.

Además los integrantes del movimiento comparten:

  1. El afán por centrarse en la persona, su experiencia interior, el significado que la persona da a sus experiencias y en la autopresencia que esto supone.
  2. Enfatización de las características distintivas y específicamente humanas: decisión, creatividad, autorrealización, etc.
  3. Mantenimiento del criterio de significación intrínseca en la selección de problemas a investigar, en contra de un valor inspirado únicamente en el valor de la objetividad.
  4. Compromiso con el valor de la dignidad humana e interés en el desarrollo pleno del potencial inherente a cada persona; es central la persona tal como se descubre a sí misma y en relación con las restantes personas y grupos sociales.
Gordon Allport distinguió dos orientaciones en psicología:
  • La orientación idiográfica: pone el énfasis en la experiencia individual, en el caso único.
  • La orientación nomotética: se interesa por abstracciones estadísticas tales como medias o desviaciones típicas.
      Allport creyó que un riesgo de la psicología que busca la credibilidad científica es la pérdida de lo que tendría ser más importante para la psicología: la experiencia individual. No negó la orientación nomotética, pero reclamó un puesto para la idiográfica.

4. PROPUESTAS DE la psicología humanístico-existencial

4.1. Ludwig Bingswanger

     Discípulo de Husserl y muy influido por Heidegger. Utilizó las categorías heideggerianas en la terapia, tratando de abarcar con ello al hombre en su totalidad, y no sólo a algunas de sus dimensiones. La comprensión y descripción del mundo del paciente son sus objetivos principales: para ello propondrá un encuentro interpersonal libre de prejuicios entre el terapeuta y el paciente.
Criticó a Freud por su énfasis en la visión biologista y mecanicista del ser humano:
  • Su tratamiento del hombre como ser social fue insuficiente.
  • Tampoco comprendió adecuadamente al yo en relación consigo mismo.
  • Ni las actividades humanas en las que el hombre trasciende el ambiente (como el amor o la creatividad). 
A pesar de sus críticas respetó y admiró la persona y obra de Freud.

     Para Bingswanger el punto de partida para comprender la personalidad es la tendencia humana apercibir significados en los sucesos y, por ello, ser capaz de trascender las situaciones concretas. Su énfasis en la importancia de la descripción ha dado lugar a que una de sus principales aportaciones sean las descripciones de los “mundos” de los esquizofrénicos y de las “formas frustradas” de existir (la extravagancia, el retorcimiento, el amaneramiento, p. ej.). De Heidegger tomó el concepto de ser-en-el-mundo (Dasein) y lo utilizó en la terapia, llamada daseinanalyse o análisis del ser-en-el-mundo, que se basaba en los siguientes puntos:

  • Los trastornos psicopatológicos representan una alteración del ser-en-el-mundo.
  • El ser-en-el-mundo tiene estructura y por lo tanto puede ser estudiado, descrito y rectificado.
  • La psicoterapia pretende entender el proyecto existencial de la persona.
  • Busca ayudar a asumir la propia experiencia en toda su plenitud, descubriendo las formas y áreas de alienación, para recobrar la autoposesión y la autodeterminación.
     Estas ideas han influido en la terapia existencial de nuestros días, y en el afán por desarrollar con rigor una teoría de la personalidad que ayudase tanto a la terapia como a la investigación. Se parte de la consideración de que el auténtico significado es el que las personas construyen por sí mismas,  y se propone que las personas construyen ese significado mediante un proceso de toma de decisiones. Los dos modos básicos de toma de decisiones son la elección del futuro o la elección del pasado. Para las posibilidades de desarrollo es la elección del futuro la más adecuada pues facilita el crecimiento y la autorrealización. La elección del pasado impide el crecimiento, al limitar al sujeto a aquello que ya es experiencialmente conocido.

    En cuanto al análisis de las diferencias individuales, se entiende que estas van desde el ser auténtico(verse capaz de influir en la propia vida a través de las decisiones y elegir el futuro en pensamiento y acción)al conformismo (considerarse indefenso ante las fuerzas externas, ser  pasivo, elegir el pasado cuando deciden algo, ...).  En esta línea, la psicopatología existencial muestra especial interés por los estados que incluyen la falta de significado. Medard Boss, uno de los continuadores de Bingswanger y pioneros de la terapia existencial, describió diferentes contenidos y niveles de eficacia en las construcciones sobre el sí mismo y el mundo.

4.2. Rollo May

   Es uno de los más importantes representantes del humanismo norteamericano. Critica el reduccionismo del psicoanálisis freudiano en su tratamiento del hombre, pero no quiere desechar la obra de Freud. Humanista no dogmático:
  • Impulsa la visión humanista de la psicoterapia pero critica la exclusión de los elementos negativos de la naturaleza humana que postulan algunos autores humanistas.
  • Defendió activamente el derecho de los psicólogos a trabajar como psicoterapeutas frente a los intentos de las asociaciones médicas de considerar la psicoterapia como una especialidad médica, pero denunció la evitación de la confrontación con los dilemas del hombre que la psicología ha realizado en su camino hacia la aceptación social.
    Un concepto central en la psicología de May: el dilema del hombreSe origina en la capacidad de éste para sentirse como sujeto y como objeto al mismo tiempo. Ambos modos de experimentase a sí mismo son necesarios para la ciencia de la psicología, para la psicoterapia y para alcanzar una vida gratificante. El psicoterapeuta alterna y complementa la visión del paciente como objeto, cuando piensa en pautas y principios generales de la conducta, y como sujeto, cuando siente empatía hacia su sufrimiento y ve el mundo a través de sus ojos. Rechaza las dos alternativas de la consideración del ser humano como “puramente libre” o “puramente determinado”, argumentando que ambas suponen negarse a aceptar el dilema del hombre. Introdujo como fundamentales en el contexto de la terapia las experiencias existenciales de la ansiedad, el amor y el poder.
   Algunas características que propone para la terapia existencial:
  1. Objetivo de la terapia existencial: aumentar la conciencia del cliente respecto de su propia existencia y, así, ayudar a que experimente su existencia como real.
  2. La técnica debe estar subordinada y seguir al conocer. Debe ser flexible y ajustarse a las necesidades de cada cliente.
  3. El terapeuta y el cliente son dos personas en una auténtica relación. El terapeuta no interpreta los hechos sino que los pone de manifiesto en su relación con el cliente.
  4. Los dinamismos psicológicos no son considerados comunes a la especie humana; se pone el énfasis en la significación particular de las dinámicas del cliente que se derivan del contexto de su vida. El terapeuta no siempre sabe qué es o qué motiva al cliente, y su actitud, más que aplicar una teoría, consiste en escucharle con atención y respeto.
  5. El terapeuta procura analizar todas las formas de comportamiento, tanto de él mismo como del cliente, que impiden el encuentro real entre ambos.
  6. Da mucha importancia al compromiso, que es el verdadero modo de estar vivo.

4.3. Abraham Maslow

      Maslow (1908-1970), una de las figuras más conocidas de la psicología humanista, comparte con otros psicólogos humanistas la propuesta de un sistema holístico abierto a la variedad de la experiencia humana y, por tanto, el rechazo del uso de un método único para el estudio de esta diversidad. Propone integrar el conductismo y el psicoanálisis en sistemas más amplios.
    Tuvo gran interés por las personas humanamente excepcionales, lo que le llevó a una visión del hombre que muestra lo que puede llegar a ser y lo que se puede frustrar.
    El concepto central en la psicología de Maslow es el de autorrealización, entendida como culminación de la tendencia al crecimiento que Maslow define como la obtención de la satisfacción de necesidades progresivamente superiores y, junto a esto, la satisfacción de la necesidad de estructurar el mundo a partir de sus propios análisis y valores.
    Maslow establece su jerarquía de necesidades, la más conocida de sus aportaciones. Rechazó las teorías de la motivación que partían de determinantes únicos de la conducta, proponiendo una teoría de determinantes múltiples jerárquicamente organizadosNiveles:
  1. Necesidades fisiológicas (comida, agua, sueño,...), necesidades que aún perteneciendo a este nivel tan básico tienen un componente de individualidad.
  2. Si estas necesidades fisiológicas son razonablemente satisfechas aparece el segundo nivel: las necesidades de seguridad.
  3. Necesidades de pertenencia y amor. La frustración en este nivel es la principal causa de los problemas humanos de ajuste.
  4. Necesidades de estima, que incluiría la necesidad de sentirse competente, de ser reconocido por los propios logros y de sentirse adecuado.
  5. Finalmente, el hombre se abre a las necesidades de desarrollo, de autorrealización.
     El proceso que lleva a la autorrealización culmina en lo que Maslow llama “experiencia cumbre”, que se siente cuando se alcanza una cota como ser humano, un estar aquí y ahora “perdido en el presente”, con la conciencia de que lo que debería ser, es. Estas experiencias son perfectamente naturales e investigables y nos enseñan sobre el funcionamiento humano maduro, evolucionado y sano. Maslow identifica la sanidad, la autorrealización y la creatividad.

   Cuando el proceso hacia la autorrealización se corta, aparenten reacciones desanimadoras, compensatorias o neuróticas y la conducta se focaliza hacia la evitación impidiendo el desarrollo autónomo. Maslow propone una concepción de la patología, relacionando la privación de los Valores del ser (o Valores-B, de “being”= ser), con la aparición de determinadas alteraciones, que él llama metapatologías y que entiende como disminuciones de lo humano. Por ejemplo, cuando e Valor-B, “verdad” es privado patógenamente y sustituido por deshonestidad, la metapatología especifica que aparece es la incredulidad, desconfianza, cinismo o recelo. 

4.4. Carl Rogers

     Carl Rogers (1902-1987) es uno de los autores más conocidos del movimiento humanista. Su método terapéutico, la terapia centrada en el cliente, o terapia no directiva, parte de la hipótesis central de que el individuo posee en sí mismo medios para la autocomprensión y para el cambio del concepto de sí mismo, de las actitudes y del comportamiento autodirigido. El terapeuta debe proporcionar un clima de actitudes psicológicas favorables para que el paciente pueda explotar dichos medios. Dos rasgos principales de la terapia centrada en el cliente:
  • La confianza radical en la persona del cliente (paciente).
  • El rechazo al papel directivo del terapeuta.
   Para Rogers el ser humano nace con una tendencia realizadora que, si la infancia no la estropea, puede dar como resultado una persona plena: abierta a nuevas experiencias, reflexiva, espontánea y que valora a otros y a sí mismo. La persona inadaptada tendría rasgos opuestos: cerrada, rígida y despreciativa de sí mismo y de los demás.
    Rogers insiste en la importancia que tienen las actitudes y cualidades del terapeuta para el buen resultado de la terapia: las tres principales son la empatía, la autenticidad y la congruencia.
Rogers  quiso comprender y describir el cambio que sufre el paciente cuando se siente comprendido y aceptado por el terapeuta:
  • Se produce una relajación de los sentimientos: de considerarlos como algo remoto se reconocen como propios y, finamente como un flujo siempre cambiante.
  • Cambio en el modo de experimentar: de la lejanía con que primero experimenta su vivencia se pasa a aceptarla como algo que tiene un significado, y al terminar el proceso el paciente se siente libre y guiado por sus vivencias.
  • Se pasa de la incoherencia a la coherencia: desde la ignorancia de sus contradicciones hasta la comprensión de las mismas y su evitación.
  • Se produce también un cambio en su relación con los problemas: desde su negación hasta la conciencia de ser él mismo su responsable, pasando por su aceptación.
  • Cambia igualmente su modo de relacionarse con los demás: desde la evitación a la búsqueda de relaciones íntimas y de una disposición abierta.
  • De centrarse en el pasado a centrarse en el presente.

5. VALORACIÓN DE LA PSICOLOGÍA HUMANISTA

            La psicología humanista tiene en su haber:
  • La defensa de conceptos como subjetividad, experiencia o construcción de significado.
  • Ha influido claramente en las creencias de la sociedad norteamericana.
  • De modo más concreto, destaca por ejemplo la influencia de las propuestas de Rogers sobre la importancia de la actitud del terapeuta y del educador, si no como condición suficiente al menos como condición necesaria.
Críticas
  • Ausencia de validación empírica de sus propuestas. El propio Rogers insistió en la necesidad de unir la psicoterapia a técnicas objetivas como las grabaciones o el uso de test.
  • Excesos en la reivindicación de la subjetividad y el rechazo del experimentalismo.
  • Falta de definiciones operacionales de los conceptos y postulados básicos humanistas, lo que dificulta su investigación.
  • Excesivo énfasis en una visión positiva y optimista del ser humano, sobre todo en los autores norteamericanos.
     Presencia de la psicología humanista: hay una minoría estable de psicólogos que se declaran humanistas; además, es clara la influencia de algunos principios de la psicología humanista en campos como la educación o en los estudios sobre el efecto de la relación terapeuta-paciente en el resultado de la terapia.

Psicología Humanista

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La psicología humanista. Es una escuela que pone de relieve la experiencia no verbal y los estados alterados de conciencia como medio de realizar nuestro pleno potencial humano. Surgió como reacción al conductismo y al psicoanálisis, dos teorías con planteamientos opuestos en muchos sentidos, pero que predominaban en ese momento; hay que aclarar que contrario al conductismo (de pensamiento reduccionista y limitado) el psicoanálisis se fundamenta en la filosofía humanista y desde siempre ha pretendido que la persona sea responsable de sí misma y de su devenir, por tanto ésta última ha dado muchos aportes al desarrollo de la psicología humanista que hoy se conoce. Pretende la consideración global de la persona y la acentuación en sus aspectos existenciales (la libertad, el conocimiento, la responsabilidad, la historicidad), criticando a una psicología que, hasta entonces, se había inscrito exclusivamente como una ciencia natural, intentando reducir al ser humano a variables cuantificables (conductismo), o que, en el caso del psicoanálisis, se había centrado en los aspectos negativos y patológicos de las personas (la enfermedad humana). Por esto, uno de los teóricos humanistas más importantes de la época, Abraham Maslow, quien incursionó en el psicoanálisis, denominó a este movimiento La Tercera Fuerza, para mostrar lo que se proponía con esta corriente: integrar las formas (aparentemente opuestas) en que se expresaba el quehacer psicológico de la época (conductismo y psicoanálisis).

David Liberman y las criaturas

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En los años 80, David Liberman desplegó una propuesta para la investigación clínica en psicoanálisis con niños. Su planteo aporta una nosografía compuesta por seis estructuras clínicas o para decirlo en sus términos, estilos de juego. Dentro de cada estilo define a su vez, un funcionamiento patógeno (en que describe fijaciones, defensas, tipo de juego predominante y de vínculo en sesión) de uno normal (para el cual define también fijaciones, defensas, tipo de juego y vínculo transferencial). Lo más destacable es que sus consideraciones metapsicológicas se basan en el material que surge del juego concreto del niño en sesión. Este artículo se propone volver a echar luz sobre esta valiosa e injustamente olvidada contribución teórica y clínica. No se trata de una propuesta acabada, más bien está sujeta a múltiples revisiones a partir de la investigación clínica. Creemos sí, que puede resultar un buen instrumento para diseñar investigaciones que profundicen la investigación sistemática en psicoanálisis con niños.

Melanie Klein: una princesa que creo un reino

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La teoría de las relaciones de objeto, desarrolladas por Melanie Klein y sus discípulos, no es una psicología del yo, sino una mitología del ello.

 En un artículo previo analicé el efecto de la migración en la construcción de la psicología psicoanalítica del yo (Delahanty, 1992). El proceso de exilio también contribuyó para la elaboración de la teoría de Melanie Klein. Melanie Klein transita por Viena, Budapest, Berlín y Londres (1). Nociones como la envidia, la importancia de la madre y la reparación, se hallan en conexión con el pecado original, la inmaculada concepción y la expiación. Con todo, la familia Klein estuvo tentada a convertirse al catolicismo, pero se convirtió a la iglesia unitaria, una rama del protestantismo. No obstante, a estas consideraciones el objetivo del presente estudio es conocer el debate de la señora Klein con la señorita Freud iniciado en Viena en 1927. Comprender los procesos subjetivos en el pleito y enmarcarlo en un nivel epistemológico para revelar las diferencias teórico-técnicas del psicoanálisis del niño.

El debate se transportó posteriormente de la arena vienesa a la londinense. Aquí conviene analizar el estado teórico de ambas autoras en ese momento histórico, es decir, entender sus conceptos sobre las relaciones de objeto en la discusión de 1942-1944. El impacto de la controversia en la institución científica psicoanalítica es revisado por Holland (1990) quien subraya el carácter positivista del conocimiento en la tradición británica en los debates (2) Sobre éste debate en concreto King, y Steiner (1991) realizan una reseña histórica. Según Laurent (1997), Lacan reflexionó críticamente sobre las nociones de ambas autoras en el debate en el Seminario 4 La relación de objeto (1956-1957).
En el conflicto surgió una solución de compromiso que evitó la escisión institucional de la Sociedad Británica de Psicoanálisis con la conformación de un grupo intermedio creado por Winnicott, un espacio transicional.
El psicoanálisis infantil como técnica de tratamiento de una relación directa niño - analista, comenzó realmente con Hermine Hug-Hellmuth desde 1913 (3). Su técnica combinaba la interpretación del material inconsciente a través de la observación del juego compartido en los hogares de los pacientes con apoyo pedagógico. Durante la década de los veinte Melanie Klein y Anna Freud elaboraron sus enfoques sobre la cura analítica del niño (Kris, 1933). La primera sobre la interpretación de los símbolos de lo inconsciente y la segunda sobre las defensas del yo.
El primer encuentro de Anna Freud y Melanie Klein fue en la Sociedad Psicoanalítica de Viena el 17 de diciembre de 1924. Anna Freud mostró cautela ante la teoría de Melanie Klein. Sin embargo, comenzó su ataque en la Sociedad Psicoanalítica de Berlín en septiembre de 1927, con una disertación sobre la técnica del psicoanálisis del niño, Melanie Klein solicitó a Jones que le organizase un simposium para responder institucionalmente a la crítica de Anna Freud. Más adelante Waelder la criticó teóricamente en Viena en 1935 y Melanie Klein no pudo enfrentarse al grupo de Viena en 1937 de manera directa.

1. La técnica de Anna Freud.
Anna Freud propone un periodo de preparación para educar al niño en un futuro paciente. El intento es establecer confianza, "convertir en interior la decisión exterior de analizarse". Emplea tres semanas de prueba, trata de convencer a los padres del beneficio del tratamiento, con el objetivo de "crear las precondiciones necesarias para iniciar un verdadero análisis: la conciencia del sufrimiento, la confianza y la resolución de analizarse" (A. Freud, 1927, p. 21). Durante este periodo de prueba la analista tejía y hacia labores de punto, ayudaba al paciente a redactar cartas y cuentos. En el momento en que se establece el vínculo de confianza se inicia el periodo analítico, o sea, la transferencia positiva (4).
La psicoanalista obtiene información de los padres para completar la historia del caso y se entrevista con ellos periódicamente para conocer el avance de la cura. Por su parte la familia colabora en el análisis con reportes sobre el niño.
Las técnicas durante el tratamiento son la interpretación de los sueños en búsqueda de los rastros, junto con el niño. Otro recurso es la narración de los ensueños diurnos. El dibujo es un auxiliar para visualizar la problemática del paciente y finalmente, el juego es útil corno procedimiento analítico.
Es básico el análisis de la transferencia con énfasis en la positiva. Incluso se acude a todos los recursos disponibles para disolver la transferencia negativa, porque sus manifestaciones son vivencias como obstáculo cuando se pretende liberar material reprimido de lo inconsciente, causando la resistencia del yo. Anna Freud subraya que en realidad el niño es incapaz de establecer la neurosis de transferencia porque sus padres se encuentran presentes en su ambiente inmediato. El enfoque consiste en dirigir la estrategia hacia el hogar del niño. El mundo exterior es importante para comprender la dinámica afectiva del niño. "Son evidentes las múltiples interrelaciones entre... superyó y los objetos a los cuales debe su establecimiento, pudiéndose compararlas a las que rigen entre dos vasos comunicantes" (A. Freud, 1927, p. 84).
La psicoanalista pretende ocupar el ideal del yo del niño y analizar entonces la doble labor curativa y pedagógica (5). Prohibir y permitir, liberar y coartar simultáneamente. La meta del psicoanálisis infantil es desarrollar el yo hacia la síntesis, modificar el carácter, la producción de identificaciones sobre el yo, y alcanzar un superyó tolerante.

2. La técnica de Melanie Klein.
El psicoanálisis del niño comienza en la primera sesión. El trabajo es con las cantidades de angustia y culpa, La angustia es una expresión de las resistencias y la herramienta es la interpretación.
La técnica del juego es la vía de acceso al material inconsciente. Los juguetes son los instrumentos para conocer la fantasía inconsciente (6). Por lo tanto, la conexión es con el inconsciente del niño. "La representación por medio de juguetes en realidad, la representación simbólica en general, al estar hacia cierto punto alejada de la persona misma del sujeto— está menos investida de angustia que la confesión por la palabra hablada" (Klein, 1927, p. 95).
Las transferencias positiva y negativa son manejables. La transferencia negativa se interpreta. En el niño surge la neurosis de transferencia. "Cuando analizo niños —escribe Klein— observo que sus síntomas cambian, que se acentúan o disminuyen de acuerdo con la situación analítica. Observó en ellos la abreacción de afectos en estrecha conexión con el progreso del trabajo y en relación conmigo. Observo que surge angustia y que las reacciones del niño se resuelven en el terreno analítico" (Klein, 1927, p. 101).
El psicoanálisis se ocupa del complejo de Edipo formado con la frustración derivada por el destete. Se analiza la relación con los objetos introyectados en el mundo interno.
El superyó es conformado en la infancia temprana. Por lo tanto comprender su severidad, en relación con los impulsos canibalísticos y sádicos, la castración, la sensación de estar cortado en pedazos, devorado y con terror de las vivencias inconscientes.
El psicoanálisis es aplicado a niños de tres a seis anos de edad. La meta es, no obstante que el superyó se muestra permanentemente como resistente, sin alterar su núcleo, reducir su poder. Comprender la estructura del superyo.

3. Crítica de Anna Freud a Melanie Klein.
Melanie Klein sustituye a la asociación libre por la técnica de juego, instrumento esencial para la observación del niño pre-verbal. Las interpretaciones revelan el significado simbólico oculto en cada juego. Sin embargo, es equívoco porque para Anna Freud el niño en este periodo no cuenta con representaciones. En rigor, la técnica de juego es contra-indicada en los infantes muy pequeños.
El furor de interpretación es un error. Cuando M. Klein interpreta cada pauta de actuación hacia la analista y los objetos del consultorio. "Melanie Klein... cree poder deducir la existencia de una actitud ambivalente del niño frente a su madre cuando aquel se muestra hostil a la analista en la primera sesión, rechazándola o atacándola". (A. Freud, 1927, p. 70). Según Anna Freud que por el vínculo de cariño con su madre es común en el niño no dirigir su afecto a otras personas (sic).

4. Crítica de Melanie Klein a Anna Freud.
Los juicios de Klein son contundentes y certeros. Están dirigidos a los graves errores de Anna Freud que implican su desvío a la esencia de la técnica psicoanalítica. El procedimiento de Melanie Klein es desmontar, con lucidez, cada una de las ideas de Anna Freud. No deja títere con cabeza. En primer lugar Anna Freud no analiza el complejo de Edipo. Tampoco revisa con profundidad las pulsiones. Emplea la angustia para su servicio y no intenta resolver los sentimientos de culpa. Con todo, no promueve la neurosis de transferencia porque deja pasar sin tocar, la transferencia negativa. "El peligro temido por Anna Freud, de que el análisis de los sentimientos negativos de un niño hacia sus padres arruinará su relación con éstos, es siempre y bajo toda circunstancia inexistentes " (Klein, 1927, p. 125). Para Melanie Klein el análisis de niños muy pequeños revelan las tendencias hostiles, los sentimientos de culpa originados por la frustración oral, y edípica, que iluminan la sesión con estos contenidos y libera al paciente.
Otra crítica es introducir asuntos pedagógicos, en lugar de ajustarse al método de psicoanálisis, incluso, convertirse en agente educativo desvía su desempeño propio del psicoanalista y la consecuencia es el bloqueo de las pulsiones reforzadas a mantenerse reprimidas.

5. Marco teórico psicoanalítico de Anna Freud y Melanie Klein.
El asunto de la discusión técnica sobre la transferencia negativa es el enfoque teórico sobre la agresión, la pulsión de muerte, el complejo de Edipo y el superyó. Si Anna Freud no asume la hostilidad en la transferencia es porque su noción de agresión es una defensa del yo que emplea la proyección, el sujeto entonces considera que la fuente de su ira es el mundo externo.
Por otra parte, la analizabilidad del niño remontada por Anna Freud a la fase de latencia es porque se adhiere al punto de vista genético considerando al superyó como un derivado del sepultamiento del complejo de Edipo. Las normas morales internalizadas son un suelo fértil para el enfoque pedagógico en la cura. En cambio, Melanie Klein enfoca el tratamiento psicoanalítico a niños muy pequeños, porque construyó su teoría sobre la referencia de que en la vida psíquica del bebe se encuentra el origen del complejo de Edipo con el destete. y la manifestación del superyó con las fantasías de aniquilamiento. "Pero el comienzo mismo de los deseos edípicos, se conecta, ya con incipiente miedo a la castración y sentimientos de culpa" (Klein, 1928, p. 38).
En el fondo de las críticas se encuentra el marco de referencia epistemológico de las dos autoras. Anna Freud es ambigua a la noción de la pulsión de muerte en 1927, por eso se adhiere relativamente a la teoría de Sigmund Freud. Incluso en la presentación de la guía de los escritos de Freud [1986] señaló que el dualismo de las pulsiones de vida y de muerte se convirtió en motivo de conflicto entre los psicoanalistas, sin asumir ningún rol protagónico.
Melanie Klein asimiló la noción de introyección de Ferenczi y el concepto de fase oral-sádico de Abraham y se adhirió a la pulsión de muerte de Freud. La pulsión de muerte está imbricada con la agresión. Las ansiedades derivadas del complejo de Edipo se manifiestan en el temor a ser devorado y destruido. "El niño mismo desea destruir su objeto libidinoso mordiéndolo, devorándolo y cortándolo, lo que le provoca angustia, ya que el despertarse de las tendencias edípicas es seguido por la introyección del objeto, el que se transforma entonces en alguno de quien se debe esperar un castigo. El niño en consecuencia, teme ahora un castigo que corresponde a su ataque; el superyó se transforma en algo que muerde, devora y corta" (Klein, 1928, p. 39). Para Fenichel (1937) son incomprensibles los estadios tempranos del superyó porque los conflictos entre las pulsiones y la frustración de las pulsiones por el mundo externo es una tendencia que se internaliza.
Melanie Klein construyó su teoría en función de la practica clínica, las manifestaciones de los temores procedentes de la voracidad, la castración, el sentimiento de culpa, generó la reflexión psicoanalítica para construir una nueva epistemología. Su teoría explicativa y comprensiva de los procesos psíquicos del sujeto en su primer año de vida, Petot (1979) reveló que los dos descubrimientos básicos de Melanie Klein son, entre 1927 y 1932, el de una fase de apogeo del sadismo, punto de fijación de la psicosis, y el de un mecanismo, la reparación, que permite superarla.
Para Melanie Klein, según Petot, los objetos introyectados eran objetos malos, amenazadores, ansiógenos y severos más que los objetos reales. Estos objetos introyectados, son el núcleo del superyó. El objeto interno es la introyección —en el interior— de objetos malos atacados por el sadismo; hay imagos buenos y malos, introyección de objetos buenos. Es el mundo interno.
Anna Freud solamente contaba hasta la polémica del ‘27 con la teoría de Freud. Posteriormente la teoría psicoanalítica del yo le proporcionó la cobertura referencial necesaria para sus reflexiones. Su interés por el yo fue simultáneo al de Hartmann, aunque ella se centré en el proceso defensivo. Más adelante, en el transito británico referiremos las aportaciones precisas que Anna Freud asimiló de Hartmann. Pero antes de transferir nuestra reflexión al suelo inglés revisemos el origen de la historia de vida psicoanalítica de Anna Freud y Melanie Klein.

6. Breve biografía de Melanie Klein.
Melanie Reizes (30 de marzo de 1882 - 22 de septiembre de 1960) nació en Viena procedente de una familia judía de Galitzia, con tendencia ortodoxa. El padre estudiante del Talmud. Su madre de apellido Deutsch vino de Eslovaquia. La hija no fue objeto de mimos.
Melanie pretendió estudiar medicina y psiquiatría pero por la enfermedad del padre abandonó la intención de inscribirse en la Universidad De noche leía a escondida de su madre. Cuando cumplió 17 años conoció a Arthur Stevan Klein, su futuro esposo. El 19 de enero de 1904 nació Melitta, "Meta", detestada (lo siento, un lapsus), destetada a los 7 meses. La madre mostró escaso interés en su hija abandonándola por periodos breves, durante el embarazo de su hijo Hans, sufrió de depresión. Con el tercer hijo, Erich, contrató una doncella de leche. Melanie fue internada por un proceso depresivo durante dos meses y medio en un sanatorio en Suiza.
Inició su análisis por un cuadro depresivo motivado por la muerte de la madre, con Ferenczi, en Budapest de 1914 hasta 1919. Asistió a las reuniones de la Sociedad Psicoanalítica y conoció a Freud en el 5o. Congreso de psicoanálisis en 1918. Ferenczi le sugirió a Melanie que atendiese a niños. Ella presenta sir primer caso clínico en la Sociedad Húngara de Psicoanálisis en julio de 1919, es el caso Fritz que corresponde en realidad a su hijo Erich. En el año de 1923 reporta el psicoanálisis de una adolescente de 17 años Lisa (Melitta). Y finalmente puso en tratamiento a su otro hijo Hans, con el nombre de Felix, 3 veces por semana durante tres años y tres meses (7).
Melanie Klein emigra a Berlín en 1921. Ella fue paciente de Abraham durante 15 meses en 1924 hasta la muerte de él en diciembre de 1925. Abraham le enseño a Klein a redactar historias de casos. El 22 de abril de 1924 presentó una ponencia sobre el psicoanálisis infantil suscitando polémicas en el auditorio, mientras Jones escuchaba absorto. Melanie Klein propuso dictar un ciclo de conferencias a Inglaterra en julio de 1925, y finalmente Jones la invitó para que analizase a sus hijos. En septiembre de 1926 radica definitivamente en Londres y el mes de noviembre es miembro de la Sociedad Británica, primero como visitante.
Melitta a sus 15 años concurría a las reuniones de la Sociedad Psicoanalítica de Budapest. Después estudió medicina en la Universidad de Berlín de 1921 a 1927 y al mismo tiempo concurría a las reuniones de la sociedad psicoanalítica. Melitta Schmideberg (nota: en las circulares de Fenichel esta citada sin la e) estudió con Anna Freud en 1929 y luego con una ponencia la atacó en el X congreso de Lucerna en 1934. Se formó como psicoanalista en 1933 en el Instituto de Londres. Se analizó con Ella Sharpe y después de un año con E. Glover. Glover escribió una reseña contra el libro de Klein en 1933. Analista-analizanda fraguaron un complot contra Melanie Klein y criticaron con virulencia su teoría e incluso Glover difundió historias infames sobre Klein. "Meta’ se declaró enemiga de su madre, atacándola en cualquier momento con una rabia inusitada. Emigró a Nueva York en 1945, trabajando con problemas de jóvenes delincuentes. El día de la muerte de su madre calzó botas rojas brillantes durante su conferencia. Melitta regresó a Londres en 1961 y abandonó definitivamente el psicoanálisis en 1962.

7. Breve biografía de Anna Freud.
Anna Freud (3 de diciembre de 1895 - 9 de octubre de 1982) nació en Viena. Recibe su alimento de una ama de leche. Freud adoraba a Anna por ser díscola y traviesa, pero su favorita fue Sophie. Anna tomó clases de hebreo en la sinagoga los sábados por la mañana.
Freud le habló sobre psicoanálisis a sus 14 años y sentada en un rincón asistía a las reuniones de los miércoles en 1909.
Anna Freud se analizó con su padre desde octubre de 1918 a la primavera de 1922. Lou Andreas-Salomé se convirtió en su madre-analista en 1922. Anna re-inició su análisis con su padre en 1924.
Anna estudió para maestra de Educación elemental. Trabajó en una guardería para niños de familias de trabajadores.
Para su formación analista primero asistió a la clínica psiquiátrica de la Universidad de Viena con Paul Schilder y su segundo ayudante, Heinz Hartmann durante 1924 (8). Entre sus compañeros de formación se cuentan a Reich, Fenichel, Waelder, Hoffer, Sterba, Lampl-de Groot, los Bihring, Hartmann.y Spitz. En este mismo periodo pertenece al comité de Freud y su nombre es registrado en el directorio del Instituto psicoanalítico de Viena en 1925 (9).
Anna Freud analizó al hijo de Dorothy Burlingham (descendiente de la familia Tiffany de Nueva York) en 1925 y se convierten en amigas inseparables desde 1927, viviendo juntas hasta que la muerte de una de ellas las separó. Organizaron una escuela como preocupación para enseñar a los hijos de Dorothy y Peter Blos fue el maestro que les enseñaba alemán y ciencias. La escuela tuvo influencia Montessori (10).

8. Pasaje a Inglaterra.
Freud llega a Londres en 1938. Melanie Klein no pudo visitarlo, en cambio Melitta sí lo visitó varias veces. Melanie Klein invitó a Anna Freud a discutir en privado en 1942. Anna Freud evitó la confrontación teórica y se apoyó en los colegas para que disertaran en su nombre. El grupo inglés se divide en dos, con énfasis en las mujeres. Las discípulas de Melanie Klein: Paula Heimann. Joan Riviere (analizada por Freud), Susan lsaacs, Eva Rosenfeld. Del grupo de Anna Freud: Kate Friedlander, Dorothy Burlingham, Barbara Lantos y Barbara Low. En la Sociedad Británica de Psicoanálisis se realizaron las discusiones controvertidas entre el grupo de Melanie Klein y los emigrantes de Viena y Berlín durante los años de 1942 a 1944 (11). Surgieron dos enseñanzas para la formación. El grupo A (Melanie Klein) y el grupo B (Anna Freud). (Segal, 1979).
El debate se transporta al piso británico. En Inglaterra Winnicott juega un rol de intermediario. Ocupa un lugar especial, en medio de las dos, en un espacio transicional. Constituye entonces el grupo intermedio: Balint, Fairbairn, Ella Sharpe. Los miembros incluyeron las tesis de Klein a las ideas freudianas (Glover, 1966). El esfuerzo de Winnicott está centrado en disolver las disputas.
Envía una carta dirigida conjuntamente a Anna Freud y Melanie Klein con el propósito de distender la tensión en la Sociedad Británica de Psicoanálisis, controlando sus agresiones. El 3 de junio de 1954 escribe con el propósito de disolver los programas A y B para unificar la formación "mi sugerencia es que no solo es verdad sostener que los grupos A y B eran esenciales (diez años atrás y que la adopción de estos grupos salvó a la Sociedad de la escisión, sitio también que en la actualidad ha cesado la razón de este ordenamiento, vale decir, no hay peligro alguno de que sean expulsados los seguidores de la señorita Freud. Tampoco es cierto que uno u otro grupo tenga probabilidades de irse; la Sociedad se ha avenido, como cualquier otra Sociedad, al hecho de que existen discrepancias científicas que automáticamente se aclaran con el correr del tiempo, así como aparecen otras discrepancias nuevas (Rodman, 1987, p. 137). Winnicott crítica que la inclusión del grupo de Klein está en relación de una cadena de analista— analizando y que el grupo de A. Freud es por el tipo de educación, ‘los seguidores de la señora Klein son todos sus hijos y nietos, los seguidores de la señorita Freud fueron todos a la misma escuela" (p. 137).
Sin embargo, el debate implica subjetivamente a las dos autoras y la base objetiva de la polémica es la diferencia del marco teórico de referencia. Entonces, en un nivel de abordaje, la teoría de Melanie Klein evolucionó, y en el simposium de 1942 presentó las siguientes conclusiones.

9. Nociones teóricas de Melanie Klein.
Melanie Klein se adhirió a la pulsión de muerte de Freud. La pulsión de muerte genera la agresión y los contenidos simbólicos de lo inconsciente como la fantasía de devorar. En el comienzo el bebe siente angustia de fuente interna y externa. La pulsión de muerte genera el temor de aniquilar proyectando la angustia persecutoria. La angustia de persecución se observa con los problemas de la alimentación. "los impulsos agresivos del bebé hacia el pecho tienden a convertirlo en su mente en un objeto devorador o semejante a un vampiro, y esta ansiedad podría inhibir la voracidad y en consecuencia el deseo de succionar’’ (Klein, 1952a, p. 212). La primera relación de objeto es una relación con el objeto parcial (pecho) y las pulsiones oral—libidinales y oral—destructivas están dirigidas hacia el objeto parcial. "La imagen del objeto, externa e internalizada, se distorsiona en la mente del lactante por sus fantasías, ligadas a la proyección de sus pulsiones sobre el objeto" (Klein, 1952h, p. 179). Melanie Klein proporciona mayor información sobre las vicisitudes de la relación con el objeto desde la proyección e introyección en función de la gratificación y frustración. Nos basta señalar que en la alucinación de deseos el lactante, según Melanie Klein, ejerce un control omnipotente del objeto interno y externo. Con la reintroyección del mundo externo más realista y tranquilizador se establece dentro de sí los objetos totales. Comienza la organización del superyó. Es el estadio temprano del complejo de Edipo.
Para Melanie Klein el yo se desarrolla por medio de la introyección de objetos. La proyección e introyección actúan desde el comienzo de la vida. Es la posición esquizo-paranoide. La posición depresiva surge cuando el objeto es total, se integra el yo.
En el simposium de 1942-1943, Paula Heinmann (1952a) sostiene que la frustración provoca la agresión hacia el objeto y el odio temprano esta relacionado a las sensaciones del cuerpo. La crueldad sádico-oral y sádico-anal representa a la pulsión de muerte.
Según Joan Riviere (1952) la fantasía narcisista tiende hacia la relación de objeto de tipo negativo porque el objeto recibe la descarga de displacer y agresión. La fantasía del mundo interno se vincula con las relaciones de objeto de la realidad y se fundamentan sobre el pecho bueno y pecho malo (frustrante) (Heimann, 1952h).
Para Susan Isaacs (1952) "las fantasías son el contenido primario de los procesos mentales inconscientes" (p. 83). La fantasía es el representante psíquico de la pulsión. La introyección y la proyección son la base de la vida de la fantasía.
La posición esquizo-paranoide y posición depresiva extendieron la teoría estructural del aparato psíquico (Petot, 1979). Para Hanna Segal (1964) la posición depresiva se vincula con la realidad psíquica con el reconocimiento de sus propios impulsos.

lO. Bases teóricas de Anna Freud.
Anna Freud aceptó la hipótesis de Melanie Klein de los mecanismos de proyección e introyección exclusivamente para las psicosis infantil. En cambio, —escribe Anna Freud— ‘‘choques entre apetencias instintivas opuestas de las series de amor—odio y libido—destrucción. Discuten la escuela de Melanie Klein y otros analistas (la autora entre éstos) si estos choques pueden o no llegar a producirse antes de que se hay a establecido un yo central, con poder suficiente para integrar los procesos psíquicos" (A. Freud, 1950b, p. 40).
Anna Freud (1950b) se adhiere a las hipótesis de Freud con los siguientes supuestos: 1) la pulsión agresiva o destructiva que tiende a desconectar la vida, tiende a asimilar en una fusión a la pulsión sexual; 2) la teoría de la angustia de 1926 en que el yo es un agente en el conflicto entre las demandas de las pulsiones y la adaptación a la realidad: 3) la noción de defensa como técnica para evitar el conflicto.
Anna Freud fundó la Clínica de Hampstead (11). que incorporó las nociones de Hartmann de la esfera libre del conflicto del yo autónomo y la interpretación intrasistema del yo-eIlo-superyó. Asume que en lo inconsciente coexisten los pares antitéticos de actividad-pasividad, masculinidad-feminidad, amor-odio y entran en conflicto cuando emergen a la conciencia (A. Freud, 1964). Li posición teórica de la Escuela de Hampstead es enunciada también en la obra colectiva dirigida por Nagera (1969) (12).
La agresión es una función del yo. En la agresividad la cantidad de energía se encuentra al servicio del yo. Coexisten las dos tendencias pulsionales. Incluso el amor y odio, la agresión y la ternura se manifiestan como derivadas de pulsiones contradictorias. Cuando se fusionan las pulsiones sexuales y agresivas desaparece la tendencia destructiva y surge la sublimación. En la agresividad el monto de energía está al servicio del sujeto. El bebé la dirige contra su propio cuerpo, después contra los objetos animados o inanimados del mundo externo.
El desarrollo de la agresión es insondable con el desarrollo psicosexual. "Una dependencia voraz (oral); una posesividad atormentadora y persecutoria (anal); una continua exigencia de atención y admiración, unida a tina actitud protectora y tolerante hacia el objeto de amor (fálica)". (A. Freud, 1950a, p. 16). En un comienzo las tendencias autoeróticas como la succión de dedos, el balanceo, son narcisistas y no de relación objeto. La madre o niñera estimulan con los cuida-dos las zonas erógenas del niño motivando la elección de objeto (Nagera, 1969). Para Anna Freud (1952) la relación de objeto es gradual, en un comienzo es voraz, egoísta, después con la madre proveedora la relación es permanente.

11. Contribución de Winnicott.
Winnicott genera el grupo intermedio porque construyó la noción de objeto transicional. Un puente entre ambas teorías sobre la relaciones de objeto. El puente entre el objeto interno (Melanie Klein) y el objeto externo (Anna Freud) es el objeto transicional. "El objeto transicional no es un objeto interior (...), sino que es una posesión... tampoco es (para el pequeño) un objeto exterior" (Winnicott, 1951, p. 323).
Para Winnicott en el mundo interior existen fuerzas impulsivas agresivas que se vivencia como persecutorias y amenazantes porque se dirigen al self o al objeto-madre. "En las primeras fases, cuando se están instaurando el yo y el no-yo, es el componente agresivo el que con mayor seguridad conduce al individuo a una necesidad de sentir un no-yo o un objeto externo" (Winnicott, 1950-1955, p. 295).
Winnicott sostiene el pleito entre las dos porque puede reconocer y soportar el odio como una emoción básica. Anna Freud envidió a Melanie Klein y ésta despreció con desdén a aquella. El sitio de Winnicott en el espacio transicional no solamente fue tránsito de objetos, sino, además, un vehículo del odio metabolizado. "Pues lo grave no es el odio tenido así en cuenta, y que el inconsciente de todas maneras arrastra, sino aquello que, bebido todo el odio, conduciría a las represalias. Winnicott alude más de una vez al problema de ‘sobrevivir’ sin apelar a represalias" (Moscovici, 1990, p. 83). El amor y el odio implican agresión. "El niño tiene una enorme capacidad para la destrucción, también es cierto que tiene una enorme capacidad para proteger lo que ama de su propia destrucción, y la principal destrucción siempre existe en su fantasía" (Winnicott, 1939, p. 175).
Existe una zona de ilusión, una zona intermedia que propicia la creatividad primaria y la percepción objetiva. En la vida institucional es una zona intermedia creativa en la cual no hay disputa. En relación con la pertenencia a un grupo suponemos, de acuerdo a la hipótesis de Winnicott, que formar parte o ser distinto de mi se rastrean sus raíces a la relación del bebé con su pulgar. Cuando se afierra al pulgar y se separa disfrutándolo, el dedo entonces es parte del self. En cambio, cuando es percibido como un objeto externo es considerado como distinto de mí. El objeto transitorio en la aproximación no conseguida del objeto externo.
Catherine Clement (1978) sostiene sobre el objeto transicional de Winnicott "Lo que el niño efectúa en su trabajo sobre el objeto transicional en una domesticación del tiempo: se arroga derechos sobre el objeto y torna posesión de é1, al mismo tiempo que lo deteriora sin que nada cambie en la naturaleza del objeto. El objeto atraviesa el tiempo de su amor y de su odio sin sufrir daño: resiste el tiempo (p. 97). Winnicott domesticó el tiempo de la institución psicoanalítica ofreciendo un espacio de transición.
Donald W. Winnicott (1896—1971) nació en Plymiouth, Devon, Inglaterra. Su familia era rica, su padre fue un lord, la madre, era comunicativa. Ambos con sentido del humor. Religión metodista. Habitaban una mansión con un extenso jardín. Donald y sus dos hermanas mayores siempre jugaban. Enfrente de casa habitaban unos primos que compartían sus juegos. Winnicott fue un deportista y en una contienda en la preparatoria se quebró un hueso; en la enfermería eligió la vocación de medico. Estudió en Cambridge, participaba en la vida social cantando y bailando. Descubrió el psicoanálisis a través de un libro de Pfister sobre Freud y comenzó a formarse. Se analizó con Strachey, y después con Joan Riviere. Winnicott analizó a Erich Klein. Como médico le interesaron los niños y se convirtió en pediatra, ejerciendo en el Hospital Infantil de Paddington Green, en Londres. En su experiencia clínica asistió aproximadamente a mil casos de niños. Winnicott se convirtió a la religión anglicana. Como dibujante trazaba permanentemente garabatos. Tocaba piano y le fascinaban Bach, Beethoven y los Beatles.
Otra respuesta al conflicto institucional es el aislamiento ilustrado por Fairbairn, recluido en Escocia, le permitió seguir su propia línea independiente de producción. Sin ejercer ninguna influencia en los dos grupos confrontados. Fairbairn (1952) elaboró las técnicas defensivas como modos de acercamiento o defensa de los objetos. Según Winnicott (1953) el bebé se relaciona con el pecho corno un objeto separado, o sea, la libido en búsqueda de objeto. Fairbairn menciona un sujeto sin mecanismo, ni proceso, si no un sujeto en búsqueda de satisfacción. Endopsíquico. Por supuesto que toma conceptos de Klein o los crea simultáneamente a juicio de Winnicott. Guntrip (1971) consideró a Fairbairn el primero en reconocer la vivencia de la relación de objeto. El objeto interno lo reduce a tres imagos fantaseados, a saber, el objeto excitante, el objeto rechazante y el objeto ideal (13). Michaca (1987) estableció la hipótesis de que ¡a estructura del yo en Fairbairn es una teoría del self y su relación con los objetos. Fairbairn no consideró la teoría estructural porque el yo es una estructura sin energía y el ello una energía sin estructura, atacó la teoría de las pulsiones, incluso rechazó a la pulsión de muerte.

12. Crítica a las contribuciones de Anna Freud.
Anna Freud no construyó ninguna teoría ni modelo teórico. Realizó una síntesis de los mecanismos de defensa y elaboré ¡a noción de identificación con el agresor. Los escritos de Anna Freud fueron de corte clínico y práctico, apoyándose en la observación de niños, combinando con la reconstrucción psicoanalítica (Pumpian-Mindlin, 1966). Para Anna Freud (1952) el bebé aprende a distinguir entre la imagen interna y la percepción de un objeto del mundo exterior. Anna Freud se adhiere a la tesis de Freud sobre la imagen alucinatoria del pecho, sin embargo, no se apoya en el modelo económico del psicoanálisis. Para Rapaport (1951) la tensión se conceptuara cuasi-cuantitativamente corno la catexia (carga) de impulso.

13. Crítica a la teoría de Melanie Klein.
La técnica del análisis infantil kleiniana es aceptada por los teóricos del yo en los siguientes términos, a saber, la neurosis de transferencia. También son reconocidas las defensas tempranas de proyección e introyección, la escisión del yo como defensa, la reacción de la transferencia negativa como resultado de la envidia y la identificación proyectiva (Kernberg, 1969). Sin embargo, cuando los kleinianos y los teóricos del yo realizaron un debate sobre el concepto de identificación proyectiva, en el Centro Sigmund Freud de la Universidad Hebrea de Jerusalén (Sandler, 1987), no todos los teóricos del yo aceptaron el concepto, por ejemplo, Meissner (1987) admite únicamente la noción original de Klein, a saber, que la identificación proyectiva se deriva de la escisión del yo y no la elaboración secundaria del término, ni los desarrollos postkleinianos. A mi me parece que en la discusión se extraña la ausencia de Baranger (1976) quien muestra los aspectos primarios, sádicos, destructivos, y la pulsión de muerte en Klein, sobre la identificación proyectiva en concreto dice "que lo específico de la identificación proyectiva es que mediante una combinación muy arcaica de clivaje de la persona, de proyección violenta de partes importantes de ella misma –o de ella entera- el objeto llega a reemplazar al sujeto o a confundirse con él" (p. 252). Con todo, pienso que los teóricos del yo sustraen la savia de los postulados de Melanie Klein sobre el bagaje de pulsiones orales, anales y de los objetos (buenos y malos) que ocupan la asamblea del mundo interno: loco, siniestro, de fantasmas, corporal, dominado por la muerte, un mundo de objetos peligrosos que atacan, el miedo a la retaliación y la envidia.
El abordaje técnico de la escuela kleiniana aplicado a la cura de los adultos es criticado por Kohut (1977) por ejemplo, con relación al manejo de la rabia, no debe de considerarse un pecado original que requiere expiación, ni un impulso bestial a domesticar, es un fenómeno regresivo, un fragmento aislado por una desintegración de una configuración psíquica más amplia, por eso las interpretaciones kleinianas se escuchan como sanciones o juicios morales sobre la conducta del paciente, una técnica que no considera la empatía como instrumento para la cura.
Tal vez la teoría de la posición esquizo-paranoide de Melaníe Klein sea comprendida en parte con el modelo primario. Sin embargo, es un error incluir en la posición depresiva de la segunda etapa del primer año de vida a las nociones como el inicio del complejo de Edipo, la formación del superyó, porque son categorías comprendidas por el modelo secundario y explicadas por la dinámica de la estructura. En el nivel epistemológico de Freud, Melanie Klein conceptualmente confunde niveles.
El modelo primario, de acuerdo a Rapaport, significa que la tensión es la inquietud que surge de un impulso, pecho y mamar son los medios para reducir la tensión, a la vez son objeto y descarga. El sujeto inviste e] recuerdo de la satisfacción en la huella mnémica. Ante la demora de la descarga emerge la gratificación alucinatoria. Para Rapaport, la estructura de la organización psíquica influye para que la descarga impulsiva no se logre, hay una pre-formación estructural, o sea, la coordinación, entre el impulso y su objeto, constitucionalmente constitutivo. En el proceso interviene entonces, las huellas mnémicas, los umbrales de descarga y los canales de motilidad y secreción. En el aparato psíquico interviene el interjuego entre la contra-investidura derivada de la investidura impulsiva. La representación ideacional y perceptual del objeto es reprimida. La memoria, la percepción y la motricidad se organizan como cohesión del yo. "El yo cuenta a su disposición con una cantidad de catexias ligadas (neutralizadas). La catexia de atención (hipercatexia) se rige por e! estimulo externo o intrapsíquico" (Rapaport, 1951, p. 80).
Categorías como escisión esquizo-paranoide del yo, o fantasías edípicas tempranas, no corresponden a los conceptos de la teoría del yo. El objeto externo es interiorizado por el yo. Cuando Melanie Klein (1952a) relacióna el biberón como un objeto que proviene del pecho simbolizándolo no concuerda con la idea de Piaget (1937) de que el biberón es el objeto más interesante para el bebé del tercer estadio sensorio-motriz, aproximadamente a los seis meses de edad. El biberón oculto desaparece para siempre del escenario, deja de existir para el bebé. Aún no ha formado el esquema permanente del objeto. La representación simbólica aparece más tardíamente en el niño. Por eso no concuerda la hipótesis de Melanie Klein con los hallazgos de Jean Piaget (Sandler, 1975).
Desde la perspectiva de la lingüística, según, Julia Kristeva (2000), las nociones de Klein "son ambiguas, están desdobladas, y operan según una lógica más circular que dialéctica" (p. 20) (15).
Por último, aunque no menos importante, de acuerdo a la epistemología estructuralista - genética de. Goldmann la teoría de Melanie Klein se ubica en un apriorismo racionalista considerada una teoría estática y no genética.


Notas.
1. La migración judía de centro-europa a Inglaterra estuvo conformada por: S. H. Fuchs (Foulkes), Paula Heimann, Kate Misch (Friedlander). Eva Rosenfeld en 1936. Kris, Hoffer, Bibring, Hitschmann, lsakower, Stengel, Sachs en 1937 y 1938. Muchos de ellos emigraron después a los Estados Unidos. Véase nota 10.
2 La revista International Journal of Psycho-Analysis dedicó un número especial para cada una sobre sus contribuciones al psicoanálisis. Cf. "Melanie Klein Centenary Papers", Vol. 64, parte 3, 1983, pp. 251-332; "Anna Freud Memorial Papers", Vol. 64, parte 4, 1983, pp. 375- 444.
3. Hermine Hug-Hellmuth, directora del Centro de Orientación Infantil de Viena fue asesinada por su sobrino de 18 años a quien ella misma crió.
4. Las ideas de Anna Freud se enmarcan en la noción de alianza terapéutica que se establece desde el comienzo. Para el inicio de tratamiento no hay fórmula fija aplicada a todos los niños, cf. J. Sandler, H. Kennedy, y R. Tyson (1980), Conversaciones con Anna Freud. Lo técnica en psicoanálisis de niños. Buenos Aires, Gedisa, 1983.
5. La relación del psicoanálisis y la educación comenzó con Pfister en Suiza en 1916. En la década de los veinte en Viena Willi Hoffer colaboró en el hogar infantil Baumgarten contribuyendo a fundar un proyecto para la futura educación de los Kibbutzim. Bernfeld y Hoffer crearon un hogar para huérfanos judíos de guerra. Las ideas de Bernfeld influyeron en la educación en el Kibbutz, cf. R. Ekstein y R. L. Motto (1971) "Psicoanálisis y educación: un enfoque histórico", en: Del aprendizaje por amor el amor al aprendizaje. Psicoanálisis y Educación. (1969). Buenos Aires, Paidós, 1972.
6. Melanie Klein trajo un cajón del cuarto de sus hijos los juguetes: muñecos de madera, que representan hombres y mujeres de dos medidas, coches, carretillas, columpios, trenes, aeroplanos, animales, árboles, cubos, casas, vallas, papel, tijeras, cuchillo, lápices, grises, pinturas, pelotas, bolitas, arcilla para modelar y cintas.
Los subsecuentes analistas de sus hijos migraron a América: la analista de Erich: Clare Happel, de Frankfurt, se trasladó a Chicago; el analista de Hans: Ernst Sinimel de Berlín, radicó en Los Angeles; la analista primera de Melitta: Karen Horney emigró a Nueva York.
8. Heinz Hartmann (1894-1970) nació en Viena, estudió medicina y trabajó en el instituto de psiquiatría y neurología e la universidad de Viena, se formó como psicoanalista en Viena y un año en Berlín. Se psicoanalizó con Freud y Rado. En Viena permaneció en la sociedad psicoanalítica desde 1920 a 1934. Fue profesor del instituto de formación. Después de la ocupación nazi en Austria en el año de 1938 permaneció en París hasta 1941 fecha en que emigró a E.U. y se instaló en Nueva York. Cf. R. M. Loewenstein (1966), "Heinz Hartmann, psicología del yo", Historia del psicoanálisis, Vol. VI. F. Alexander, S. Eisenstein y M. Grotjahn (comps). Buenos Aires, Paidós, 1968.
9. Esther Menaker se analizó y estudió con Anna Freud en Viena. Como paciente describió a su analista. Era una mujer reservada con tranquilidad y tejiendo escuchaba a su paciente, interpretando en procura de evaluar el material para capturar el impulso inconsciente. cf. Esther Menaker (1989), Cita en Viena. Gedisa, Barcelona, 1990.
10. Maria Montessori fue la primera en reconocer que los niños pequeños necesitan un mundo a su medida en escala, o sea un salón de. clases con muebles sillas y mesas en proporción a su tamaño. Introdujo el concepto de preparación del ambiente. El niño aprende a compartir y a turnarse con los materiales; ella misma construyó materiales: la torre rosa (cubos para edificar), madejas de colores, módulos metálicos de diferente tamaño, palitos de diferente color, etc., el principio pedagógico es que el niño experimente por si mismo y explore con espontaneidad, aunque con relativa dirección, por ejemplo, de corno presentar mejor su producción. Cf. D. Elkind (1976). Child Development and Education. A Piagetian Perspective. New York, Oxford University Press.
11. Durante la migración colectiva de Berlín o Viena a Londres y hacia Estados Unidos en 1938, Joseph Kennedy, a la sazón, embajador de E.U. en Inglaterra, ayudó al grupo de psicoanalistas formado por Kris, los Bibring, Schur, Stengel, Sachs, Isakower, Hoffer. En rigor, los emigrantes que conformaron la teoría del yo, fueron enemigos teóricos de Melanie Klein aspecto que contribuyó para que en los Estados Unidos no prosperara la teoría kleiniana
12. Es curioso que la herencia de Marilyn Monroe disponible para una obra de beneficencia bajo la custodia de Marianne Kris, su analista, fuese destinada a la clínica Hampstead, no obstante Anna Freud se opusiera a que la actriz interpretara el papel de Cecily en la película de Huston sobre Freud, influencia ejercida por la hija de Freud por mediación de Greenson, el segundo analista de Marilyn Monroe. Cf. G. Delahanty (1988), "Marilyn: ¡aquí no es mi lugar!", Vía Libre, número 7, año 1, p. 8-9.
13. En la Clínica Hampstead se ha proyectado una investigación sobre psicoanálisis infantil. Se elabora una memoria psicoanalítica colectiva a través de filmar los informes de los casos por medio de un manual y periódicamente se discute. Simultáneamente se clasifica el material y al año se registra en tarjetas las observaciones clínicas y viñetas.
Guntrip se analizó con Fairbairn en los años cincuenta (1000 sesiones) en Edinburgo y con Winnicott en los sesenta (150 sesiones). Ambos con raíces profundas en Freud. Fairbairn más ortodoxo en la práctica que en la teoría, Winnicott más revolucionado en la práctica que en la teoría. Fairbairn era conservador, ideas con conceptos lógicos, formal en las sesiones sin saludar con las manos, pero humano cara a cara. Winnicott era maternal, cálido y con hipótesis imaginativas. Guntrip acostado en el diván de Fairbairn; y en el consultorio de Winnicott se movía libremente de lugar, sentarse, caminar, cf. H. Guntrip (1975). "My Experience of Analysis With Fairbairn and Winnicott. How Complete a Result Does Psycho-Analytic Therapy Achieve?", en: The Human Dimension in Psychoanalytic Practice. K. A. Frank (comp). New York, Grune & Stratton, 1977, pp. 49-68.


¿Qué es la psicología transpersonal?

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Definiéndola en un solo párrafo, lo más relevante sería decir que se trata de una Psicología que fue cobrando cuerpo desde fines de la década de 1960, como continuación natural de la Psicología Humanista (Maslow, Rogers, Frankl y otros), haciendo hincapié (en sus conceptos y sus técnicas) en ayudar al mayor despliegue de la persona, incluyendo en ello su búsqueda de un Sentido Trascendente en relación a la realidad y a su propia vida.
    Recordemos que la Psicología nació del estudio de personas que padecían severas neurosis o psicosis; eso dio pie a que los posteriores desarrollos de esa disciplina se configuraran a partir de una mirada patologizante de la interioridad humana. El Movimiento Humanista empezó por subrayar que definir el mapa del psiquismo partiendo de la enfermedad distorsionaba la mirada hacia el otro; que, así como existía una Psicopatología, debía estudiarse la Psicología del Bienestar y del Desarrollo, e investigar a las personas que, en su propio despliegue, eran capaces de construir vidas valiosas, admirables, creativas, basadas en valores del Ser (como les llamó Abraham Maslow).
    Así empezó a nacer otra Psicología: otra manera de concebirse a sí mismo y a los demás, otro encuadre para trabajar en la práctica clínica (más sensible y cercano), otra apreciación de los recursos con los que un individuo puede contar para expresar su singularidad y un bagaje de herramientas para apoyar esa expresión fundamental.
 

 
    En los años ’60 suceden distintos hechos que modificarían para siempre a Occidente: desde la guerra de Vietnam a los movimientos pacifistas, la invasión china al Tibet con la diáspora de sus habitantes, el advenimiento de conocimientos desde Oriente (la Meditación, el Yoga, el Tai-Chi, otro paradigma de la medicina…) fueron preparando el terreno para que aconteciera esta necesidad radical: la de incorporar a la Psicología el aspecto espiritual del ser humano (minimizado por el paradigma clásico, y muchas veces visto, inclusive, como una patología). Tan complejo sigue siendo este punto que hasta la palabra “espiritual” suena escurridiza y difícil de decir. Podemos referirnos a ella señalando la búsqueda de un Sentido Trascendente, que va más allá del intelecto y del ego, y sin el cual la vida se vuelve árida y asfixiante, o bien chata y sin vuelo.
    Esta Psicología fue formalmente instaurada por Abraham Maslow y Anthony Sutich en 1969 con la publicación del Journal of Transpersonal Psychology, seguida de la fundación de la Association for Transpersonal Psychology en California (EEUU) en 1972. Posteriormente, destacados terapeutas e investigadores fueron desarrollando sus principales conceptos. Entre ellos cabría destacar a Ken Wilber, Stanislav Grof, Frances Vaughan, Roger Walsh, Charles Tart, John Welwood, y otros.
    Dice Frances Vaughan: “La Psicología Transpersonal nació de la visión compartida de un grupo de psicólogos que se dieron cuenta de que las teorías psicológicas predominantes de la época eran demasiado estrechas para hacer justicia a todo el espectro de la potencialidad humana. Las definiciones de la salud mental se han expandido gradualmente hasta incluir estados óptimos de conciencia.”
    Y también: “‘Transpersonal’ significa literalmente ‘más allá de lo personal’. Con el estudio del desarrollo humano más allá del ego, la Psicología Transpersonal afirma la posibilidad de totalidad y autotrascendencia. La trascendencia se explora y manifiesta a través de la experiencia personal. Una visión Transpersonal de las relaciones humanas reconoce que existimos impregnados en un tejido de relaciones mutuamente condicionadas entre sí y con el entorno natural. Por esta razón, cualquier intento de mejorar la condición humana debe tomar en cuenta los temas globales, sociales y del entorno.” (De su artículo publicado en “La Evolución de la Conciencia”, compilado de Editorial Kairós.)
    En la configuración de la Psicología Transpersonal se fueron fusionando conocimientos y técnicas que ya habían existido en Oriente desde 3000 o más años antes de que Freud naciera: el Budismo Zen y Tibetano, el Taoísmo, el Sufimo, la Vedanta, y también la sabiduría de pueblos originarios de América, generaron técnicas y conceptos referidos a cada aspecto del psiquismo humano: las emociones, su relación con el pasado o el futuro, el vínculo con su cuerpo, sus sueños, su interacción con los demás y con una concepción más grande de lo que la vida pueda significar… Ya Carl Jung (1884-1961) había señalado la importancia de estos antiguos conocimientos para completar la visión del ser humano de este tiempo, (visión sin la cual cualquier Psicología o cualquier terapia queda truncada en su núcleo más vital).
 

    Los recientes aportes de las Neurociencias, en este trayecto, han sido decisivos para lograr una constatación biológica de cómo las antiguas técnicas de Oriente tienen un valor innegable. (Valga como muestra las reuniones que el Mind & Life Institute de Estados Unidos genera para que el Dalai Lama y científicos de distintas disciplinas intercambien conocimientos, publicando sus hallazgos en libros y videos, hoy en día accesibles a quienes quieran ampliar su mapa de la interioridad humana.)
    Hoy en día, el enfoque Transpersonal se ha expandido por los cinco continentes, irradiándose a través de Asociaciones y Centros de Estudios en distintos países del mundo. Diferenes Universidades de avanzada han incorporado este paradigma a la currícula de sus carreras, y se ha vuelto el marco de trabajo de profesionales y científicos de las más variadas áreas, a tal punto que los congresos y convenciones que reúnen a quienes adscriben a este paradigma, convocan a terapeutas, científicos, filósofos, educadores y hasta a líderes religiosos de los más variados sectores, en consonante búsqueda de lograr un enfoque integral del conocimiento humano.

El estigma de sentirse diferente: Virginia Gawel y Marcos Eduardo

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"Inadecuación esencial: el estigma de sentirse diferente" por Virginia Gawel y Marcos Eduardo Sosa

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Del otro lado del vidrio: La lucidez no reconocida como tal puede ser dolorosa. 
¿A qué se refiere esta afirmación? Dicen las antiguas Tradiciones de Sabiduría (o, como le llamaba Huxley, la Filosofía Perenne) que cada ser humano está compuesto de una personalidad y una esencia. La esencia es aquello que éramos aún antes de nacer, y que seguiremos siendo aún después de morir: una porción de lo Sagrado, una parte del Todo. Esa esencia, para insertarse en el mundo de la materia, se reviste de una personalidad : un conjunto de hábitos, de aprendizajes, de mecanismos necesarios para interactuar con el entorno. Y dicen estas Tradiciones que lo que acontece en función de ello es que la esencia va quedando como dormida, aprisionada por esa identidad postiza, ahogada en su frescura inicial. El trabajo interno de todo ser humano es el de despertar a su ser dormido, reencontrarse con su real naturaleza esencial.
Pero hay algunas personas a quienes su esencia no se les duerme del todo: seres sensitivos, interiormente inquietos, que miran la realidad indagando su Sentido. Jamás se quedan con la percepción superficial de la vida, sino que preguntan, - se preguntan-, y, sin saber cómo, deben desarrollar destreza para navegar en sus propias aguas profundas. Pero, tal como Juan Salvador Gaviota se sentía recortado (¡y expulsado!) por su bandada, con frecuencia estos individuos no logran encajar en lo común. A veces, ya de niños o en la adolescencia hacen ingentes esfuerzos por ser "uno más". Sin embargo, no pueden: les resulta imposible renegar de su condición. Es como si una voz interna les requiriera Buscar, procurarse lucidez para hurguetear en lo más hondo de la existencia.
Hemos llamado a este conjunto de sentimientos y conductas el complejo de inadecuación esencial: se definiría como el sentimiento de la persona que, teniendo un nivel de conciencia más desarrollado que quienes lo rodean, no puede asumirlo como tal, sino que lo vive íntimamente como si esto fuera un defecto. Se siente inadecuado en donde todos parecen estar cómodos; se ve incomunicado en donde todos parecen comunicarse con códigos que no logra aprehender; se encuentra buscando los porqués profundos en donde todos transitan livianas superficialidades. Y padece su condición como si fuera un estigma, aunque secretamente puede que sepa que no tiene un defecto, sino un don: el de tener una visión más amplia, una conciencia más integral, en un mundo regido por las apariencias.
Cual si mirara la cotidianeidad a través de un vidrio, no consigue ingresar en los códigos de la mayoría de la gente, y padece de una ríspida soledad. Como el Demian de Herman Hesse, siente que no pertenecen al mundo de todos, y a su vez anhela pertenecer. No necesariamente a ese mundo: a algún mundo . Encontrar sus pares, sus compañeros de Bandada. Pero, ¿quiénes? ¿Dónde? De esas personas queremos hablarle. ¿De nosotros? ¿De Usted?
Los niveles de conciencia y la Inadecuación Esencial: Según las Tradiciones de Sabiduría, no todas las personas tenemos el mismo grado de conciencia. La Humanidad, en ese sentido, estaría constituida como una pirámide. La base de esa pirámide se conforma del grueso de la población: millones de personas cuyas vidas trascurren mecánicamente, sin grandes preguntas, sin búsqueda interna, sin sed de conocimiento. Numéricamente, son los más. En ese nivel básico de evolución, la conciencia de sí y de la realidad es escasa: se sigue el primigenio impulso vital de sobrevivir y perpetuar la especie y, con ello, las necesidades del ego aferrado a la materia. Y esto no depende exactamente del nivel sociocultural, sino de que evolutivamente aún no se ha desarrollado la capacidad de darse cuenta de cómo se es , y de cómo funciona objetivamente la Realidad. En Oriente, a este nivel de evolución primaria se lo metaforiza como "estar dormidos" bajo los múltiples velos de la ignorancia. Pero, como antes decíamos, hay seres cuya esencia no se ha adormecido con lo básico de la vida: personas que se preguntan para qué nacieron, que buscan, con mayor claridad o mayor confusión, cuál es el Sentido del nacer y del morir. Esos seres en proceso de Búsqueda se alinean ascendiendo a partir de la base, hacia la cúspide de la pirámide. Y cuanto más elevado es el nivel de conciencia, menor será la cantidad de individuos que estadísticamente se alineen en cada nivel, siendo ínfimo el número de personas que podrían contabilizarse en la cumbre, donde morarían las conciencias más esclarecidas.
Entre lo que sociológicamente podría llamarse "lo masivo", y el nivel de un Cristo o de un Buda (iluminación), existe, entonces, como una escalera por la que los individuos vamos ascendiendo a medida que evolucionamos . Podríamos graficarlo así:
inadecuacion_esencial
Los sufis tienen un antiguo aforismo que dice: "Dichoso el que tiene un alma; dichoso el que no la tiene; pero llanto y dolor para aquél que la tenga en embrión". ¿A qué se refieren? A que en el extremo de menor conciencia, la inconciencia misma obra de protección respecto del dolor existencial: se está obnubilado, atento a lo trivial, sin grandes preguntas. Y en el extremo opuesto, de mayor conciencia, el dolor ha cesado pues se está en concordancia con la Respuesta. Cuando no se está ni del todo dormido ni del todo despierto, se está en una situación existencialmente difícil: aún se permanece atrapado por el plano inferior, pero ya hay una lucidez que nos permite ver nuestra propia mecanicidad y la del entorno. Esto conlleva sufrimiento, y también la sensación de falta de pertenencia, de inadecuación. Los sufis le llaman a esto "estar sentado entre dos sillas " (¡posición sumamente incómoda!).
A medida que se sube en esa pirámide evolutiva, el individuo va teniendo mayor conciencia de quién es, y de qué leyes rigen la Realidad. Pero quisiéramos señalar un punto de inflexión crítica (marcado en el gráfico por la línea horizontal roja): en la persona que se ubica allí, el centro de gravedad de su conciencia ya no está en el nivel de lo masivo, sino que "se ha despegado" de él; sin embargo, aún la claridad no es suficiente como para comprender por qué se percibe diferente, se piensa diferente, se siente diferente que la mayor parte de la gente. No se participa plenamente de los valores y necesidades del nivel de conciencia anterior, pero aún no se encuentra pertenencia respecto del nivel actual o del siguiente. Aquí es donde se experimenta inadecuación esencial de un modo agudo y doloroso.
Este fenómeno presenta al menos dos variables: puede ser que la persona haya nacido en ese nivel de conciencia, o bien que haya evolucionado hacia él a través de su experiencia de vida. Veamos cada una de estas variables.
El cisne avergonzado: Los viejos cuentos infantiles suelen contener claves cifradas que nos hablan simbólicamente de las realidades del alma. Uno de ellos es la conocida historia del "Patito Feo": un pichón de cisne que, por accidente, había sido incubado por una pata. Al nacer, como es lógico, se crió entonces entre sus hermanos patitos, sin saber que pertenecía a una especie diferente. Más grande que el resto, más oscuro comparado con sus hermanos, su percepción de sí mismo era la de alguien inadecuado y torpe, por más que se esforzara en no distinguirse del resto. Hasta que un día sus plumas grisáceas se fueron volviendo muy blancas, su cuello se estiró grácilmente, y, al ver su imagen en el espejo del lago, se dio cuenta de que era bello, bellísimo... Más armonioso y elegante que sus hermanos, que tanto se habían burlado de él.
Muchas personas que nacen con una conciencia desarrollada son sumamente rechazadas por su entorno: por un lado, porque suelen ser torpes en sus intentos de adaptarse (muy retraídos, hipersensibles, precozmente maduros, críticos, a veces incapaces de adecuarse a los códigos sociales de sus congéneres); por otro, porque con frecuencia son portadores de talentos que se destacan: valores éticos elevados, dotes artísticas, inteligencia notable, capacidad de cuestionamiento, criterio propio... Y esto despierta envidia en sus congéneres, envidia nacida de ver en él encarnadas las potencialidades que quizás ellos mismos no se atreven a expresar. La conjunción de estos rasgos suele ser fatal, sobre todo en la adolescencia y primera etapa de la juventud. En esta etapa será crucial que este tipo de persona pueda ser apoyada para aceptarse a sí misma tal cual es, considerarse valiosa y afirmarse en su verdadera identidad, sin renegar de ese "ser diferente".
No contar con ese apoyo de parte de adultos criteriosos que le ayuden a ver su condición de cisne, suele derivar con frecuencia en la constitución de una personalidad "mal armada" a partir de múltiples mecanismos de defensa, y luego requerirá mucho trabajo interno para desplegar sus peculiares talentos. A veces está pseudoadaptado al entorno; otras, es "la oveja negra" del grupo familiar o de los grupos a los que pertenece: cuestionador, rebelde, autodeterminado, disruptor de estructuras establecidas. Esa personalidad oscilará entre sentirse inferior al entorno, y autopercibirse distorsionadamente como alguien superior, desarrollando una arrogancia secreta sobre su "ser especial". Un delicado equilibrio que, sin embargo, es posible propiciar.
El despertar y la soledad: Pero no siempre la inadecuación esencial se presenta en las primeras etapas de la vida. La segunda posibilidad implica que el individuo descubra este sentimiento recién en su vida adulta: fue una persona eficazmente adaptada al entorno, sin grandes diferencias respecto de sus congéneres: creció como todos, pensó como todos, sintió como todos, consumió lo que todos. Pero, por alguna circunstancia externa o interna, en algún momento (más frecuentemente alrededor de la mitad de la vida ) su orden colapsó, entró en crisis, y comenzó a replantearse el para qué de su existencia.
Cuando esto acontece, es natural que, con mayor o menor lucidez, la persona comience un proceso de Búsqueda (libros, terapia, cursos...). Esta situación modifica su relación con los demás, sintiéndose probablemente aislada respecto de quienes le rodean, -y a quienes quizás anteriormente consideraba muy cercanos-: de pronto ya no comparte sus intereses, sus gustos, sus necesidades. Es más: sus propias inclinaciones actuales pueden resultarle a los demás incomprensibles y hasta cuestionables. Y una parte de lo que le sucede a quien vive este pasaje, es la angustia de ver a sus seres cercanos, a veces aún los más íntimos, inmersos en la confusión, en preocupaciones sin sentido, en banalidades que les hacen sufrir innecesariamente. Pero, en ese proceso aún no se sabe cómo integrar eso que se va percibiendo como el verdadero Sí-Mismo, cómo vincularse con eso. Hacerlo conllevaría un cambio fundamental en el modo en que se encara cada asunto de la propia vida.
Quien rasga ese velo de ignorancia, vivencia una intensa soledad, más allá de que se encuentre rodeado de familiares o amigos. Es justamente ante ellos que experimenta su propio sindrome de inadecuación esencial: ya no puede seguir siendo como era, pero no sabe ahora cómo ser. Siente la necesidad de pares que comprendan de qué se trata lo que está viviendo, pero no sabe cómo ni dónde encontrarlos. Inclusive puede ser que crea que está volviéndose loco, y muchas veces es posible que, efectivamente, necesite de ayuda terapéutica, pero no por estar enloqueciendo, sino para reorganizar su identidad con el menor costo de dolor posible.
La neurosis cruzada: Ir despertando no quiere decir que vayamos quedando exentos de neurosis: por el contrario, quienes están en contacto con su aspecto esencial (ya sea porque, como en el primer caso, nunca lo han perdido, o bien, como en el segundo, porque lo hayan redescubierto en algún punto de sus vidas) necesitan lidiar con muchos de los problemas internos de la mayoría de las personas, más las fricciones propias de quien tiene en sí mismo una dimensión psicológica vertical, además de la horizontalidad propia de todo individuo. Podría denominársele una neurosis cruzada, en la cual aparecen elementos personales no resueltos, mezclados con una fuerte espiritualidad que no logra canalizarse armónicamente.
Así, el terapeuta avezado deberá trabajar con diferentes aspectos específicos propios de este tipo de circunstancia psicológica: depresiones existenciales, tendencia a confundir las experiencias verdaderamente transpersonales o espirituales con lo imaginario, inclinación a eludir el compromiso con la vida, sentimientos de inferioridad (por la mencionada inadecuación) compensados neuróticamente por sentimientos de superioridad vinculados a su "ser especial", etc.
En ese sentido, un aspecto vital de quien aspira a desarrollar su identidad esencial es chequear su mundo interno con quienes puedan ser neutrales al respecto, y que tengan conocimientos como para hacerlo, a fin de evitar las confusiones propias de las personas complejas e interiormente ricas.
Los grupos de pertenencia, en ese sentido, pueden ser fundamentales para que la personalidad se reestructure de un modo sano y armónico. Pero, claro, las personas "raras" en el sentido en que lo venimos describiendo suelen experimentar fuertes dificultades para encontrar seres "de su misma especie". Vayamos a este punto...
La necesidad de encuentro: En el Budismo existe un concepto fundamental que es el de sangha: un grupo de personas comprometidas en su Búsqueda interna, que se vinculan entre sí para apoyarse y ayudarse mutuamente en la investigación de esos reinos. Es como si el básico instinto gregario tuviera una versión sutil, que hace que la persona sensitiva, esencial, tenga imperiosa necesidad de relacionarse con individuos afines. La tendencia masiva de pertenecer a algo más grande que uno, que lo abarque y lo proteja para sobrevivir (resabio atávico de la manada) se sutiliza como una necesidad vital de pertenencia a partir de la comunicación de esencia a esencia.
De hecho, muchas veces cuando ese tipo de comunicación acontece, no siempre está sostenida por una intensa conexión de personalidad a personalidad: puede ser que desconozcamos información básica sobre quién es el otro, cómo vive, a qué se dedica... Sin embargo, su mundo interno, que nos convida al compartir lo que siente, ejerce un efecto de resonancia sobre el nuestro, nos conmociona, y a su vez nos produce la necesidad grata de compartir lo que somos y sentimos. Este circuito resulta sumamente sinérgico , retroalimentándose las personas para generar mayor comprensión de quiénes son y de lo que experimentan.
Suele suceder también que el encuentro entre individuos con afinidad esencial esté rodeado de un sinnúmero de coincidencias significativas (sincronicidades), que resultan sumamente movilizantes para ambas partes, estimulando el compromiso respecto del trabajo sobre sí mismo que cada persona esté realizando (y a veces también generando confusiones y fantasías por la mala interpretación de esas "señales", no tan sencillas de decodificar).
Cuando se experimenta este encuentro entre personas internamente afines, lo que sucede es que, según el esquema del inicio, están en el mismo escalón evolutivo, pertenecen al mismo nivel de conciencia (o similar). Lo que se siente al vivenciar este tipo de comunicación es una profunda conmoción, una honda alegría, y una disminución del sentimiento de aislamiento y soledad.
A veces esa comunicación puede sostenerse en el tiempo, otras veces no. Esto va a depender de diversas variables, pero sobre todo de la sanidad interna de cada miembro del vínculo, que permita no establecer comportamientos neuróticos en la relación, o al menos, si éstos se instalan, advertirlos y trabajarlos individual y conjuntamente.
La autenticidad esencial: Cuando dos o más personas con intereses internos se encuentran, puede suceder el curioso hecho de que en lugar del usual sentimiento de inadecuación, experimenten, por el contrario, familiaridad, sintiéndose "como en casa": no hay nada que forzar, no hay nada que aparentar, ninguna imagen que vender ni que comprar. A veces se establece una rápida fluidez comunicacional, y hasta una peculiar intimidad que, para quien ha padecido el aislamiento sensitivo, se vuelve algo sumamente valioso: un ámbito donde expresarse tal cual se es, sin impostaciones, y donde conocer a otros que se abren bajo las mismas condiciones.
Nuestros tiempos actuales ofrecen el privilegio de crear entornos para este tipo de encuentros: grupos terapéuticos, espacios de reflexión, seminarios sobre temas que hacen al mundo interno... Si bien no todos estos ámbitos son lo que aspirarían a ser, muchos de ellos se vuelven propicios para el Encuentro (sobre todo si están coordinados por personas sensatas que tengan un verdadero trabajo sobre sí mismas).
Otra variable disponible son las actividades que proponen espacios de aprendizaje o de trabajo colectivo a través de internet: los grupos virtuales pueden proporcionar un contexto sumamente válido para el hallazgo recíproco de personas afines, ya sea que se conozcan luego personalmente o no. Nuestra experiencia con seminarios virtuales sobre temas que hacen al conocimiento de sí mismo nos ha mostrado un hecho curioso: la modalidad de aprendizaje a través de la web, cuando está desarrollada con calidez y respeto interpersonal, hace que muchas personas puedan volcar lo que sienten y lo que piensan con enorme autenticidad, tanto en los diálogos por chat como en los foros de debate sobre asuntos específicos. Y el fenómeno grupal que aquí se produce es que la apertura de uno invita a la apertura del resto, la sinceridad de uno abre la franqueza de todos. Y el medio virtual puede proporcionar un descenso de las defensas, y, con ello, de las estrategias habituales de lo más externo de sí. A medida que se establece un vínculo de confianza, puede ser que este tipo de intercambio humano permita sortear las barreras que impone el ego para ir directamente al ámbito de lo interior, lo verdadero, lo que no desea vender ninguna imagen. Aquellos que vibran por resonancia con lo que alguien convida de su sentir, se ven impulsados a participar desde ese mismo nivel de intimidad.
Siendo que las personas con un nivel de conciencia desarrollado no son muchas, el encuentro de dos o más seres evolucionados esencialmente afines es un pequeño milagro que desafía las estadísticas: es difícil, numéricamente improbable, y, sin embargo, posible. La condición para que pueda llegar a producirse es permanecer en actitud de apertura, trabajando consigo mismo y rastreando aquellos espacios y personas que puedan ayudarnos a comprender que no somos raros, inadecuados, inaceptables. Permitirnos descubrir que hay otros "de nuestra misma especie". Cada uno de nosotros vino a ejecutar su instrumento en esta Gran Orquesta. Pero nadie vino a ser solista: hay otros que, lo sepamos o no, están tocando nuestra misma partitura. Sólo debemos abrir los sentidos, escucharlos, y caminar en su dirección...

Publicado en las revistas "Uno Mismo" de Chile (marzo 2004) y de Argentina (abril 2004).

Virginia Gawel: Hermano árbol

La Sombra: el lado oculto de la personalidad


Dalai Lama: el porqué de su bienestar físico

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El médico del Dalai Lama explica las claves del bienestar físico

 La medicina tibetana sostiene que las enfermedades se manifiestan cuando el aspecto físico, emocional o espiritual están en desequilibrio.

ATLANTA (CNN) — Una jovencita se atrevió a hacer una pregunta al médico del Dalai Lama, y recibió una respuesta inusual.
Tsweang Tamdin, experto en medicina tibetana y de renombre mundial, visitó el lunes la Universidad Emory en Atlanta como parte de sus esfuerzos por llegar a más médicos estadounidenses. Quiere desarrollar proyectos de medicina occidental en colaboración con el sistema de medicina tibetana que tiene más de 2,500 años de antigüedad.
La niña le dijo a Tamdin que tenía asma. Quería saber si la medicina tibetana tenía algo que pudiera ayudarle a mejorar. Tamdin, quien recurrió a los servicios de un intérprete durante la hora que duró la conferencia, de inmediato habló en inglés. En un tono gentil, casi demasiado suave, le explicó que le podía ayudar.
Dijo que los inhaladores que los médicos recetan funcionan bien, y le aconsejó seguirlos usando si ya lo estaba haciendo. Sin embargo, el inhalador sólo trata los síntomas. Explicó que la práctica médica tibetana intenta llegar a la raíz del problema.
“Mientras que otras personas consideran a la medicina holística tibetana como medicina alternativa o una especie de disciplina auxiliar, me gustaría que las personas ajenas a nuestro sistema consideraran al sistema curativo tibetano como una sanación integral”, dijo Tamdin. “El saber de la medicina tibetana tiene un tremendo potencial que agregar a la medicina moderna”.
La medicina tibetana sostiene que la gente se enferma cuando el bienestar físico, psicológico y espiritual está en desequilibrio. Para recuperarlo, Tamdin recomendó a la niña que hiciera cambios en su dieta y su régimen de ejercicios.
La animó a descansar y a hacer ejercicios que favorecieran la respiración profunda, como saltar o andar en bicicleta. También sugirió que comiera tres o cuatro pasas blancas al día, pues dijo que esta fruta tiene una propiedad que ayuda a la respiración. Finalmente dijo que el mayor sacrificio que podía recomendar a un niño era evitar los alimentos fríos, en particular el helado.
Tamdin relató que otro paciente que acudió a él con síntomas de asma obtuvo un diagnóstico muy diferente. La enfermedad se trata de forma diferente de un paciente a otro. Eso se debe en gran parte a que la medicina tibetana tradicional se basa en la filosofía budista. En su preparación como médico, Tamdin también estudió tradición budista y astrología.
Los médicos estadounidenses y tibetanos tienen métodos en común. Tamdin dijo que si examinara más profundamente a la niña, le haría exámenes de diagnóstico conocidos. Examinaría una muestra de orina y le tomaría el pulso, pero también le preguntaría cosas que corresponderían más a un psicólogo. Trataría de descubrir si la persona está enojada o ansiosa o si alguien se está volviendo demasiado egoísta.
“Los tibetanos creemos en nuestra interconexión”, dijo Geshe Lobsang Negi, un exmonje que ahora dirige la sociedad Emory-Tibet. “Cuando perdemos esa perspectiva —de que somos una especie de punto que se conecta infinitamente con el resto del mundo— cuando nos vemos como el centro sólido, fijo y más importante del universo, a eso le llamamos ignorancia y eso significa que somos vulnerables a las enfermedades”.
Este enfoque de la persona integral de la medicina tibetana está siendo analizado en varios estudios a lo largo de Estados Unidos. En un estudio patrocinado por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés) se examina el efecto que puede tener la meditación de la compasión para aliviar la depresión.
La meditación de la compasión es un entrenamiento mental tibetano budista en el que se le pide a la persona que examine por qué se siente de cierta forma acerca de alguien y entonces desarrolle sentimientos de amor y empatía por una determinada cantidad de personas que aumentará conforme se adquiera experiencia hasta incluir alguien que normalmente le desagrada.
Los estudios han demostrado la efectividad general de la meditación. En un  estudio realizado en 2003 sobre la meditación basada en la conciencia se demostró que después de recibir la vacuna contra la gripe la producción de anticuerpos aumentaba.
En otro estudio realizado ese mismo año se descubrió que los enfermos de cáncer que tenían preparación en la reducción del estrés basada en la conciencia presentaron un fortalecimiento de su sistema inmunológico. Además, un estudio realizado este año por la Universidad Carnegie Mellon demostró que la meditación basada en la conciencia tiene una influencia profunda en la salud psicológica y física. La conciencia implica estar presente y en el momento, observando sin juzgar.
El estudio que Negi realizó en 2008 acerca de la meditación de la compasión demostró una reducción de las respuestas inmunológicas y conductuales inducidas por estrés. En varios estudios más que se están llevando a cabo se analiza el efecto de los tratamientos tibetanos en ciertas enfermedades virales y hepatitis.
Tamdin cree que la ignorancia es la causa principal de todas las enfermedades.
“Tiene sentido si lo piensas”, dijo Negi. “Por ejemplo, si crees que eres el centro del universo y que alguien tiene algo que tú quieres, puedes sentirte celoso y creer que te mereces eso que la otra persona tiene”.
“Puedes llegar a sentirte tan celoso”, agregó, “que no dormirás en toda la noche y te sentirás estresado. Las pruebas clínicas han demostrado que se da un cambio bioquímico en tu cuerpo, desencadenado por una hormona del estrés. En la medicina tibetana, es importante reconocer el papel que la mente puede jugar en tu propio bienestar físico”.
Tamdin dijo que la medicina moderna trata los síntomas, pero dijo que un paciente nunca mejorará si no atiende sus problemas psicológicos. “Si uno no alcanza el entendimiento del altruismo no podrá derrotar a su ignorancia”, dijo. “Una forma de verlo es observar al ave y a su sombra. Puede volar y volar muy alto en el cielo, pero sigue proyectando una sombra en la superficie terrestre. Mientras en tu interior haya ignorancia, aunque goces de buena salud, siempre te acechará la sombra de la enfermedad. De esta ignorancia surgen tres venenos mentales: el apego, el odio y el engaño”. Todos los cuales afectan la energía, dijo.
Además de la medicina tradicional y los cambios en la dieta, un médico tibetano podría recetarle a un paciente que demuestre más gentileza y compasión hacia los demás o que practique más meditación de la compasión.
La medicina occidental se muestra renuente a aceptar la idea de la medicina tibetana de que algunas enfermedades inexplicables pueden ser causadas por el karma de una persona o los malos espíritus. El lenguaje que los médicos tibetanos usan para insinuar que la buena salud se basa en el equilibrio de la bilis, la flema y el viento puede parecer demasiado ajeno para quienes practican la medicina moderna.
Sin embargo, el enfoque holístico sobre la salud del paciente –tratamientos que contemplan la dieta, el comportamiento, medicamentos y ejercicios contemplativos— podría seguir atrayendo a los médicos una vez que se les demuestre que estas terapias funcionan.
“La tradición tibetana ha evolucionado a lo largo de 2,500 años”, dijo Negi. “Tiene una rica tradición que ha ayudado a la salud de las personas durante muchos, muchos años. Su Santidad el Dalai Lama fue el primero en decir que esas cosas que creemos deberían someterse a las herramientas científicas para que pudiéramos entender mejor la condición humana en general y ayudarnos a lidiar con nuestro propio bienestar”.

Jung entre nosotros

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   En general el ser humano mantiene su foco de atención en el afuera. Un afuera, (familia, profesión, amistades, status) que en principio nos da la única referencia de nosotros mismos y al que de algún modo retribuimos con aquello que creemos se espera de nosotros.
            Nuestros niveles de acción (cada una de nuestras acciones físicas)  son generados por niveles de pensamientos, que están argumentados en esto de devolver al afuera aquello que se espera de nosotros. Nuestras acciones, entonces, responden al mundo aprendido y no a nosotrosmismos.
            Cada uno de nuestros yoes utiliza una “máscara”  individualizando a cada una de las personas que somos en cada circunstancia. El por qué las utilizamos, cómo se forman, son el objeto de la Psicología, por lo que en este momento introducimos el término ”Inconciente”, que para Freud significaba algo así como la “piecita del fondo” en la que vamos guardando nuestras porquerías, cosas inútiles, (fuertes estímulos externos) que van generando complejos, traumas, fobias, miedos, hasta aquí nuestros maestros.
Pero es aquí donde Jung se diferencia de Freud, aún siendo su discípulo favorito, para dejarnos ver que detrás de la oscuridad está la luz, la infinita potencialidad de la vida abriéndose paso a través de los oscuros velos por los cuales nos vamos reconociendo, son estos nuestros demonios, es este nuestro infierno.
            Llamamos “oscuridad” a la “ignorancia”, llamamos "Luz" a la “conciencia de Ser” , y llamamos Individuación al proceso por el cual vamos dejando de lado cada una de nuestras máscaras, para confundir nuestra conciencia en la preciosa unidad de nuestro ser, percibiendo de este modo una inmensidad que más nos recuerda al cosmos, que a la pequeñez de nuestra estrecha y miserable casa que confundimos con él.
            Es aquí donde nos encontramos con los tópicos de estudio de la Psicología Transpersonal. Definida esta como “el estudio psicológico de las experiencias transpersonales (a través de la persona), es decir, aquella en las que el Self, (si mismo) se extiende más allá del individuo o la persona y llega a abarcar aspectos de la humanidad, la vida, el psiquismo y el cosmos, que antes eran experimentados como ajenos, permitiendo determinar la naturaleza, variedades, causa y efecto de experiencias y desarrollos transpersonales”. Al mismo tiempo que nos permite comprender psicologías, filosofías, disciplinas, artes y religiones, como manifestaciones preciosas de una UNIDAD… ya no ajena.
            Es este tipo de experiencias, llamadas de LUZ, las que nos van permitiendo dejar a nuestros viejos maestros  (odio, dolor, miedo) y encontrarnos con que nuestra realidad puede apreciarse y comprenderse mucho mejor desde la FELICIDAD, que en esta UNIDAD, en este reencuentro comienza a ser NUESTRA REALIDAD.
Es  así que la conciencia solo obtiene estímulos externos, es como si miráramos un abanico de espejos con independencia del observador
Llegado el momento un estado de insatisfacción, un “algo me falta”, aún teniéndolo todo, comienza a manifestarse y es en este punto cuando comenzamos nuestro trabajo interno.
Las distintas máscaras que nos hemos ido poniendo a través del tiempo ya no surten el mismo efecto y preguntas como: ¿de dónde vengo?, ¿cuál es mi sentido?, ¿adónde voy? , comienzan a hacerse concientes.
La primera noche del Alma se hace presente, todo aquello que hasta este momento nos había satisfecho ya no lo hace. Es la luz del atardecer que preludia la noche.
Es aquí donde comenzamos a dar los primeros pasos en “nuestro trabajo interno”, son específicos, en primer lugar “dar vuelta la mirada”, “hacernos presentes”, sentir, habitar, ese insondable y profundo vacío del que comenzamos a ser concientes.
Luego, el no identificarnos con los niveles de pensamiento que hasta el momento son los que han ido generando nuestros niveles de acción, siendo en realidad, “la contraparte energética del nivel traumático que los genera”.
Todos hemos oído hablar de un antiguo dicho popular “el mundo es de acuerdo al cristal con que se mira”, aquí es que hablamos de proyección, y al hacerlo vamos a definirlo como un mecanismo de defensa inconciente mediante el cual les atribuimos características propias a otros. Al proyectar, depositamos un aspecto interno en alguna persona o situación externa, y luego reaccionamos frente a este de una manera positiva o negativa, con atracción o con rechazo. 
La proyección puede ser utilizada para culpar a otros por nuestras faltas, por ej. un estudiante ante un examen aduce el mal humor del profesor como causa del aplazo, o adjudicar actitudes y tendencias inconcientes a otros, por ej. el hombre que proyecta su vulnerabilidad y dependencia en una mujer. Esto ya fue dicho: “no veas la paja en el ojo ajeno sino la viga en el propio”.
Nuestra personalidad, conjunto de máscaras, se origina a partir de los siete años de edad, es en este período donde a nivel cerebral comienzan a generarse las conexiones neuronales que nos permiten ingresar en uno de los niveles de conciencia que llamamos “lógico-formales”, primera elaboración de conceptos , comienza a estructurarse entonces sobre la memoria de un niño o niña generalmente herido, temeroso, inseguro, muchas veces impotente ante el accionar adulto, es este niño lo que conocemos como “el niño interno”, aquel que todos llevamos dentro y que expresa sus atributos a través de nosotros, y es en este impulso de la vida cuando comenzamos a integrar su presencia. Esta es una de las puertas que no podemos desconocer en este trabajo interno que intentamos llevar adelante, pues la puerta que él nos abre nos lleva a otra inmensa puerta , la de nuestro nacimiento, la de nuestra gestación, y finalmente a la de nuestra concepción.
Aquí nos detenemos, nos preguntamos por qué nacimos donde nacimos, por qué nuestros padres fueron estos y no otros, al igual que nuestros hermanos, primos, tíos, país, mundo?
En el momento de nuestra concepción,  “de concebirnos como seres concientes en este plano”, dueños de una multidimensionalidad estructurada a través de los niveles genéticos que generan la traducción de una actitud del alma en el momento de encarnar.
El alma no encarna pura y prístina como se nos ha hecho creer, lo hace cargada de recuerdos desde una actitud que podríamos parangonar con la de un niño de 3 a 5 años tomando decisiones, es a través de sucesivas encarnaciones, que deben leerse como experiencias que van generando las decisiones que luego se asumen en la “actitud que encarna”. Es esta y no otra la semilla de nuestra estructura psicológica.
Sabemos por la Teoría de Sistemas que ningún sistema puede ser resuelto en el mismo nivel que es generado, por lo tanto, el poder ser felices significa encontrarnos en conciencia con lo que en otro momento no lo fue, es ese niño inconciente tomando decisiones, el que hoy como adulto debe hacerse cargo de lo que ha generado, somos todos y cada uno de nosotros haciéndonos cargo de nuestro verdadero SER, una responsabilidad que desde lo individual nos lleva a lo cósmico. Es este sentido estaríamos en condiciones de afirmar que la Iluminación es la autoconciencia del Alma manifestándose a través de doce dimensiones físicas, cumpliendo concientemente su sentido, que en esa plenitud, en ese gozo, se une a la Vida Cósmica, al no tiempo, a la eternidad. Ya no hay pasado, ya no hay futuro, solo hay SER CONCIENTE DE SER.
Encontrar luego, un hilo conductor a través de nosotros mismos, permitiéndonos ser testigos mudos de nuestro pensar y actuar, pues del mismo modo en que un niño no se juzga nosotros no lo hacemos, nos observamos sin miedo, sin culpa , incorporando en el tiempo un marco teórico  referencial que nos permita comprender fácilmente nuestra identidad psicológica.

MEDITACION

            En principio vamos a descartar el concepto de meditar como el de detenerse a considerar ciertas ideas, o como seguir el curso de una actividad intelectual determinada. Particularmente adhiero a la idea tibetana de meditación, en el sentido que es “el espacio entre pensamiento y pensamiento”. Este es un paso necesario en el trabajo interno ya que este estado supone poder observar las oleadas de pensamientos, emociones, imágenes, conceptos, que habitualmente guían nuestro accionar.
            Este es un tema sumamente complejo, y es necesario para comprenderlo pasar por ciertas vivencias que irán dando pauta de la veracidad de esta práctica que no es solo o privativa de oriente, de manera que vamos a comenzar adhiriendo a los conceptos vertidos por Ken Wilber a este respecto:
“Es común entre los eruditos dividir la meditación en dos amplias categorías llamadas meditación de concentración y de percepción (o de visión clara)”
            La meditación concentrativa lleva la atención hacia un objeto (una roca, la llama de una vela, la respiración, la oración del corazón, un mantra, etc), tratando de lograr una identificación con el objeto de nuestra meditación. Este tipo de meditación por sí misma no erradica nuestras tendencias a crear dualismo en primer lugar, solo las ignora, se centra en un punto e ignora el resto. Esta meditación puede mostrarnos algunos de los reinos más elevados, pero no puede asentarnos definitivamente en algunos de esos reinos.
            La meditación de percepción o abierta, es la que nos lleva a la visión de la totalidad, por ej: en la meditación por concentración (MC) observamos un punto en una pared, en la meditación perceptiva (MP) observamos todos los puntos.
            Los estados superiores que se logran en la M.C. se llaman “samadhi” o la concentración unidireccional, mientras que la M.P. nos conduce al “satori” o conciencia y sabiduría trascendental.
            Al iniciar este camino lo hacemos con “la mente de mono”, imaginen uds. un mono saltando de rama en rama, así nuestra mente va saltando de pensamiento en pensamiento, impidiendo de este modo que otras dimensiones mas sutiles y elevadas de la conciencia emerjan, las que serían según Wilber, los niveles Psíquico, Sutil , Causal y No Dual.
            El efecto de nuestro trabajo interno, este estado de silencio o meditación, lo vamos a ir percibiendo a medida de nuestro perfeccionamiento del estado de presencia. Esto nos va a ir permitiendo hacer conciencia de los distintos niveles que se van manifestando a medida que vamos llenando el espacio vacío que dejara abierto la ignorancia de nosotros mismos. Estos saltos cuánticos son los que finalmente van eliminando los niveles de tensión generados por la no integración de aspectos duales de los que solo percibimos su sombra, permitiendo de este modo iluminar la otra parte de nuestra realidad.
            Llegamos así a la conclusión de que nuestro pequeño yo es un cúmulo de tensiones que sostienen no- integraciones.
La sombra no es más que la focalización de nuestra conciencia en niveles de identificación unidireccionados. Es como el sujeto que ve su sombra reflejada en una pared desconociendo la luz que detrás de él genera la sombra, esto tiene cierta similitud con el Mito de la Caverna de Platón.
Dentro de las distintas técnicas de meditación algunas implican a los órganos del sentido, otras usan música, formas mentales, como los mandalas, mientras que otras proponen un alejamiento absoluto  de los sentidos, algunas predican la inacción total y otras incluyen la acción , otras requieren estados emocionales específicos, mientras que otras alientan la indiferencia y el situarse al margen de toda identificación con una ilusión en particular
Todas estas formas son solo aspectos diferentes de un mismo ejercicio básico, más ninguna de las formas puede darnos lo que es realmente necesario en el camino evolutivo: ACTITUD. No es el método , sino el modo en que se emplea, la actitud es método y objetivo, cada acto debe ser de meditación, una suspensión de lo que percibimos de nosotros mismos.
Pues ya no somos juguetes de nuestros pensamientos, comenzamos a generar un testigo que nos libera de las caprichosas formas mentales y nos permite el acceso a formas más sutiles o emociones más sublimes. Este estadio es lo que antiguamente se denominaba “testigo”, o siguiéndolo a Wilber estaríamos entre los niveles “psiquico y sutil”. Es lo que finalmente nos permite entrar en la visión de nuestro propio ser, como si pasando por una vidriera nos viéramos reflejados en el escaparate, del mismo modo vamos teniendo el vislumbre de nuestra divina realidad.
Cuando hablamos de actitud nos estamos refiriendo a la motivación correcta para recorrer un determinado camino de re-unión con nosotros mismos. Cabe preguntarse por qué cada uno de nosotros somos lo que somos, por qué mujeres, por qué varones, por qué en esta familia, por qué con estos padres, por qué  en este mundo, por qué….?
La actitud correcta es preguntarse para qué? Pues es nuestra realidad física en sus 12 niveles (representados en nosotros por los doce chakras, y en otras culturas y tiempos este número ha ido variando, el 5 de los budistas, el 7 de los egipcios e hindúes, el 9 de los sufíes, el 12 de los primitivos cristianos)  una resultante y no una causa en si misma.
De manera entonces, que en este marco definimos el trabajo interno como la toma de conciencia de niveles mucho más profundos que nuestra estructura psicológica, y es en este punto donde vamos a entender conciencia como la “aprehención directa de conocimiento sin actividad mental”. Lo que nos va dando pauta de lo correcto de nuestro trabajo es que estímulos a los que reaccionábamos de una manera determinada ya no nos obligan a repetir conductas, esto nos lleva a un incremento de lo que conocemos como  auto-estima que en este contexto los vamos a entender como la conciencia de aspectos de nosotros mismos que ya no son ajenos, nos vamos completando, habitando, haciéndonos presentes concientemente.

La conciencia colectiva de Jung y los sueños de Gaia

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La conciencia colectiva de Jung y Los Sueños de Gaia
Carl Gustav Jung (nacido en Suiza en 1875) fue un médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis; posteriormente, fundador de la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de los complejos y psicología profunda. Es considerado además como uno de los padres de la Psicología Transpersonal.

Jung no fue el primero en dedicarse al estudio de la actividad onírica. No obstante, sus contribuciones al análisis de los sueños fueron extensivas y altamente influyentes. Su abordaje teórico y clínico enfatizó la conexión funcional entre la estructura de la psique y la de sus productos, es decir, sus manifestaciones culturales. Esto le impulsó a incorporar en su metodología nociones procedentes de la antropología, la alquimia, los sueños, el arte, la mitología, la religión y la filosofía.

Para Jung existían tres partes en la estructura de la psique: la conciencia, el inconciente personal y el inconciente colectivo. Esta última parte es la más importante en la vida del sujeto. Es el substrato más profundo de la mente, presente en todos los individuos desde su nacimiento. Conforma la dimensión objetiva de la psique (frente a la subjetiva del inconsciente personal) , al contener la experiencia humana de las generaciones de la humanidad . El inconsciente colectivo está dotado de propósito e intencionalidad, cuya fuerza energética reposa en elementos primordiales o arcaicos, llamados "arquetipos" . Esta región de la mente jamás puede enfermar, ya que contiene las experiencias y los mensajes primordiales de la humanidad. Por otro lado el inconsciente colectivo no deriva de las experiencias ambientales y personales del sujeto.

De forma más específica, el inconsciente colectivo es la región de la estructura de la mente más profunda y de mayor importancia para Jung. Es la fuente de toda la energía psíquica, incluida la consciencia, y es la parte básica de la libido. Posibilita que el sujeto se ponga en contacto con las fuerzas cósmicas supra-individual (No en vano se ha considerado a Jung como el primer psicólogo transpersonal). Contiene toda la herencia espiritual de la evolución de la humanidad, las grandes "imágenes primordiales" de como las cosas han sido para la humanidad, y aparece nuevamente en la estructura cerebral de los sujetos. El inconsciente "objetivo" es el inconsciente colectivo, al contener la misma información heredada para todos los sujetos, frente al inconsciente personal que es de tipo "subjetivo" al contener las experiencias y deseos personales de la vida particular de cada uno.

Jung concede una importancia fundamental a la interpretación de los sueños, como especie de mitología camuflada en el hombre. Los sueños representan para Jung un lenguaje lleno de mensajes coherentes y lleno de posibilidades creativas, y más aún cuando están libres de las leyes causales y del tiempo. Hay que decir que fue a partir de los propios sueños y visiones de Jung como llegó a la concepción del inconsciente colectivo. El había tratado vanamente de interpretar sus sueños en términos freudianos.

En los sueños encuentran los psicólogos jungianos no solo la actividad de los complejos específicos del inconsciente personal, sino también una función prospectiva de anticipación de posibles vías creativas de solución a los problemas. Esto es así porque en ellos se representan los símbolos derivados de los arquetipos como problemas a los que se enfrentaron muchas generaciones anteriores de hombre y mujeres en la historia de la humanidad. Por lo tanto la función de los sueños es presentar de manera inconsciente tanto los problemas como las posibles soluciones a los que se enfrenta el sujeto.

Los Sueños de Gaia, por su parte, es un experimento que busca crear un repositorio en línea de los sueños de miles de personas de todas partes del mundo, categorizándolos según distintas variables, para que después un algoritmo los grafique y trace correlaciones entre el contenido onírico y desastres naturales futuros (o desastres provocados por el hombre), bajo la premisa de que la madeja que se teje colectivamente con los sueños es una especie de oráculo global. Todo esto con la experiencia previa del líder del proyecto Dean Radin, parte también del Global Consciousness Project (GCP) de Princeton, quien documentó cientos de sueños precognitivos anteriores a los ataques del 11-S y del tsunami de diciembre de 2005 (los electrogaiagramas del GCP también detectaron una alteración en la conciencia colectiva previa a estos sucesos).

Psicología Cuántica

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LEY SUPREMA DE LA VIDA.



Ley de Acción  y Reacción (Tercera Ley de Newton), Ley de Causa y Efecto (Sócrates, filosofo griego), Ley de Compensación (Emerson, filosofo norteamericano), Ley de “Cosecharás lo que ha sembrado” (texto bíblico Gálatas Cap.6: 7-9),  Ley del Karma (Texto Védico Hindú).

Escrito por: Nelson Rodríguez.
Físico Cuántico. Filosofo Empírico. Estudiante de Física en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Una de las leyes más importante de la física es la que establece que para cada causa hay un efecto,  y para cada acción hay unareacción o su  efecto correspondiente; a esta también, generalmente se le llama: La Ley del KarmaLa Ley del karmagobierna todo lo creado, y es una ley que no se puede modificar;esta ley se conoce en la mayoría de las religiones, incluyendo lascristianas como ((Justicia Celestial)), quien viola una ley creadolor para si mismo.

Es de vital importancia tener conciencia que así como existe en este mundo diferentes tipos de leyes que debemos cumplir,tribunales y jueces que se encargan de velar porque se cumplan las leyes y castigar al que las viole; se dice que en la 5ta dimensión de la naturaleza, en la constelación de libra, se encuentra el tribunal de la justicia divina.

La ley del karma nos controla y vigila  a cada momento y por eso cualquier acto bueno o malo de nuestras vidas tiene susconsecuencias.

Todo el mal que hagamos tenemos que pagarlo y todo el bienque hacemos nos será recompensado.

Existe la ley del libre albedrío, por tal razón podemos hacer lo que queramos, pero de todos nuestros actos tenemos que rendir cuentas ante la justicia divina.
 
Cuando uno nace en este mundo trae su propio destino o karma, por eso algunos nacen en colchón de plumas y otros en la desgracia.

Si en nuestra  existencia herimos, ahora nos hieren, simatamos ahora nos matan si robamos ahora nos roban, etc.

Existe el tribunal de la justicia divina encargada de administrarel karma, o sea el sufrimiento  que cada uno de nosotrosmerece por haber causado dolor y sufrimiento a otras personasya sea en vida presente como en vidas pasadas.

Quizás alguien piense que como no cree en la reencarnaciónestá libre del pago de su deuda karmica o porque está en una determinada religión, sea lo que sea, el sufrimiento, o el problema están ahí gústele a usted o no, crea usted en ello o no, también la Biblia nos recuerda en Éxodo Cap. 21: 12, 23- 25, lo siguiente: ((El que hiere a uno haciendo así morir el morirá, mas si hubiera muerte, entonces pagará vida por vida. Ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida y golpe por golpe)).

Cuando la ley de la justicia divina le va a cobrar un karma a una persona, primero la somete aun juicio interno, aquí en esta vida, si la persona tiene buenas causas acumuladas, no sufrepadecimiento alguno, o sufre algo mas leve, pero si no tienebuenas causas en el libro de la vida, o capital cósmico, paga con mucho dolor y sufrimiento, porque la ley del karma dice que en el universo jamás queda una deuda pendiente.

El sistema contable de este universo es perfecto y todo es un intercambio de energía de un lado para otro.

Generalmente cuando la justicia celestial nos cobra un karma, siempre pensamos que somos inocentes, que no hemos hecho nada, hay personas incluso que blasfeman contra la justicia celestial calificándola de injusticia.

Ahora el lector entenderá porque las cárceles están aparentemente llenas de personas “Inocentes”personas que no han hecho nada, pero en vidas anteriores cometieron delitos gravísimos o quizás los heredaron  de sus antepasados, no importa lo que usted decida creerlos sufrimientos están ahí son una realidad; seria bueno recordar que la Biblia nos dice enÉxodo Cap.: 20: 5 lo siguiente: ((Los hijos heredaran los pecados de los padres hasta la 4ta y 5ta generación, la mayoría de  las veces el pago de esas deudas karmica implica mucho dolor y sufrimiento, ya sea en lo económico, que es lo que mas abunda,la salud, lo sentimental, las relaciones familiares etc.,  pero no todo está perdido, el karma se puede negociar, y esto la mayoría de las personas lo desconocen.

El karma se puede pagar haciendo buenas causas.

Así como en este plano físico podemos cancelar nuestras deudas con dinero, así también podemos pagar nuestras deudaskármicas con dinero cósmico o Dharma y así nos libramos del dolor y los sufrimientos que estemos pasando en el momento actual, ya que esos sufrimientos, no es más que varios karmasde diferentes índole que se están manifestando en el momento presente.

Muchas personas que sufren se acuerdan de sus amargurasdeseando remediarlas, mas se olvidan de los sufrimientos ajenosy ese estado egoísta empeora su situación; es importante saber que las cuentas kármicas se pueden cancelar con buenas causas, y disfrutar de la vida, o pagarlas con supremo dolor,usted es quien decide.

El karma es negociable, y cada cual puede modificar su propio destino, haciendo un trato con el universo, o con Dios; unnegocio cósmico nadie se acuerda de Dios ni de sussemejantes sino cuando está en la desesperación  y esto es algo que todos hemos podido comprobar.

Podemos utilizar la ley del karma a nuestro favor, como paracrear dinero y abundancia, y hacer que todas las cosas buenasfluyan hacia nosotros cuando lo deseemos, pero primero debemos tomar conciencia, que cuando optamos por accionesque le producen alegría y éxito a los demás, el fruto de nuestrokarma es también alegría y éxito.

Es obvio que si deseamos crear felicidad en nuestras vidasdebemos aprender a sembrar las semillas de la felicidadalegría y éxito en las personas, incluyendo las que están a nuestroalrededor; entonces el fruto de nuestro karma de dolor y sufrimiento, será de felicidadalegría y éxito.

El karma es a la vez la acción y reacción de esa acción; escausa y efecto.

Para negociar el karma es necesario contar con una filosofía sólida basada en las leyes que gobiernan el universo y que siguen las reglas de la física, y una psicología de avanzadaacompañada de potentes herramientas Cuánticastranspersonales, auxiliadas por las modernas teorías de laRelatividad, y la Física Cuántica, solo así podremos tener unavida mas feliz y equilibrada en esta existencia, y mejores circunstancia en la otra vida después de la muerte.

Jung y Tolkien

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RASTREANDO EL ARQUETIPO DE LA SOMBRA EN LA OBRA DE
J.R.R. TOLKIEN

INTRODUCCIÓN

Ana María Vargas Betancur/Raúl Ortega

Hemos de considerar al cine como uno de los medios actuales de transmisión de las mismas enseñanzas que hasta hace no mucho tiempo, quizás sólo dos o tres generaciones atrás, estaban reservadas desde tiempo inmemorial al clásico cuento. Heredero directo de la igualmente ancestral tradición teatral, ha copado no sólo el entorno que le es propio de la historia contada en escenarios costosos, por un elenco de actores profesional, con vocación de realizar el trabajo para un abundante público y respaldado por una elaborada producción, sino, también, aquel recinto más íntimo, recogido y familiar, de la leyenda contada y oída alrededor de la hoguera en las sobremesas de invierno, o leída en un viejo tomo regalado por el abuelo bajo una luz tenue antes de dormir.
La no poco pesada labor de cuenta cuentos, antes incluida como trabajo no redituado entre las actividades cotidianas de los ancianos del clan, ahora es profesión lucrativa de directores y guionistas, y el a veces también duro esfuerzo imaginativo que siempre el oyente o lector tuvo que ejercer para otorgar dimensión corpórea a las sugerentes palabras, es ahora recreado y regalado por la técnica y sus efectos especiales.
El resultado es la renovación y actualización de la popularidad del valor (moralizante, vivificante y sanador) de la leyenda, el mito, y también del aparentemente pueril cuento, que es el mito que se cuenta sólo a los niños en las épocas en que la sociedad adulta ha perdido en lo sobrenatural la fe.
Por qué empezamos hablando de cine en un artículo que quiere partir del universo simbólico de Tolkien, y no de literatura, es sencillo, aunque parezca una aberración cultural. Porque es el cine el que ha reactualizado la popularidad de los contenidos que expresa su obra, extendiendo su influencia mucho más allá que todas las sucesivas ediciones de El Señor de los Anillos en estas últimas cinco décadas, y convocando pues, de lo cual se hace eco este ensayo, la preocupación perentoria por los significados escondidos detrás de toda esta influencia masiva actual.
Queriendo ser fiel a la estructura original de la obra literaria, la versión cinematográfica conforma una trilogía, lo que la hace intimar aún más en parentesco con aquel otro relato ya absolutamente clásico, ubicado en el mismo espectro artístico y fenomenológico, que es Star Wars. La trilogía, que podemos decir es uno de los modos favoritos del gran relato mítico, desde tiempos de la tragedia griega. Y si ésta desde hace un siglo se ha erigido como paradigma en muchos de sus motivos como gráfico exponente de contenidos capitales para la psicología del inconsciente, también lo son, sin duda, estas otras producciones sólo aparentemente modernas, quizás tenidas por el gran público como más ingenuas y superficiales. Como creo demostraremos, sin embargo, tan clásicas y eternas en puntos cruciales también.
Es menester avisar que no pretendemos en esta publicación abarcar más hermenéutica que la relativa a ciertas cuestiones con el problema de la sombra, y que partiremos de esta precisa cuestión reflejada en el relato tolkiano como primera referencia para, seguidamente, extendernos en amplificaciones y asociaciones más allá, especialmente en la segunda parte.
Nuestro principal interés será el arquetipo en sí y, no tanto, la interpretación exhaustiva de las obras tomadas como referentes en la elaboración de este artículo. El universo simbólico de El Señor de los Anillos es tan abigarrado como la vida misma, lo que requeriría en justicia un par de voluminosas trilogías, o más, para empezar a ser analizado en su totalidad.

PARTE PRIMERA

Ana María Vargas Betancur C: 42791491

John Ronald Reuel Tolkien nace el 3 de enero de 1892 en Bloemfontein en el estado libre de Orange ( Sudáfrica), muere en Oxford en 1973; vivió la mayor parte de su vida en Inglaterra desempeñándose como profesor de lenguas antiguas y filólogo, es considerado uno de los grandes de la literatura fantástica, un mago en el arte de jugar con lo mítico y lo extraordinario imaginando un lenguaje y un mapa propios, a la par con una variedad de personajes y situaciones que no diluyen la hilaridad en el sentido que atraviesa toda su obra: la sempiterna lucha entre la luz y la oscuridad. Resalta en su trabajo la trilogía del señor de los anillos, publicada en 1954, que es precedida en la cronología histórica de la tierra media[1] por la novela el hobbit, publicada en 1937. En esta última comenzará la aventura de rastrear el arquetipo de la sombra durante un breve lapso del tiempo tolkiano, desde la llegada del anillo único a la comarca hasta su destrucción en Orodruin, el monte del destino. La historia misma será la impulsora del recorrido que aquí se propone y aquel que lleva al protagonista a cumplir su destino será también quien ilustre el de este trabajo: Gollum. Antes se hace necesario precisar el origen de la gesta y con él al renombrado Sauron, el señor oscuro de Mordor, que al “tomar forma” invade y destruye a su paso dando a lugar a terribles batallas.
Tres anillos para los reyes elfos bajo el cielo
Siete para los señores enanos en casas de piedra
nueve para los hombres mortales condenados a morir
uno para el señor oscuro, sobre el trono oscuro
en la tierra de Mordor donde se extienden las sombras.
Un anillo para gobernarlos a todos. Un anillo para encontrarlos,
Un anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas
En la tierra de Mordor donde se extienden las sombras.
J. R. Tolkien, EL Señor de los Anillos.
La historia del anillo es un buen trecho del mundo tolkiano. Los anillos de poder fueron forjados en tiempos muy remotos gracias a la magia de seres inmortales; su objetivo original era “ Crear, curar y construir” ( Tolkien, 1954, Tomo I, pg 363) pero la malicia de Sauron logra atar el poder de todos ellos en el único, el anillo de poder forjado en las sombras de Mordor, a través de este poderoso conjuro inscrito en el anillo mismo: un anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.
El anillo, símbolo del destino, de lo que comienza y acaba, de la muerte y renacimiento de lo existente, de la totalidad ( Cirlot, 1986, 69), condena a los poderes benéficos a ser seducidos y atados al sino continuo, circular, de coexistir, de estar atados, con lo oscuro que trae destrucción y caos. El único corrompe lo que toca, solo sirve para destruir y hacer el mal pues esa es su naturaleza y ese su fin. Los tres anillos de los elfos tiene cada uno una gema que los distingue, mientras el único es liso, metálico; las gemas simbolizan, según Cirlot, la sabiduría y el metal remite a la “ astronomía subterránea”, a lo oscuro. De esta manera es evidente la contraposición entre el anillo y sus antecesores élficos: mientras el primero manifiesta su razón oscura, los otros implican la claridad y la belleza.
Es Isildur, descendiente de reyes antiguos y poderosos, el primero en ser tocado y destruido por el poder oscuro del anillo; él, en compañía de elfos y enanos, combate en la primera gran batalla contra Sauron, quien luego de forjar el único ha extendido sus alas de tinieblas sobre gran parte de los territorios conocidos, y ha corrompido a los nueve reyes poseedores de los nueve anillos de los hombres, quienes ahora como espectros vivientes le sirven. El anillo es conocido entre los descendientes de Isildur, los valerosos y nobles hombres de Gondor, como “ el daño de Isildur”; en medio de la batalla, ya casi sin esperanzas y en un último esfuerzo, este rey corta de la mano del señor oscuro el dedo donde lo ostenta. Tras un grito de agonía que hiela la sangre y paraliza a los combatientes Sauron se desmorona, pierde su forma, y se refugia informe en el fondo de la tierra de Mordor, a mascullar su regreso.
Fueron Gil-Galad, rey de los elfos, y Elendil, quienes derrotaron a Saurón, aunque murieron; el hijo de Elendil, Isildur, cortó el anillo de la mano de Sauron y se quedó con él. Sauron fue vencido. Hasta que la sombra tomó nueva forma en el bosque negro ( Tolkien, 1954, tomo I)
El señor oscuro se torna un peligro cuando “toma forma”, cuando encarna, cuando se hace visible, cuando se presenta ante la consciencia. En estas condiciones es invasivo, pretende esclavizar a los hombres y a todos los pueblos libres de la tierra; es representante del principio oscuro, caótico, que comparte con los elfos el don de la inmortalidad. Estos últimos son seres de delicada belleza, constructores, magos buenos que conocen el lenguaje de los animales y los bosques, amigos de los hombres que llevan la nobleza y la verdad en su corazón. Ellos manifiestan el principio que compensa lo que Sauron indica; lo que construye y cura comparte la misma naturaleza inmortal con lo que destruye. Estamos aquí ante lo inconsciente colectivo, ante dos tipos de seres que expresan dos de sus características fundamentales: lo paradójico[2] y lo atemporal[3] ; pero también ante lo que implica el encuentro con lo desconocido, el viaje mas allá de las fronteras familiares de la consciencia: encuentro con lo maravilloso, - como el bosque de rivendel o Las tierras de Galadriel, la reina elfa, donde todo es música, paz y belleza -, y con lo horroroso, la ciénaga de los muertos que seducen a los vivos a acompañarlos en sus tumbas acuáticas, o el bosque negro donde habitan arañas gigantes y grotescas.
Mientras Sauron permanece en la oscuridad, no se hace visible, la tierra media prospera aunque de cuando en vez trolls y orcos hagan de las suyas. Mientras la sombra permanezca oculta a la consciencia no genera crisis extensa para el sujeto o la cultura, aunque eventualmente se manifieste en sueños, comportamientos sociales, deseos particulares, pensamientos y sentimientos que por momentos desestabilicen; el caos comienza cuando lo oculto, lo arrojado, informe, a las cavernas de lo inconsciente “ encarna”, toma cuerpo, invade a la consciencia oscureciendo permanentemente su frágil destello. Sauron pretende esclavizar, exterminar, a los pueblos libres, a la cultura de los hombres. Él representa entonces la sombra colectiva, aquello que va en contravía de lo que la cultura promulga y que implica por tanto su destrucción; que toma fuerza, toma forma, a través de la proyección: la forma propia que no es reconocida pero si atribuida a los otros.
Ahora bien, sabemos ya que existe también una sombra colectiva, es decir, que intensos contenidos emocionales, y afectivos reprimidos por la cultura son proyectados sobre determinados individuos de ésta, sino también sobre pueblos, razas y países enteros... (Vélez, 1999, 147)
Si bien el señor oscuro puede considerarse como la sombra colectiva, plantea la destrucción de la cultura, el arquetipo toca también lo particular, lo individual a través de una sombra personal, que en Tolkien toma forma como Gollum, segundo portador del anillo.
Isildur se niega a destruir el anillo ante el pedido de Elrond, el rey elfo que lo ha secundado en la batalla, cae bajo su poder y se corrompe de ambición y codicia; la muerte le alcanza en manos de los orcos y pierde el anillo al nadar bajo las aguas del Anduin, el río grande, cuando intentaba huir. Orcos, Trolls y Wargos, son seres de naturaleza maléfica al servicio del señor de la oscuridad; sus leales guerreros que habitan en cuevas oscuras y solo salen en las noches a sembrar muerte y dolor en cuanto encuentran a su paso. Estos, junto con los nueve espectros, no dan casi tregua a los héroes de la gesta; aparecen sorpresivamente obstaculizando el camino de los viajeros nocturnos que se guían por la frágil luz de sus faroles, sus antorchas o la luna. Espectros y trasgos[4] son los mensajeros de la muerte, de la oscuridad; son dignos representantes de la sombra[5] , que llegan sin previo aviso y se imponen sin compasión destruyendo el frágil equilibrio de la conciencia.
Tras la muerte de Isildur el anillo desaparece de la faz de la tierra; ha caido en las profundidades del rio grande, el Anduin, y nadie conoce su paradero. Es después de mucho tiempo que surge de las profundidades del agua, encontrado casualmente por dos hobbits que solían nadar y pescar en las orillas. Los hobbits son gentes de mediana estatura, más pequeños que los enanos, gente sencilla, campestre, amante del buen vino, la buena comida y la hierba para pipa; nada saben de las maldades del mundo de los hombres y los elfos – de hecho rehusan la amistad con los extraños – y, como dice el mismo Tolkien:
Hay poca o ninguna magia en ellos, excepto esa común y cotidiana que los ayuda a desaparecer en silencio y rápidamente, cuando gente grande y estúpida, como vosotros o yo, se acerca sin mirar por donde va, con un ruido de elefantes que puede oírse a una milla de distancia ( Tolkien, 1937, 12)
Existen tres tipos de Hobbit: los que viven en cuevas, cómodas y bien amobladas, en los valles, en casas de madera, y los que prefieren las orillas de los ríos. Sméagol, es uno de estos últimos; siendo el día de su cumpleaños, se encuentra jugando en el río con uno de sus primos cuando este pisa algo en el fondo que le llama la atención: es un anillo dorado que reluce a la luz del sol. Sméagol exige a su primo que le regale este hermoso objeto como presente de cumpleaños, el anillo ejerce su poder, el primo se niega y Sméagol lo arremete con furia hasta matarlo; de esta manera el único encuentra un nuevo portador, que huye de su pueblo y de su gente para no volver jamás. Lo que no sabe es que tampoco volverá a ser el mismo.
A partir de ese momento este sencillo hobbit vaga, al amparo de la noche, por montañas, valles y desolados desiertos huyendo de su pecado; con el tiempo su aspecto se torna agrio y malhadado. Cansado de andar decide refugiarse en las profundas cuevas de Moria, utilizando eventualmente el anillo al que le descubre un poder especial: mientras lo use es invisible para los otros. La invisibilidad, la pérdida de la percepción de la forma, indica la naturaleza informe de lo oscuro, opuesto a la forma discriminada que permite lo luminoso, la consciencia.
Gollum Vive en las orillas de un lago subterráneo y aprende a comer crudos los peces ciegos que en él habitan, además de variadas especies; de vez en cuando asciende a las cuevas de arriba y, utilizando el anillo, roba comida a los orcos llegando incluso a atrapar y matar a varios de los más pequeños para convertirlos en parte de su dieta. Así nace Gollum, hobbit deforme, irreconocible como tal, de manos y pies planos, de tanto vivir en el agua, y de ojos amarillentos y grandes, de tanto habitar en la oscuridad. (Tolkien, 1930, 81- 82)
Su deformidad, o su nueva forma, es fruto fundamentalmente del prolongado contacto con el anillo. Gollum se ha “ oscurecido”, el único se ha posesionado de él, solo vive en torno a su “tesoro”, a su regalo de cumpleaños. Del hobbit bonachón no queda más que una voz; en este ser hablan dos, en él coexisten Sméagol y Gollum:
...No, él es nuestro amigo mi tesoro, el hobbit es nuestro amigo... no, no es tu amigo te ha traicionado, te ha atado con sogas que queman... pero nos ha salvado, si nos ha salvado, el amo Bolsón es bueno con nosotros mi tesoro... te lo ha robado, él te lo ha robado y ahora lo lleva a Mordor, va hacia él y lo perderemos para siempre... (Tolkien, 1954, tomo II)
El poder de la oscuridad ha alcanzado a Sméagol, Gollum es ahora uno más de las huestes de Sauron, pero algo del viejo hobbit aún se evidencia. La consciencia lanza en lo oscuro de la psique todo aquello que no entra en lo aceptado y reconocido como bueno por el individuo y la cultura: la sombra personal.
La sombra, como la palabra misma lo indica, conforma en parte el lado oscuro que es proyectado por nuestro ego; constituye, de esta manera, el yo enajenado, el hermano oscuro del alma, la bestia interior, el doble, el gemelo desconocido... ( Vélez, 1999, 142)
Gollum es el hermano gemelo de Sméagol; ambos comparten un mismo cuerpo aunque el primero haya adquirido con el tiempo la voz cantante.[6] El arquetipo de la sombra configura la existencia de un “ saco “ individual, de un talego donde escondemos, de nosotros mismos, todo aquello que nos resulta pueril e inaceptable, aunque en sí mismo no lo sea. El señor oscuro ha tocado al alegre hobbit y le ha dado paso al despliegue de eso de sí mismo que no sabía, que no quería saber:
La sombra es, entonces, aquello que no deseamos ser, pero que, sin embargo, nos asalta con sus contenidos y con el terror de encontrarnos al “otro” en un camino en el que pensábamos que únicamente nos hallábamos nosotros ( Vélez, 1999, 143)
Eso mismo creía Bilbo Bolsón, hobbit amigo de las cómodas cuevas, cuando huía de los orcos de Moria, y escondiéndose a ciegas por los túneles, creyéndose solo y a salvo de la ferocidad de los trasgos, pisa un objeto metálico en el piso: es el anillo, que Gollum ha perdido en una de sus rondas. Un poco mas adelante es sorprendido, asaltado, por el siseo de este que sin saber aún de su pérdida habla con su “otro” en el centro del lago. Como ya había comido este ser no devora a Bilbo, pero le propone un juego de acertijos a cambio de conducirlo a la salida de la montaña de Moria. Bilbo, buen hobbit de La Comarca, ha iniciado de manera intempestiva esta aventura que lo tiene ahora al lado de semejante criatura. Como a todo héroe, esta gesta se le ha impuesto: “una ligereza, revela un mundo insospechado y el individuo queda expuesto a una relación con poderes que no se entienden correctamente”[7] . No fue una alegre elección, sino más bien una simpática invasión de mago y enanos que lo ha empujado, en contra de su voluntad, a ser ahora el “saqueador” entre un grupo de trece que quieren recuperar el tesoro robado y oculto en las cuevas de Moria bajo el vientre del dragón Smaug.
Hasta el final de sus días Bilbo no alcanzó a recordar cómo se encontró fuera, sin sombrero, bastón, o dinero, o cualquiera de las cosas que acostumbraba llevar cuando salía, dejando el segundo desayuno a medio terminar, sin casi lavarse la cara, y poniendo las llaves en manos de Gandalf, corriendo callejón abajo tanto como se lo permitían los pies peludos, dejando atrás el Gran Molino, cruzando el río, y continuando así durante una milla o más. Resoplando llegó a Delagua, cuando empezaban a sonar las once, ¡ y descubrió que se había venido sin pañuelo! ( Tolkien, 1930, 40)
Así, en medio de esta aventura, el anillo encuentra un nuevo portador. Los acertijos se le han acabado a Bilbo, nada se le ocurre y es su turno; sabe que tiene que ganar o si no podría ser la cena de Gollum.
Bilbo se pellizcaba y se palmoteaba; aferró la espada con una mano y tanteo el bolsillo con la otra, Allí encontró el anillo que había recogido en el tunel, y que había olvidado.
¿Qué tengo en el bolsillo?- dijo en voz alta. Hablaba consigo mismo pero Gollum creyó que era un acertijo y se sintió terriblemente desconcertado. (Tolkien, 1930, 88)
Gollum no lo adivina así que Bilbo gana y exige que le cumpla la palabra de llevarlo fuera de las cuevas. Aquel le pide que lo espere un momento mientras va por algo para acompañarlo: piensa tomar el anillo y matarlo mientras es invisible, instante que el hobbit aprovecha para huir. Un terrible grito le llega desde atrás, Gollum ha descubierto que ha perdido el anillo que solía guardar en el islote donde habita en medio del lago; sale en persecución del ladrón, era eso lo que tenía en el bolsillo, y Bilbo en la carrera cae y se mete por accidente el anillo en su dedo; la criatura pasa por encima de él sin verlo y Bolsón se da cuenta que este es mágico, que lo hace invisible, así que sigue a su perseguidor sin ser visto hasta la salida de las cuevas donde él cree que se ha dirigido el timador.
Tenía que apuñalar a la asquerosa criatura, matarla. Quería matarlo a él. No, no sería una lucha limpia. Él era invisible ahora. Gollum no tenía espada. No había amenazado matarlo o no lo había intentado aún. Y era un ser miserable, solitario, perdido. Una súbita comprensión, una piedad mezclada con horror asomó en el corazón de Bilbo: un destello de interminables días iguales, sin luz ni esperanza de algo mejor, dura piedra, frío pescado, pasos furtivos y susurros. Todos estos pensamientos se le cruzaron como un relámpago. Se estremeció. Y entonces, de pronto, en otro relámpago, como animado por una energía y una resolución nuevas, saltó hacia delante. (Tolkien, 1930, 97)
Y así huye de las cuevas brincando por encima de Gollum, que lo siente pero no lo ve, y se queda llorando desesperado sabiendo que su anillo, su tesoro, lo ha perdido para siempre. Esta súbita comprensión del hobbit le ha salvado la vida pero él no lo sabe. La aventura de Bilbo terminará con la destrucción del dragón Smaug y la recuperación del tesoro que había acumulado robando y asesinando a hombres y enanos. El dragón, figura mítica de todos los tiempos, recuerda que la sombra tiene en su interior “ tesoros ocultos”, pero que no es el simple hecho de tomarlos: habrá que vérselas con el dragón y salir ileso; bilbo hará uso de su capacidad en los acertijos para evitar ser destruido por el dragón. Al igual que Gollum, el dragón gusta de los acertijos, de lo paradójico que indica una respuesta desconocida. A diferencia de Smeagol, Smaug es un ser antiquísimo, hijo de una estirpe altiva y poderosa, astuto y con una voz que hipnotiza, inmoviliza, para luego atacar. Es el guardián de los tesoros que habitan en la oscuridad, en las cuevas profundas de la psique. Bilbo volverá a la comarca con su parte del tesoro y con la eterna amistad de elfos y enanos, los representantes del principio bienhechor de lo inconsciente.
Mucho tiempo después será Frodo Bolsón, sobrino bienamado de Bilbo, a quién Sméagol guíe hacia Mordor, al monte del destino donde el anillo fue forjado, para tirarlo al fuego de la montaña y destruirlo. Si Gollum es la sombra que cada uno lleva dentro de sí, sin saberlo, sin quererlo saber, Sméagol, y en general cada hobbit, es la persona.
(La persona) es la fachada, en tanto significa la identificación con un papel que encuentra su consonancia con lo que toda colectividad exige en sus formas externas. Es, pues, el yo que se presenta al mundo externo, de acuerdo con las normas de la apariencia y de los roles que en la sociedad o la cultura se piden para poder pertenecer y permanecer en ella. ( Vélez, 1999, 137)
Los hobbits son un pueblo tradicional, no gustan de los elfos, magos y enanos, que a sus ojos son excéntricos y de poco fiar; Bilbo, tras esta aventura, retornará a su tierra, La Comarca, para encontrarse con las miradas desconfiadas de su gente, que no volverá a verlo como antes, pues cuenta con “amistades extrañas”, y nadie se explica para que un hobbit traspone los límites de su hogar... nada bueno habrá de ser. Por esto, hasta cierto punto, también Bilbo y Frodo encarnan La Persona; ambos se encuentran en sus respectivos viajes con Gollum, ese “otro hobbit” que ya no lo es, pero que despierta en ellos lástima, una súbita comprensión, que les impide dañarlo. Él es su hermano gemelo, en tanto fue hobbit, su doble oscuro, en tanto es ahora Gollum. “ Algún papel tiene en esta historia” dice el mago Gandalf a Frodo cuando este reniega de la criatura, criticando el hecho de que su tío no lo hubiese matado cuando pudo. Solo hasta el final, en Orodruin, se sabrá cual es este papel, y la importancia del mismo para que la misión de destruir al único fuera cumplida. Estos Hobbits son también la encarnación del héroe, que ha de traspasar las Fronteras conocidas para encontrarse con lo ignoto y lo extraño, desde elfos hasta orcos, y cumplir así con su destino. Destino que espera a todo aquel que “ corra el riesgo de encontrarse consigo mismo”
Durante muchos años guarda Bilbo, celosamente, el anillo. Solo Gandalf sabe que lo posee. Tras muchas pesquisas el mago ha venido a visitar a su amigo Bolsón, tiene una duda sombría: es posible que el anillo que ha encontrado en las cuevas de Moria sea el único, aquel que el señor oscuro, que ha comenzado a tomar forma, busca desesperadamente enviando a sus nueve espectros por toda la tierra media.
La montaña de fuego se ve nuevamente relucir en Mordor, los espectros han sido enviados de nuevo sobre la tierra media; el señor oscuro esta tomando forma una vez mas y solo necesita de su anillo para dominarla por completo (Tolkien, 1954, tomo I)
Así comienza el señor de los anillos. Ahora será Frodo el portador, su tío ha envejecido, el portar el anillo le ha dado una longeva vida, pero también una herida imborrable. Bajo el consejo de Gandalf, Bilbo emigra para radicarse definitivamente en Rivendel, la tierra de Elrond el rey elfo; pero antes ha de dejar el anillo a su sobrino Frodo; Gandalf lo convence de que asi sea, pues algo habra de hacerse para que Sauron no lo encuentre, y ya a sus años no podría defenderlo de los espectros que lo buscan. Frodo, acompañado de su fiel jardinero Sam, y de sus primos Meriadoc y Peregrin, es ahora quien emprende la aventura. También para él, como lo fue para su tío, es este un viaje inesperado; una noche, algún tiempo después de la partida de Bilbo, Gandalf llega a su cueva, le demuestra, y se demuestra, que aquel regalo de su tío es el único: al tirarlo al fuego este ni siquiera se calienta, pero deja ver el conjuro que ha permanecido sin ser visto en su pulida superficie: Uno para encontrarlos a todos...
Es necesario emprender el viaje inmediatamente hacia las tierras de Elrond, donde se celebrara concilio para decidir la suerte del anillo. Muchas aventuras pasa Frodo, tristes y alegres, acompañado en un principio por la comunidad de los nueve, dos hombres, un enano, tres hobbits, un elfo y un mago. Pero luego, tras un ataque sorpresivo de los orcos, la comunidad se disuelve; mientras unos participan en la guerra de Rohan y de Gondor para darle tiempo al hobbit de cumplir su cometido desviando la atención de Sauron, Frodo, acompañado únicamente por su fiel Sam, emprenderá la última y más peligrosa parte del viaje: la tierra de Mordor.
Sam y Frodo se dan cuenta tras unos pocos días de viaje que alguien los sigue, es Gollum. Tras la perdida del anillo ha salido a buscarlo, ha sido apresado por los orcos que lo han llevado a Mordor por orden del señor oscuro; alli ha sido torturado y ha dicho todo lo que sabe sobre el anillo: el apellido Bolsón y La Comarca es ahora conocida por Sauron que envía a sus nueve espectros, – es por eso que Frodo tuvo que salir tan velozmente de su tierra, haciéndose llamar por un tiempo el señor Sotomonte -.
Gollum sabe, percibe, la presencia de su tesoro, y eso lo ha llevado a seguir a Frodo y a Sam, sin ser visto, para matarlos y recuperar lo que le han robado[8]. Pero lo hobbits, al darse cuenta de su compañía, fingen dormir una noche, y en el momento en que Gollum se acerca lo apresan. También Frodo al verlo siente una compasión profunda que le impide matarlo, a pesar de los pedidos de Sam. Gollum promete guiar a los hobbits si lo liberan, y así fue. La bondad de Frodo logra que impere Sméagol, pero solo por un tiempo. Así como la sombra que proyectan nuestros cuerpos ante la luz, también Gollum se asemeja a una sombra que no desampara al “ amo Frodo”; este ha reconocido en aquel el hobbit que algún día fue. La sombra ha de ser reconocida para ser integrada, para que su parte destructiva no nos destruya; Gollum, reconocido por Frodo, ahora le sirve.
Sin embargo tras el encuentro con Faramir y sus hombres, que apresan a Gollum sin que Frodo pueda evitarlo, Sméagol pierde el poder sobre la criatura, que ahora maquina una forma de apoderarse del único.
Ella, ella lo hará, y cuando lo haga iremos por mi preciosso, ella se hará cargo... ( Tolkien, 1954, tomo II)
Ella Laraña, la gorda y babosa, la araña gigante que habita en el interior de las montañas que rodean a Mordor, las cuevas hacia donde los dirige Gollum, que si bien son la única entrada donde los Orcos y Trolls no los verían, esta bien custodiada por Ella... Nuestros héroes han de atravesar las oscuras cuevas, caerán en las telarañas ocultas, pero el valor y la lealtad de Sam salvará la situación.
Laraña, esa madre que destruye a sus hijos, que atrapa y devora, es otra representante de la sombra; más antigua que Orcos y Trolls, temida incluso por ellos, representa lo más instintivo que anida en el lado oscuro, una de sus formas más primigenias. El instinto humano ha sido relegado por la cultura, reprimido por ella, forma parte ahora de la sombra, de lo negado por el ego; de aquí que emerja de su cueva con la fuerza de devorar, aniquilar, a la razón, de “borrar” a la conciencia, dada la ley de la compensación:
Lo que en todo esto nos enseña la Sombra, en el sentido en que nos lo enseña el mecanismo de compensación psíquica, es que mientras más una cultura potencie y fomente exclusivamente las valores del triunfo, la luminosidad, la riqueza y la racionalidad, fortalece, en la misma medida, la debilidad interior, que es el resultado del no reconocimiento de aquellos elementos que se encuentran también en nosotros ( Vélez, 1999, 149)
Nuestros héroes hobbits ni siquiera sospechaban de la existencia de Laraña, no sabían que aquellas cuevas eran su hogar, no la reconocían siquiera en la extraña sustancia pegajosa ni en los hilos gigantes que en forma de red cubrían algunas entradas laterales del túnel. Gollum los ha traicionado. Frodo ha reconocido en la sombra su conexión con la persona pero no a la sombra misma que se ha hecho sentir ahora en una de las más primitivas y mortíferas de sus formas.
Seguirán Sam y Frodo el final de su trayecto creyéndose solos, pero Gollum, que se ha dado cuenta de que se han salvado, los sigue sin ser visto; la sombra nunca abandona. Al llegar a la cima misma del Orodruin, la montaña de fuego, al momento de lanzar el anillo a las profundidades del volcán, Frodo duda; el anillo se aferra a él, no lo lanzará: es suyo, solo suyo. Pero Gollum, desesperado al ver que su tesoro será destruido, se lanza sobre el hobbit ferozmente para arrebatárselo. Frodo se lo coloca buscando desaparecer y huir, Gollum en ese mismo instante lanza un mordisco sobre el dedo que lo porta. El anillo queda nuevamente en poder de Gollum, frodo ha perdido el anillo y su dedo, y aquel que brinca de alegría en las orillas del cráter sosteniendo el anillo en sus manos, pierde el equilibrio y cae con él a las profundidades ígneas... ( Tolkien, 1954, tomo III, Cáp. 9)
La duda de Frodo es fruto del poder del anillo, de lo oscuro que ofrece al hombre el poder. Sin Gollum el anillo no hubiera sido destruido en el monte del destino. El destino, lo inexorable, lleva consigo la acción de la sombra en cada ser y cada cultura. Frodo ha quedado con una herida imborrable; la pérdida de su dedo es sólo el sello de la aventura que perdurará en su corazón. Tanto él como Bilbo, como los portadores de los tres anillos élficos, se encontrarán al final en los muelles para embarcarse sin retorno hacia los puertos grises más allá del mar; las heridas causadas en la gesta no se curarán pero se hará soportable la existencia en aquellas tierras lejanas hacia donde la mayoría de los elfos han partido, pues es de allí de donde ellos proceden. El tiempo de elfos, enanos y magos, de lo mágico, ha pasado: ha llegado el tiempo de los hombres en la tierra media ( Tolkien, 1954, Tomo III, Cáp. 10.
Lo mágico y atemporal retorna a su origen, a lo inconsciente, es el tiempo de la conciencia y la razón, de los hombres y su cultura; con ello parte también todo lo que la sombra ha tocado, todo aquel que la ha reconocido. Atravesaran el mar, las “ grandes aguas”, para continuar existiendo lejos de la tierra media, reino ahora de los mortales, en un reino diferente, origen y destino de los elfos inmortales. Para los hobbits es el exilio que resulta del viaje que propició el encuentro con lo profundo; ya nunca el sujeto es el mismo, ni vivirá igual, tras la aventura. Lo que siempre fue reconocido como hogar, no servirá a la existencia; ya no habrá un hogar posible para quien ha hollado los caminos de lo inconsciente. Se sabe y se siente parte también de lo atemporal que lo ha tocado, y sin tiempo el espacio no es más que una forma pasajera, es errancia en continuo movimiento. Es saber que toda forma y lugar no es más que “maya”, pura ilusión.
La obra tolkiana, la imaginación tolkiana, es la evidencia del contacto de todo creador con lo profundo de su psique; profundidad que comparte con la especie pero que es vista y vivida bajo el lente personal. Acercarse a ella, y más aún analizarla, me ha llevado a preguntarme por mi propia sombra y por la que creo de quienes me rodean. Pero este es solo un aspecto de este mundo fantástico, es mucho aún lo que en él puede develarse desde la apuesta junguiana y desde lo propia. En él se conjugan las representaciones arquetípicas más diversas, que se enlazan con los temas míticos de todos los pueblos.

Terapia Cognitiva: Delirios y Alucinaciones

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Carlos Cuevas Yust
Servicio Andaluz de Salud
Aún siendo la medicación, fundamentalmente los neurolépticos, un tratamiento de primera elección en la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, presenta una serie de limitaciones de cara a ofrecer una respuesta a la complejidad y variedad de los problemas y necesidades de las personas que presentan estos diagnósticos. Ante la enorme variabilidad individual, con frecuencia el facultativo se ve obligado a prescribir distintas modalidades y combinaciones de medicamentos, a veces a modo de ensayo y error, hasta que el paciente responde; con frecuencia, aparecen indeseables efectos secundarios; muchos pacientes no presentan una adecuada adherencia al tratamiento prescrito; e incluso, la adherencia al tratamiento no garantiza la desaparición de los síntomas psicóticos residuales; además, en las personas con experiencias psicóticas son frecuentes las alteraciones del ánimo y la ansiedad; por otra parte, la medicación no es la terapia de elección para mejorar la competencia personal y el funcionamiento social.
La atención a la salud mental de las personas con trastornos psicóticos ha de incluir la administración de intervenciones psicológicas de eficacia comprobada. Así, tras los avances observados en la mejora de la competencia social a través de los entrenamientos en habilidades sociales, y el desarrollo de intervenciones dirigidas a apoyar a los familiares o cuidadores, más recientemente, y fruto de la investigación empírica realizada en las últimas décadas, la terapia cognitivo conductual (TCC en adelante) ha sido considerada por diferentes instituciones científicas internacionales como un componente básico en el tratamiento de la esquizofrenia.
 
La TCC se desarrolló en las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado para el tratamiento de los trastornos de ansiedad y depresión, pero su adaptación y aplicación a delirios y alucinaciones ha sido tardía (años noventa), en parte debido a la creencia de que estos síntomas no se podían abordar con terapias verbales (Jaspers, 1963), y a que por su gravedad debían de ser objeto de la psiquiatría. Pero reflexiones de autores como Bentall, Jackson y Pilgrim, sobre la utilidad y validez del constructo esquizofrenia, junto a la alternativa de estudiar el síntoma en vez del síndrome, favorecieron el desarrollo de la TCC para los delirios y alucinaciones.
La TCC se dirige a resolver el sufrimiento que ocasionan los síntomas psicóticos y a crear una relación paciente/síntoma que resulte en una mayor tolerancia a la experiencia psicótica y en una mejor calidad de vida. La intervención se fundamenta en una buena relación terapéutica y en el desarrollo de una nueva comprensión de la vivencia psicótica. Su práctica se realiza dentro del marco teórico de vulnerabilidad y estrés, e implica tener en cuenta los factores de estrés (estrés social, psicológico o biológico, como por ejemplo un medio adverso, cambios importantes en la vida o el abuso de drogas) que pueden incrementar la vulnerabilidad del paciente, así como sus reacciones a nivel cognitivo y conductual. La TCC de delirios y alucinaciones contempla las siguientes modalidades:
1) Realización del análisis funcional del síntoma psicótico y desarrollo de recursos cognitivos y conductuales que mejoren la situación clínica y el funcionamiento personal.
2) Focalizar la atención en las voces con el fin de que la persona realice una nueva atribución, entendiéndolas como fenómenos auto-generados y no procedentes de fuentes externas.
3) Trabajar y flexibilizar las creencias disfuncionales desarrolladas sobre sí mismo, el mundo, los demás, y sobre los delirios y voces. Las creencias se analizan desde un punto de vista empírico, lógico y funcional, y se llevan a cabo experimentos conductuales que tratan de examinar su validez. Se presta especial importancia al significado personal que tienen los delirios y las alucinaciones, así como el poder atribuido a los agentes transmisores de las voces y/o a los perseguidores.
4) Las técnicas de exposición en imágenes son una buena opción terapéutica. Muchas veces el miedo producido por las creencias delirantes es tan intenso que interfiere el desarrollo de la reestructuración cognitiva. La administración de las técnicas de exposición masiva, en imágenes, a los contenidos temidos que se expresan en los delirios (me están observando a través de alguna cámara oculta) y en las voces (te vamos a matar), puede aliviar el sufrimiento emocional y facilitar la terapia cognitiva.
Los datos empíricos disponibles sugieren la bondad terapéutica de la TCC en el tratamiento de los síntomas psicóticos positivos y la angustia asociada, si bien el beneficio es superior en el caso de los delirios que en las alucinaciones. No obstante, el conocimiento en esta área todavía se encuentra en fases tempranas y es preciso un mayor desarrollo de la investigación que permita establecer los efectos específicos de esta intervención psicológica y los componentes responsables del efecto terapéutico, pues con frecuencia la TCC se administra a modo depaquetes que incluyen múltiples estrategias, cognitivas y conductuales.
En el tratamiento de delirios y alucinaciones no sólo es importante determinar si las intervenciones son efectivas, sino también la estabilidad temporal de los logros. Los pacientes psicóticos son muy vulnerables al estrés y dificultades de la vida y en muchos casos el apoyo psicológico que precisan es indefinido. De manera similar al tratamiento neuroléptico, que no se plantea como una intervención limitada en el tiempo, en los protocolos de tratamiento de las psicosis debería contemplarse que la TCC reglada fuese un componente esencial. De manera complementaria, se deberían mantener sesiones de seguimiento y apoyo psicológico, junto a las llamadas sesiones de recuerdo (de lo aprendido durante la terapia) que podrían intensificarse en los momentos de incremento del estrés o ante la aparición de francas recaídas psicopatológicas.

El artículo original puede encontrarse en la revista Apuntes de Psicología: Cuevas Yust, C. (2006). Terapia cognitivo conductual para los delirios y alucinaciones resistentes a la medicación en pacientes psicóticos ambulatorios. Apuntes de Psicología, 24 (1-3), 267-292. También accesible en: http://www.cop.es/delegaci/andocci/VOL.%2024_1_2006_12.pdf

Alucinaciones Auditivas

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Tradicionalmente, las alucinaciones auditivas no han sido objeto de investigación empírica, pues se consideraba que eran únicamente un síntoma de la psicosis. Desde este punto de vista, no tenía sentido su estudio independiente, pues se daba por supuesto que comprendiendo las causas de la psicosis se podrían comprender, también, las causas de las alucinaciones. Sin embargo, a lo largo de la década de los ochenta del siglo pasado, psicólogos clínicos y psiquiatras, empezaron a cuestionar las clasificaciones diagnósticas tradicionales y entendieron que las alucinaciones eran un fenómeno psicológico de interés por sí mismo, independientemente de dichas nosologías psiquiátricas.
Estos planteamientos llevaron a cuestionar el mismo concepto de alucinación. Las definiciones tradicionales destacaron su conceptuación como un trastorno perceptivo, sin embargo, las investigaciones empíricas actuales, apuntan a considerarlas como eventos privados del sujeto (habla subvocal, pensamientos, imágenes, etc.) que son erróneamente atribuidos a otras personas. Esta hipótesis ha sido confirmada en numerosas investigaciones en las que se han utilizado diferentes estrategias experimentales, como, por ejemplo, las basadas en la monitorización de la fuente, tareas de asociación de palabras, teoría de detección de señales, etc.
 
El problema que se ha planteado a partir de estas investigaciones ha sido explicar por qué la persona confunde su mundo interno con el externo. Se han planteado distintas hipótesis que, de forma tentativa, tratan de explicarlo, bien sea desde el punto de vista de un déficit cognitivo o de un sesgo cognitivo. Un ejemplo de la primera línea de explicación es la hipótesis de Frith, en la que se argumenta que existe un trastorno neuropsicológico subyacente en el que un hipotético mecanismo comparador entre las intenciones y el feedback de las propias acciones está alterado, lo cual no permite el reconocimiento de los eventos privados.
Desde los trabajos realizados sobre el sesgo cognitivo, investigadores como R. P. Bentall y A. P. Morrison sostienen que las creencias y expectativas que las personas mantienen sobre lo que es real o no es real, pueden ser responsables de ese sesgo atribucional externo. Más concretamente, Morrison especifica que esas creencias son de tipo metacognitivo y, además, afirma que la Disonancia Cognitiva es el mecanismo responsable de dicha atribución externa. En los últimos años se han realizado trabajos experimentales que apoyan las hipótesis basadas en el sesgo cognitivo, no obstante, todavía es necesaria la realización de más trabajos experimentales que permitan decidir cuál es el factor crucial que explica la aparición de las alucinaciones.
El problema que presentan las hipótesis mencionadas es que si bien proponen un modelo etiológico sobre la formación de las alucinaciones, no ofrecen una explicación (excepto Morrison) de cómo se mantienen en el tiempo. En este sentido, y siguiendo la propuesta de Morrison, se pueden destacar cuatro factores básicos que pueden estar relacionados con el mantenimiento de lasvoces. Estos son las creencias sobre el contenido de las voces y sobre la experiencia misma de tener alucinaciones (creencias metacognitivas sobre las voces), la relación con las voces, las conductas de seguridad y las respuestas emocionales. Aunque aún hace falta llevar a cabo mas investigaciones, tenemos información que nos permite proponer estas cuatro variables como factores relevantes dentro de un modelo psicológico sobre las alucinaciones auditivas.
Respecto a las aplicaciones clínicas, los estudios empíricos están aportando elementos técnicos importantes que están siendo utilizados en los nuevos desarrollos cognitivos y conductuales sobre el abordaje de los síntomas psicóticos positivos. De hecho, en los últimos quince años se han producido grandes avances en el tratamiento de los síntomas positivos de la esquizofrenia. Concretamente, se han hecho adaptaciones de la terapia cognitivo-conductual para el abordaje de las alucinaciones y, en gran medida, estas adaptaciones tienen que ver con los avances realizados en el conocimiento de este fenómeno. Entre esos avances podemos destacar el haber enfocado la intervención sobre las creencias que tiene la persona sobre sus voces y no sobre las alucinaciones en si mismas (incluyendo a las creencias metacognitivas). Esto quiere decir que el objetivo de la intervención no es eliminarlas, sino cambiar el significado que las voces tienen para la persona y disminuir el malestar emocional en relación con este problema. Por otro lado, un factor que se ha visto muy relevante es el tipo de relación que la persona mantiene con sus voces. Por lo general, están basadas en la subordinación del sujeto a ellas, constatándose que este tipo de relación es el reflejo de esquemas previos de relación social en su entorno. Este hallazgo nos proporciona también una nueva modalidad de abordaje, pues lo mismo que la persona puede aprender formas diferentes de relacionarse con su entorno, también puede aprenderlas respecto a sus voces. Así mismo, el estudio de las conductas de afrontamiento nos está enseñando que las estrategias basadas en la aceptación y no en la confrontación con las voces, puede ser un recurso útil y eficaz.
 
Por último, Bentall y sus colaboradores diseñaron, hace unos años, un tipo de terapia que denominaron de focalización, cuyo objetivo era modificar directamente la atribución externa y hacer que los sujetos con alucinaciones fueran capaces de atribuir sus pensamientos a sí mismos y no a otras personas. Los resultados obtenidos con este tipo de terapia fueron muy limitados. No obstante, aunque la terapia de focalización no demostró ser superior al tratamiento de control en la reducción de la frecuencia de voces, sí lo fue en la mejora de la autoestima y en la reatribución interna de las voces. Este último dato abre vías para futuras investigaciones en las que se puedan estudiar, específicamente, los efectos de la reatribución de las voces en su mantenimiento o eliminación.

El artículo original puede encontrarse en la revista Apuntes de Psicología: Perona, S. (2006). Estado actual de la investigación psicológica en las alucinaciones auditivas. Apuntes de Psicología, 24 (1-3), 83-110. También accesible en:http://www.cop.es/delegaci/andocci/VOL.%2024_1_2006_5.pdf

Psicoterapia Cognitivo-Analítica

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1.- DEFINICIÓN

La Psicoterapia Cognitivo-analítica es un modelo de psicoterapia breve integrada, limitada a 16 sesiones, desarrollada en la década de los 80 en Inglaterra por Anthony Ryle (1987, 1991, 1995, 1997, 2002) e introducida en España a principio de la década de los 90 por el autor de este articulo (Mirapeix  1994, 1996, 1998, 1999, 2000, 2003, 2004). Establece inicialmente un límite de sesiones (16 sesiones en el modelo clásico), que puede ser modificado en cuadros graves, alargando la duración o acortándola, según el caso (duelos, problemas de elección, consejo de crisis. etc.). Es una psicoterapia focal en la que terapeuta y paciente intentan clarificar uno o varios focos sobre los que poder trabajar en la terapia. Esto permite establecer uno o más procedimientos patológicos utilizados por el sujeto, para los que se podrán utilizar un amplio rango de métodos terapéuticos. También es una terapia aplicable en múltiples settings y formatos, pudiendo ser utilizada por profesionales procedentes de diferentes entrenamientos como: psiquiatras, psicólogos, médicos, ATS y trabajadores sociales.

Voy a desarrollar con más detenimiento lo que este modelo de terapia tiene de integrador, cognitivo, analítico y centrado en la acción. Para ello introduciré la diferencia entre el nivel teórico y técnico en cada uno de los apartados:

Que tiene de integrador este modelo: epistemológica y teóricamente se encuadra dentro de lo que hoy se denominan modelos integradores de psicoterapia, de tal forma que utiliza elementos tanto teóricos como técnicos, procedentes de diferentes escuelas, realizándolo de una manera flexible, no se adscribe a una escuela clásica, sino que se reconoce a sí mismo como un modelo diferente con una identidad específicamente integradora. Desde un punto de vista más teórico, integra procesamiento cognitivo y emocional, conocimiento declarativo y procedimental, y procesamiento lineal/secuencial y múltiple/en paralelo. Desde el punto de vista técnico, está doblemente orientado hacia el insigth y la acción, hacia la eliminación de síntomas y al autoconocimiento, favorece la adaptación y la crítica, es una psicoterapia auténticamente Bio Psico Social, se sitúa en la intersección de la integración longitudinal (intersistema) y la transversal (intrasistema).

Es una terapia cognitiva: desde el punto de vista conceptual, entendemos al ser humano como un “informavoro” que despliega una conducta motivada y finalista, organizada según una jerarquía fundamentada en los modelos de procesamiento de información. Para ello se utiliza una secuencia jerárquica lineal, pero ésta tiene siempre interferencias derivadas de las influencias de los contenidos emocionales, explícitos o subyacentes, introduciendo un “ruido” en el procesamiento lineal y siendo sólo posible entender este fenómeno desde una concepción basada en el procesamiento en paralelo. Desde un punto de vista mas técnico, tiene de cognitiva que hace una utilización plena de la capacidad del paciente para pensar acerca de sí mismo, fenómeno común a todas las terapias (Horowitz 2002), de sus rutinas cognitivas disfuncionales, de sus estrategias cognitivas de afrontamiento, de sus esquemas básicos (estructuras centrales de significación). Por otro lado es una terapia que utiliza sistemáticamente los autorregistros y las tareas para casa, y muchas de las técnicas utilizadas son tomadas de los enfoques cognitivo-conductuales (Caro 97, 03).

Es una terapia analítica: toma en cuenta la presencia de motivaciones y contenidos cognitivo-emocionales que son desconocidos para el sujeto, ideas que están en un nivel inconsciente, deseos y registros de memoria que no son accesibles a la capacidad de autoobservación del sujeto sin una ayuda especifica para ello. Las experiencias tempranas se entienden como fundamentales, de tal forma que la personalidad se conforma en base a los procesos de relación interpersonal referidos en última instancia a la relación con la madre como relación estructurante de dichos patrones de relación interpersonal, incorporando los desarrollos teóricos derivados de la teoría del apego de Bowlby en sus versiones más actuales. Desde un punto de vista técnico, entendemos que la carga afectiva de las experiencias es la que les confiere una auténtica importancia individual y que toda intervención, para ser efectiva, ha de estar mediada emocionalmente. Para ello, la relación terapéutica es el mejor laboratorio experimental de los procesos de relación interpersonal, de tal forma que los modelos actuales de relación son una reedición de patrones antiguos y éstos se evidencian y se pueden modificar en el  aquí y ahora de la relación terapéutica. De ahí la importancia que se le da a la dialéctica transferencia-contratransferencia y a la necesidad de una formación exigente que incluye una terapia personal y supervisión de los terapeutas en entrenamiento.

Es una terapia de acción: como señalaba más arriba, la diferenciación clara y contundente entre conocimiento declarativo y procedimental hace que concedamos importancia tanto al insigth como a la acción. La interrelación entre cogniciones, afectos y acción se enfatizan desde la evaluación inicial hasta la finalización de la terapia. Una concepción proactiva y retroactiva de los procesos ayuda definitivamente a comprender la interrelación entre los niveles indicados. El insigth es una parte de los mecanismos de cambio pero no basta en sí mismo, es necesario el paso al nivel de la acción, al cambio de conducta. Por lo tanto la práctica programada y el ensayo conductual son básicos, los autorregistros son un buen método y el ensayo a través role-playing en el aquí y ahora de la sesión es muy potente. Todo lo hablado en la sesión ha de ser trasferido a la acción, si no la terapia se quedaría en una reedición de una terapia dinámica breve.

Este modelo, de sólo 20 años de edad, esta en plena adolescencia y es una terapia sujeta a investigación, evaluación y desarrollo. Ha sido objeto de investigación y los resultados que se van obteniendo son alentadores (ver más adelante). Creemos que hay datos suficientes para empezar a afirmar que es una primera terapia apropiada y segura para muchos de los trastornos neuróticos y de personalidad que se ven en la práctica cotidiana (Ryle 91, Mirapeix 98).

Podemos decir que está visión integradora cognitivo-analítica ejemplifica la dialéctica hegeliana, en la cual los dos polos “aparentemente” antitéticos son sintetizados en un modelo integrador en los diferentes niveles de ejecución de la terapia, como vemos a continuación.

En la evaluación, la utilización de cuestionarios estructurados junto con la utilización de las reacciones emocionales del terapeuta, sintetizan la estructuración y objetivización en el proceso evaluativo, junto con la compresión empática y emocional de dicho proceso. La reformulación del caso, un elemento fundamental de la terapia cognitivo-analítica, sirve de guía para la selección terapéutica diferencial a nivel estratégico y la prescripción técnica lo hace a nivel práctico; ésta, la reformulación, es a su vez una descripción racional con un alto contenido afectivo, que actúa como primera piedra sobre la que sustentar el edificio del cambio en psicoterapia. La selección de objetivos en psicoterapia cognitivo-analítica va dirigida tanto a las conductas observables como a la modificación de los procesos internos de regulación cognitivo-emocional y sus repercusiones en las relaciones interpersonales y en el automanejo del self. La actitud del terapeuta varía desde una directividad pedagógica a una pasividad evocadora y provocadora de reacciones emocionales en el paciente. Los niveles de intervención oscilan desde la focalización en los síntomas hasta las intervenciones dirigidas a la verbalización, actuación y resolución de los conflictos; tanto en actividades que se realizan intrasesión a través de intervenciones transferenciales, role playings o utilización de tecnología propia, como las representaciones secuenciales diagramáticas, así como a la utilización de técnicas directivas a modo de tareas para casa, especialmente focalizadas en tareas de índole interpersonal que se realizan en los periodos entre sesiones. Por lo tanto, los niveles de intervención son tanto racionales, focales y sobre conductas observables, como sobre niveles emocionales, simbólicos y de modificación de la cualidad de las relaciones interpersonales. Una técnica utilizada en psicoterapia cognitivo-analítica, como es la carta de despedida, claramente tiene un componente relacional en la descripción de los logros conseguidos en la terapia, así como una descripción de aquellos aspectos que aún quedan por trabajar, pero se pretende que dicha carta de despedida tenga un alto contenido afectivo y que ambos elementos, tanto el racional como el emocional, puedan ser utilizados como instrumentos para el seguimiento del paciente.

Como vemos, la síntesis dialéctica entre elementos racionales y emocionales es una constante en la psicoterapia cognitivo-analítica a lo largo de cada uno de los subprocesos de la terapia.

2.- CUESTIONES GENERALES EN LA INTEGRACIÓN EN PSICOTERAPIA

El desarrollo histórico de la psicoterapia se puede narrar como una sucesión de propuestas de enfoques teóricos que comportan visiones distintas de los problemas humanos y de la forma de abordarlos psicológicamente (Feixas y Miró, 1993). Si atendemos al contenido de la mayoría de estos enfoques podríamos llegar a creer que cada uno es único, marcadamente diferenciado de los demás y supuestamente mejor. De hecho, cada uno ha desarrollado una terminología propia, de forma que el diálogo entre ellos resulta confuso. El problema va incluso más allá de la cuestión terminológica, dado que también las diferencias epistemológicas y de visión del mundo constituyen una barrera potencial para la comunicación entre escuelas.

La crítica  epistemología a los intentos de integración ha sido una  constante y a su vez ha sido reconocida como uno de los obstáculos fundamentales para el desarrollo de estos modelos (Norcross, 1992). Es por esto que resulta fundamental el realizar una reflexión sobre lo que supone la fundamentación epistemológica y los requerimientos de la misma para poder establecer los principios filosóficos básicos que den coherencia al desarrollo teórico posterior, y es por ello que nos vamos a detener en este asunto.

Branco (1998), plantea que los terapeutas que hacen una utilización amplia de diferentes estilos epistémicos, son a su vez más flexibles en términos de estilos terapéuticos. El autor denomina a esta capacidad de hacer uso de diferentes estilos epistémicos "complementariedad paradigmática". Esta complementariedad paradigmática, implica la asunción de algunas características constitutivas del pensamiento post-formal (Alexander y Langer, 1990), las cuales tienen los siguientes atributos:

1.- Relativismo: significando con esto la percepción y la toma de conciencia de que todos los tipos de conocimiento son esencialmente relativistas y no son absolutos en su naturaleza, de tal forma que las creencias  personales constituyen  una entre las posibles formas de construir la realidad.

2.- Contradicción: significa con esto la toma de conciencia de que las contradicciones y complejidades son partes inherentes del conocimiento y de la realidad. Uno consigue mayor tolerancia a través del reconocimiento de la relación dialéctica entre los opuestos.

3.- Integración: Una síntesis de un nivel alto de abstracción, que constituye una integración global de un sistema particular compuesto de opuestos.

La posición que defiendo es muy similar a la defendida por Opazo (1994) y Branco (1998). El primero denomina constructivismo relativo a su posición epistemológica, el segundo la denomina complementariedad paradigmática, y yo denomino mi posición epistemología ecléctica (Mirapeix, 1994). Creo que a cualquier lector le es fácil encontrar el común denominador a esas tres denominaciones, que es precisamente la posibilidad de ser no ya sólo un teórico o técnico integrador, sino que por ende la argumentación se haría extensiva al campo de la epistemología ¿Por qué habría que elegir entre un modelo racionalista o un modelo metafórico? ¿Por qué habría que  elegir entre una concepción  de la realidad empirista o constructivista? A mi juicio, y a juicio de los autores mencionados, realidad y construcción son siempre aspectos dialécticos de cómo el ser humano se enfrenta al mundo que lo rodea y tanto hay de cierto en que los objetos tienen un aspecto de realidad pesable y medible, como que lo realmente válido es la construcción que nosotros hagamos de ello. Pero ni un polo ni otro expresan con profundidad ni amplitud la complejidad de la realidad. Es por esto que, desde el punto de vista epistemológico, considero que la única alternativa viable sería posicionarse en ese campo intermedio de eclecticismo epistémico, en el cual reconozcamos como válida la posibilidad de utilizar datos con clara verificación empírica así como utilizar como válidas aquellas construcciones de lo real que guarden una coherencia interna y/o externa.

Lo que propongo pues, es un modelo de Psicoterapia que sepa moverse en lo complejo, en lo inestable, en lo multideterminado, en lo relativo, que sepa tomar en cuenta las circularidades causales y, en definitiva, que sepa moverse no sólo entre diferentes modelos conceptuales y técnicos, sino que no le suponga problema el utilizar modelos aparentemente dispares, en la medida que se sustentan en paradigmas antagónicos. No considero necesaria la asunción de un nuevo paradigma constructivista como la clave de la integración como plantea Feixas (1992) entre otros, ni considero necesaria la obligatoriedad de la síntesis metateórica que plantea Neimeyer, R (1992). Lo auténticamente integrador es el ser capaces de moverse con flexibilidad entre paradigmas distantes, no antagónicos, pues, a mi juicio, todos son complementarios en la medida en que aportan su parte de verdad.

Hace ya unos años (Mirapeix, 1997) decía que el modelo bio-psico-social descrito por Engel (1977) y refinado recientemente por Sperry (1992), nos sirve como marco teórico de referencia desde el cual poder comprender el complejo entramado de factores bio-psico-sociales que están implicados como predisponentes, precipitantes y mantenedores de las enfermedades mentales, pudiendo así articular la compleja realidad clínica desde una perspectiva de multicausalidad. A estas alturas, en nuestra práctica clínica cotidiana es obligado prestar atención a esta multiplicidad de factores que, de manera simultánea y/o secuencial, se encuentran presentes en un trastorno mental concreto. Este planteamiento conlleva poner en práctica estrategias de tratamiento integrado que intervengan en cada uno de los subsistemas implicados.

Esta misma actitud de búsqueda de nuevos niveles explicativos y de intervención, es la que nos hace a muchos psicoterapeutas plantearnos y acercarnos a la psicoterapia de otra forma, según la cual, con una visión integradora pretendemos mirar más allá de los confines de una escuela simple y singular, con la intención de ver qué es lo que podemos aprender y utilizar de otras escuelas (Mirapeix, 1993). La integración en psicoterapia implica la síntesis de “los mejores y más brillantes” conceptos y métodos en nuevas teorías y modelos prácticos de tratamiento (Gold, 1996). La evidencia empírica de efectividad, el respaldo académico y la congruencia con lo socialmente reconocido como valido, son los criterios de validación de los nuevos conceptos psicoterapéuticos que, entre otros, proponía Strenger (1992) para no caer en el sincretismo y la anarquía teórico/técnica.

Las intervenciones multinivel bio-psico-sociales estarían dentro de lo que denomino modelos de intervención integrada intersistema (longitudinal); es decir, intervenciones dirigidas a la modificación de factores biológicos, psicológicos y sociales que pretenden favorecer la recuperación y la evolución adecuada del trastorno. Un paso mas allá de esta práctica clínica integradora biopsicosocial y de esta estrategia de intervención integrada intersistema (longitudinal), se encuentran los modelos de intervención integrada  intrasistema(transversales, dentro del subsistema psicológico), y me refiero concretamente a las intervenciones psicoterapéuticas integradas que toman en consideración elementos teóricos procedentes de diferentes escuelas psicoterapéuticas, que se marcan objetivos terapéuticos que pudieran ser suscritos por otros modelos de psicoterapia clásicamente antagónicos y cuyas estrategias de intervención van a utilizar técnicas procedentes de diferentes abordajes psicoterapéuticos. Sólo una concepción de circularidad causal y de complementariedad entre los factores implicados permite el diseño de intervenciones integradas en un nivel de integración intrasistema (transversal). Sólo desde aquí podremos trascender la  escisión entre los tres componentes básicos del comportamiento (en el subsistema psicológico), cognición afecto y conducta, para así podernos acercar a una comprensión más global de los mecanismos íntimos de funcionamiento del sujeto (Mirapeix, 1997).

3.- ANTEDECENTES HISTÓRICOS DE LA INTEGRACIÓN COGNITIVO-ANALITICA

Este apartado forma parte de un artículo más extenso pendiente de publicación (Mirapeix y González de Rivera, en prensa). En él, planteamos que trascender a los enfoques singulares es lo característico de los planteamientos integradores. La historia de la Psicoterapia  es la historia  de campos y paradigmas que se desarrollan de manera desconectada sin tenerse en cuenta unos a otros, viniendo su desarrollo marcado por las escisiones, las divergencias, los enfrentamientos y las rivalidades, así como por las descalificaciones tanto teóricas como técnicas e incluso en muchas ocasiones  personales. Esto que es así dentro  de los diferentes modelos psicoterapéuticos, resulta especialmente significativo en el psicoanálisis, cuya evolución viene marcada por las escisiones que se han producido en su seno (Fine, R 1982). Pero esto no deja de ser una visión un tanto maniquea. Las cosas, como siempre, son más complejas y plantearemos que a lo largo de estos casi 100 años los intentos de integración han sido también una constante.

De hecho, al propio Freud cabría considerarlo como un terapeuta con un espíritu integrador (Frances 1988), en el que su continuada búsqueda de técnicas más resolutivas, la evolución constante de sus desarrollos teóricos, y la multiplicidad de fuentes teóricas de las que bebió, hacen de él un paradigma de espíritu integrador, de cómo uno debe acercarse a la psicoterapia. En cierta forma y de manera sutil, uno de los pioneros de la integración fue el propio Freud. En su artículo de 1909 sobre el tratamiento de las neurosis obsesivas hizo explícita referencia a la importancia de impulsar al paciente fóbico a que se enfrente de manera activa al objeto que le produce dicha fobia ("considerándose ésta una primera variante de la desensibilización en vivo"), experimentando asimismo con los límites temporales del setting terapéutico con vistas a promocionar el conflicto en el paciente y ganar acceso a material inconsciente (Gold 1996).

El libro más reciente sobre la historia de la psicoterapia (Freedheim 1992), dedica un capítulo entero a la historia de la integración en psicoterapia (Arkowitz 1992), lo que da una idea de la importancia que desde el punto de vista histórico se le concede a este movimiento.

El primer texto que intenta ser auténticamente integrador es el de Ischolondski, 1930 (citado por Garfield, S 1983), quien por primera vez intenta encontrar una síntesis entre la teoría psicoanalítica y los desarrollos conductuales de la época. En esta tradición, el primer texto publicado en inglés y procedente del campo psicoanalítico es el de French,  (1933). En esa época French estaba preocupado con la correspondencia entre los constructos paulovianos de inhibición, diferenciación y condicionamiento, y con los conceptos psicoanalíticos de represión, elección de objeto e insight. Un año más tarde, otro autor, Kubie (1934), expandió las ideas de French, llevando sus preocupaciones a considerar la posibilidad de que fenómenos como el condicionamiento y la desinhibición jugaban un papel importante en la relación terapéutica entre analista y analizado.

Se podría decir, sin temor a equivocarse, que la historia de la integración teórica en psicoterapia, es la historia del intento de combinar los enfoques psicoanalíticos y conductuales.

Herzberg, 1945 (no citado posteriormente en el trabajo de Dollard y Miller), describía cómo la prescripción sistemática de trabajo para casa podía ser usada en el contexto de una terapia psicodinámica, llegando a proponer el mismo autor que la utilización de tareas graduales, particularmente en aquellos casos de pacientes con conductas evitativas, iba a ser especialmente útil. Recomendaciones similares, de enfrentamiento a las situaciones fóbicas para los pacientes, vienen recogidas como intervenciones técnicas realizadas por el propio Freud  (1909) con lo cual podríamos incluso decir que el propio Freud, creador del psicoanálisis, llevó a cabo un trabajo integrador entre intervenciones interpretativas dirigidas a conflictos inconscientes e intervenciones activas promotoras de actitudes de afrontamiento claramente directivas dentro de la terapia.

Situamos la fecha de 1950 como hito de la protohistoria que describimos por hacerlo coincidir con el trabajo más influyente publicado en ese año, el libro de Dollard y Miller. El fin último de este libro es el de combinar la vitalidad del psicoanálisis, el rigor del  laboratorio científico natural y los hechos relacionados con la cultura, expresando esto, indudablemente, el espíritu integrador que se va a respirar a lo largo de todo el texto.  Desde el prefacio, los autores intentan clarificar que la psicoterapia debiera de dotarse de unos principios generales, que si estos fuesen razonables y de una extensión apropiada,  debieran de poder ser aplicados a todos los tipos de terapia. De tal forma que la comprensión de estos principios debiera de ayudar al estudiante de psicoterapia o a quien profesionalmente la practica, a que resulte más fácil el adaptar sus técnicas a los problemas infinitamente variables y complejos de la terapia.

En este período, la influencia del trabajo de Dollard y Miller fue relativa y la evolución del movimiento integrador durante estas tres décadas es relativamente torpe durante las dos décadas iniciales. Durante las décadas de los 50 y 60 hay, como decimos, cierto estancamiento produciéndose un auténtico incremento de publicaciones a partir de los años 70. Iremos analizando todo esto detalladamente. Durante los primeros años de estas décadas, los terapeutas conductuales estaban envueltos activamente en definir y expandir la terapia de conducta. Éste aún no era el momento adecuado para que los terapeutas conductuales considerasen las posibilidades de  integración de su enfoque.

Sin embargo, desde la parte psicoanalítica Alexander (1963) menciona que ningún médico que trate a pacientes con el mismo método terapéutico aprendido hace 50 años será considerado como un médico que haga una terapia actualizada, sino que se considerará que realiza un tratamiento obsoleto. Como contraste a esto y durante el mismo período, el tratamiento psicoanalítico estándar se mantuvo  prácticamente sin modificación desde sus inicios a principios de siglo, y es que durante mucho tiempo se consideró que el ser un reformador en el tratamiento psicoanalítico no era un rol popular.  Una de las aportaciones fundamentales que Alexander realizaba en el artículo del año 1963, consistía en la crítica que realizó refiriéndose a que el entendimiento del pasado  debe estar subordinado siempre a los problemas del presente. La terapia no debe considerarse pues, como una investigación genética pura. Indudablemente, esta crítica realizada por Alexander sirve para establecer un primer nexo de unión entre la búsqueda en el pasado  y la repercusión que trabajo psicoterapéutico debe buscar en la vida actual del sujeto, promoviendo conductas más adaptativas que le permitan vivir y relacionarse con menos sufrimiento que el traído a consulta por el paciente.  Esta síntesis que permite el planteamiento de Alexander en la búsqueda en la biografía del sujeto para promover una mayor adaptación al entorno es la base que sustenta la posibilidad de trabajar con dos orientaciones simultáneas; una dirigida a la elaboración del conflicto y otra a la resolución del síntoma favorecedor de una mayor capacidad adaptativa del sujeto.

Por otro lado, escribió el propio Alexander, mucho de lo que sucede en psicoterapia puede ser entendido mejor en términos de la teoría del  aprendizaje, de esta forma el proceso terapéutico se podría describir  de manera adecuada en términos de dicha teoría. Tal y como señala el autor, el problema específico de la terapia consiste en encontrar una relación interpersonal adecuada entre el terapeuta y el paciente. Inicialmente, cuando el paciente acude a consulta, esta relación está distorsionada porque el paciente aplica a la misma sentimientos y patrones de respuesta conductual que fueron aprendidos y formados a lo largo de su historia pasada y que no se aplican de manera adecuada a su situación terapéutica actual o a su vida real. Durante el tratamiento, el paciente desaprende los antiguos patrones de comportamiento y aprende patrones nuevos. Este proceso complejo de reaprendizaje sigue los mismos principios que los procesos más simples de reaprendizaje estudiados por los psicólogos experimentales. En psicoterapia, pues, el refuerzo consistiría en una relación interpersonal más armoniosa, menos conflictiva, a la que el paciente mediante una buena relación con el terapeuta y posteriormente con su entorno y, eventualmente, con su propio yo ideal, menciona Alexander. Volvemos a ver cómo del  planteamiento que realiza Alexander se deriva una reconceptualización en términos cognitivo-conductuales de la relación transferencial,  lo que a nuestro juicio vuelve a resultar otro pilar importante en la síntesis teórica de los dos modelos clásicos.

A lo largo de la década de los 70, se observó un  interés creciente en la integración  de los enfoques conductuales y psicoanalíticos. Resulta altamente significativo que ya en el volumen número uno, el mismo año de la inauguración de la revista " Behavior Therapy" se publique en la página 522 un artículo de Birk (1970) titulado " Behavior therapy: Integration with Dynamic Psychiatry”. Indudablemente, esto ponía de manifiesto cómo dentro del propio movimiento conductual comenzaban a tener cierto eco y a desarrollarse intereses específicos por la integración de estos dos enfoques. De tal forma que Birk señala en su trabajo que resulta útil y posible combinar la amplitud de miras de la psicoterapia dinámica con las técnicas operativas de la modificación de conducta. Las técnicas conductuales pueden ser utilizadas en el contexto de la  terapia interpersonal para  eliminar o reducir síntomas  recalcitrantes o para intentar mejorar su eficacia. Las técnicas conductuales son también útiles para forzar al terapeuta a estrechar su pensamiento acerca de los mecanismos de formación de síntomas en el paciente. Finalmente, la viabilidad de la utilización de estas técnicas capaces de eliminar síntomas y que pueden servir para actuar como catalizadores en la psicoterapia, bien para abrir al paciente a nuevas experiencias, o bien para clarificar las resistencias que pudieran de otra forma mantenerse encubiertas. Termina diciendo Birk que la noción de que la psicoterapia dinámica y la  terapia conductual son incompatibles probablemente está sustentada en el hecho de que muy poca gente está bien entrenada en ambas técnicas. Ambos artículos fueron importantes  a la hora de ilustrar la  posibilidad clínica de la integración de las técnicas conductuales y psicoanalíticas. Autores tan puramente psicoanalíticos como Silverman (1974) sugieren, aunque de forma un tanto cuidadosa, la utilización de las técnicas conductuales en los tratamientos analíticos y focalizar al mismo tiempo las interpretaciones sobre las percepciones que el paciente tiene, así como  sobre el tipo de impacto que producen estas técnicas conductuales en la relación transferencial.

En un artículo del mismo año (1970 a,b),  Feather, Rhoads y  Durham describen con detalle cómo utilizan una técnica en la que, mediante la realización de un ejercicio  de fantasía dirigido a la selección de los conflictos subyacentes y escenas temidas, las conductas fóbicas o los componentes obsesivos o compulsivos que tienen lugar en el paciente, se lleva a cabo una terapia sintética de elementos conductuales y psicoanalíticos, señalando los autores que los casos de depresión favorable en los casos descritos sugieren que cuando la psicoterapia conductual es aplicada a los conflictos centrales subyacentes a los síntomas que presenta el paciente, la generalización de los efectos terapéuticos ocurre con mayor facilidad. Estos autores recogen en la bibliografía de su artículo muchos artículos de Ferenczi, señalándolo como uno de los iniciadores de una mayor actividad en la terapia psicoanalítica. A nuestro juicio, el papel de Ferenczi como espíritu integrador y modificador  de la terapia psicoanalítica en pos de una mayor efectividad, brevedad, utilizando estrategias más activas en tratamiento psicoanalítico, no ha sido reconocido adecuadamente en la historia realizada hasta la fecha de la integración en psicoterapia.

Uno de los trabajos mas significativos de este período es el de  Wachtel (1977), discípulo de Dollard y Miller (el propio Dollard fue uno de sus primeros supervisores en psicoterapia). Wachtel argumenta que el psicoanálisis freudiano ortodoxo y las terapias conductuales radicales son probablemente muy incompatibles, de tal forma que la integración entre ambas es bastante difícil. En contraste, el mismo Wachtel persigue una integración que incorpore a la terapia conductual aspectos de los desarrollos psicoanalíticos  relacionados con los enfoques interpersonales (los de Erikson, Horney y Sullivan) que enfatizan el contexto interpersonal del individuo y favorecen una  mayor actividad  por parte del terapeuta, en comparación con otras escuelas psicoanalíticas.

Es clásico el planteamiento de Wachtel en el que las intervenciones conductuales activas pueden servir como una fuente para nuevos insight, así como los insight pueden ser promotores de cambios en la conducta, con antecedentes en algunos de los trabajos ya mencionados. La concepción de la psicodinamia cíclica de Wacthel está recogida brillantemente en un texto publicado, en castellano, en 1988.

En esta década, Helen Singer Kaplan presenta un modelo de  psicoterapia sexual que es una combinación de técnicas conductuales y psicodinámicas.  Desde el punto de vista de la terapia familiar, también Gurman examinó las posibles convergencias entre la terapia conductual y la psicoanalítica  y la teoría de sistemas en el enfoque de la terapia marital.

A finales de la década de los 70, aparecen por primera vez los trabajos iniciales de Anthony Ryle en Inglaterra, intentando establecer un nexo de unión entre la psicología y las psicoterapias cognitivas y el psicoanálisis, buscando un lenguaje común de la psicoterapia a través de la reformulación en términos cognitivos de la teoría de las relaciones objetales de Fairbain. Estas aportaciones iniciales de Ryle a la síntesis de los modelos cognitivos y psicoanalíticos no ha sido recogida con la importancia que a nuestro juicio tiene en la literatura americana de integración en psicoterapia.

Durante estos últimos años, la integración teórica ha sufrido cambios radicales: el giro teórico, técnico e incluso personal dado por Mahoney (1991); la aportaciones de  Guidano y Liotti (1983); el énfasis que actualmente se está dando a la importancia de la afectividad (Greeberg y Safran, 1987); el valor de la relación interpersonal en la terapia cognitiva (Safran y Segal 1991), el auge de la visión constructivista de la psicoterapia (Feixas y Villegas 1991), y la concepción narrativa de la psicoterapia cognitiva (Gonsalvez 1994), están suponiendo una auténtica revolución dentro del campo de la terapia cognitiva. De tal forma que los modelos de psicoterapia que se están desarrollando actualmente son psicoterapias cognitivas mixtas con una gran infiltración de elementos psicodinámicos (en muchas ocasiones sin ser reconocidos explícitamente). Ese campo de las terapias cognitivas post-racionalistas (Mahoney 1992, Feixas 1992) y los desarrollos psicoanalíticos que se acercan a planteamientos cognitivos como los de la teoría de los esquemas personales de Mardi Horowitz  (1988, 1991, 1999) son los que van a permitir una integración fructífera de estas dos escuelas clásicamente enfrentadas y que actualmente están llegando a puntos de encuentro fundamentales. Esto augura que la confluencia de las terapias va a tener lugar a través de los desarrollos cognitivos y analíticos, como muy bien ha sabido sintetizar desde finales de los años 70 y principios de los 80  Tony Ryle con el modelo cognitivo-analítico que, a juicio de Glass (1993), es uno de los modelos terapéuticos más potentes, estructurados y sofisticados en el campo de la integración en psicoterapia.

4.- SOPORTE EMPÍRICO DEL MODELO

Investigaciones principales

Voy a presentar un resumen de las investigaciones relacionadas con la Psicoterapia Cognitivo-analítica dividiéndolas en diferentes periodos a lo largo de los últimos 25 años.

En la década de los 70 se desarrollan investigaciones relacionadas con los fundamentos teóricos que dieron lugar al desarrollo del modelo cognitivo-analítico y que he mencionado anteriormente. Los trabajos de Anthony Ryle con la técnica de la rejilla y su aplicación a la investigación del cambio terapéutico de pacientes sometidos a psicoterapia analítica, fueron estudios seminales de evaluación de esta técnica para ser utilizada como instrumento de evaluación del cambio en los pacientes tratados en psicoterapia.

Un segundo periodo es el que se desarrolla a lo largo de la década de los 80, en el que hay algunos estudios, algunos de ellos muy importantes, que evalúan la eficacia de la Psicoterapia Cognitivo-Analítica, comparándola con la psicoterapia limitada en el tiempo como es el modelo de Mann (Brockman 1987). Durante todo este periodo el modelo está en su apogeo de desarrollo teórico y técnico.

En la década de los 90 se publica un número monográfico del International Journal of Short Term Psychotherapy que incluye numerosos trabajos relacionados con modificaciones técnicas en la aplicación del modelo y en el que autores significativos dentro del modelo cognitivo-analítico realizan aportaciones seminales sobre modificaciones técnicas generales y aplicaciones específicas en poblaciones clínicas concretas (Leiman, Ryle, Dunn, Cowmeadow, Duignan, Marlowe, 1994). En esta década se publica también el único estudio randomizado (Fosbury, 1997) ampliando el perfil de pacientes tratados en psicoterapia cognitivo-analítica, comparando un enfoque psicoeducativo con la psicoterapia cognitivo-analítica en el tratamiento de pacientes con diabetes tipo 1. Los resultados fueron alentadores, de tal forma que esto ha propiciado la aplicación del modelo cognitivo-analítico a otro tipo de poblaciones con patología somática, como veremos más adelante.

En esta década se pone en funcionamiento el proyecto de tratamiento de pacientes con patología borderline y se desarrolla un modelo conceptual específico sobre la patología borderline así como estrategias terapéuticas para el tratamiento de los mismos (Ryle, 1997).

Recientemente, se ha publicado en el número de Junio de 2000 del British Journal of Medical Psychology una revisión de los estudios de efectividad de la psicoterapia cognitivo-analítica y la aplicación de dicho modelo en diferentes settings. Los estudios de Walsh (2000) sobre la aplicación de la psicoterapia cognitivo-analítica en los pacientes asmáticos; el trabajo de Clark (2000) sobre los hombres que han sobrevivido al maltrato sexual en la infancia; Sheard (2000) describe un modelo ultracorto, de 3 sesiones, para el tratamiento de pacientes con conductas autoagresivas; y por último el trabajo de Anthony Ryle y Katia Bolinka (2000) sobre la efectividad de la psicoterapia cognitivo-analítica en los pacientes borderline y en el que se especifican algunos factores asociados con el resultado. El tratamiento de la personalidad borderline sigue siendo un foco de atención específico y recientemente se analizó el efecto de la psicoterapia cognitivo-analítica en la fragmentación y disociación de la personalidad de dichos pacientes (Wildgoose 2001). Dare (2001) publica un estudio randomizado comparando la psicoterapia cognitivo-analítica con otras terapias en el tratamiento de pacientes anoréxicas.

La validez y replicabilidad de las reformulaciones en PCA fue abordada por Bennet (2002) así como ha sido recientemente publicada la metodología de evaluación de la competencia de los terapeutas en la aplicación de la psicoterapia cognitivo-analítica (Bennet 2004)

El hecho de que esta psicoterapia no haya pasado por los rigores de los estudios clínicos randomizados se debió a que en la época de su desarrollo teórico y práctico gozó de una gran aceptación por parte de los clínicos del sistema nacional de salud británico por su rapidez y efectividad y fue evaluado subjetivamente por los clínicos que aplicaban dicho modelo (Marguison, 2000). Tan es así que, como señaló David Shapiro en la Conferencia Inaugural del Congreso de la Society for Psychotherapy Research en 1994, ya en aquella época se consideraba a la psicoterapia cognitivo-analítica como uno de los modelos de psicoterapia breve de mayor desarrollo e implantación en el sistema británico de salud.

Principales campos de aplicación

Actualmente, es en el sistema nacional británico de salud donde la psicoterapia cognitivo-analítica tiene mayor implantación, está siendo aplicada en diferentes settings, formatos y dirigido a distintas poblaciones clínicas.

Con respecto a las indicaciones y contraindicaciones de la psicoterapia cognitivo-analítica, se la considera como un primer modelo de intervención tanto en la atención primaria como especializada. En un estudio que se realizó sobre un total de 304 pacientes, a 120, es decir un 39% de la muestra total que acudió a la primera cita, se les indicó la participación  en un programa de psicoterapia cognitivo-analítica como terapia de primera elección  (Watson, 1992).

Este modelo de psicoterapia fue desarrollado específicamente para ser aplicado en contextos públicos, y su estructuración y brevedad resultan idóneas para resolver la mayor parte de problemas atendidos en estos primeros niveles asistenciales. Por lo tanto cualquier tipo de queja psicológica puede considerarse como indicada para ser tratada con este modelo de psicoterapia, a excepción de trastornos psicóticos, trastornos bipolares, trastornos depresivos mayores con síntomas psicóticos, utilización activa de drogas, sintomatología secundaria a patología orgánica, conductas abiertamente psicopáticas y faltas de colaboración, que son las contraindicaciones formales.

La psicoterapia cognitivo-analítica está siendo aplicada actualmente en diferentes settings: en unidades de agudos para tratar a patologías autoagresivas, habiéndose descrito recientemente un modelo ultrabreve de psicoterapia cognitivo-analítica, limitada a 3 sesiones, para aplicar en estos contextos protegidos:

- Para el tratamiento de pacientes con patología autodestructiva (Sheard, 2000)

- En el tratamiento de los trastornos alimentarios (Dennmán, 1995; Daré, 2001)

- Patología médica específica como el asma (Walsh, 2000) y la diabetes tipo I (Fosbury, 1997) y su reciente aplicación a pacientes con patología renal (Thorne, 2004)

- En psiquiatría forense para el tratamiento de pacientes graves que han sufrido abusos sexuales (Clarke, 2000), adultos supervivientes de abusos sexuales (Pollock, 2001) y en la tercera edad (Hepple, 2004)

- Un área especialmente relevante es la aplicación del modelo para el tratamiento de los trastornos de personalidad (Ryle, 1994, 1997, 2000, 2003, 2004; Mirapeix 1999, 2001, 2003, 2004).

Por otro lado la psicoterapia cognitiva analítica también esta ampliando sus indicaciones más allá de su formato individual y está siendo utilizada en formatos de pareja (Ryle, 1991) así como en psicoterapia grupal (Maple, 1995). Ambos protocolos de intervención (de pareja y grupal) están siendo ensayados en el Instituto de Estudios Psicoterapéuticos de Santander.

5.- ASPECTOS TEÓRICOS DE LA PSICOTERAPIA COGNITIVO-ANALITICA

Los orígenes de la psicoterapia cognitivo-analítica se remontan a la aplicación de la técnica de la rejilla (versión española en Feixas, 1996) al estudio de las características psicológicas y del sistema de constructos que tenían los pacientes que seguían un tratamiento psicoterapéutico de características psicoanalíticas (Ryle, 1975). La necesidad de desarrollar un lenguaje común para posibilitar el entendimiento entre las diferentes escuelas psicoterapéuticas fue una aportación importante de una época en la que Ryle (1978) abogaba por una utilización de terminología cognitiva que sustituyese el lenguaje psicoanalítico por términos mucho más cercanos al paciente.

En esa misma época, Ryle tipifica una serie de patrones cognitivos disfuncionales observados de manera sistemática en los pacientes neuróticos investigados que estaban siguiendo tratamiento psicoterapéutico. Estos son los que denominó: trampas, dilemas y pegas (Ryle 1979). Años después,  desarrolló un Cuestionario de Psicoterapia dirigido a la detección de estas distorsiones cognitivas en las primeras sesiones de psicoterapia (ver más adelante).

Las trampas son formas fijas de ver las cosas, que actúan como profecías auto cumplidas pudiendo ser representadas como bucles circulares que se autorefuerzan, de tal forma que están fundamentadas en una cognición - asunción negativa, que implica un patrón de actuación negativo que refuerza de manera automática la primera de las asunciones. Hay diferentes tipos de trampas que vienen recogidos en el cuestionario de psicoterapia del que hablaremos en la parte práctica y que está disponible on-line, pero todas ellas pueden ser representadas de manera diagramática de la siguiente forma:



Los dilemas son elecciones dicotómicas falsas que se plantean de manera polar y que harían coincidir esta descripción de disfunción cognitiva tanto con el pensamiento dicotómico de Beck como con los mecanismos de escisión descritos por los modelos psicoanalíticos clásicos (la relación entre ambos es compleja). En el caso de los dilemas ambos polos de la meta deseada no se pueden conseguir por sus connotaciones negativas. Estas elecciones dicotómicas pueden ser sobre uno mismo o sobre la relación con otro y hay diferentes tipos de dilemas que pueden ser referidos a uno mismo o a la relación con el otro. Estas polaridades dicotómicas se pueden describir en pares que luego van  a poder ser representados diagramáticamente con dicotomías del estilo ó/ó: represión-expresión, seguridad-peligro, gratificación-punición, perfeccionismo-dejación, obediencia-oposicionismo, sumisión-dominación, narcisización-autocrítica, caprichoso-frustración, etc. Todos los anteriores son ejemplos de dilemas relacionados con el manejo del sí mismo; a continuación ofrezco algunos ejemplos de dilemas relacionados con el self y el otro: compromiso-aislamiento, asertividad-inhibición, desconfianza-confianza, sadismo-masoquismo, implicación-distanciamiento, agresor-agredido, despectivo-despreciado, admirado-detestado, cuidador-cuidado.

Las polaridades dicotómicas están siempre referenciadas a esquemas personales y sus roles recíprocos implícitos (ver más adelante). Estos dilemas y los componentes relacionales implícitos están relacionados con distancia y/o peligro, en las que el sujeto o bien se siente solo y en riesgo o la cercanía emocional provoca miedo a la pérdida y/o al daño del self. Dilemas referidos a conflictos con la dependencia, en los que el sujeto se plantea una dicotomía relacionada con el ser fuerte y tener capacidad de dar, o ser  débil y poder sólo recibir. Dilemas relacionados la sumisión, en los que las imposiciones se responden con una obediencia o bien con un sabotaje o dilemas relacionados con el control, en los que el sujeto controla sus sentimientos o teme que se produzca un caos. Por último, hay dilemas referenciados a esquemas instrumentales expresivos relativos a conflictos en el manejo de los  sentimientos derivados del rol sexual. La representación diagramática de los dilemas es como sigue:





Por último, las pegas son conceptualizadas como prohibiciones ante el éxito, es lo que llamamos “síndrome del sí pero”; su origen puede ser externo por el temor a la respuesta de los demás o bien interno por culpa, envidia o prohibición del placer. La representación de las pegas es como sigue:





Las trampas, dilemas y pegas precisaban de un referente teórico que permitiese articular estos constructos para que tuviesen una aplicabilidad clínica, lo cual dio lugar al desarrollo de lo que se consideró la piedra fundamental en la que se sustenta la P.C.A.: el Modelo del Procedimiento Secuenciado (Procedural Sequence Model, P.S.M., Ryle 1991). El PSM (Modelo de procedimiento secuenciado). Se denomina así porque la unidad de estudio es la secuenciación de un procedimiento o el análisis del procedimiento en si.  Un procedimiento describe la forma en que se despliega una serie normal de actos mentales y conductuales encaminados a la consecución de un fin determinado. Esta secuencia cognitiva implica procesos mentales, acción, así como sucesos y consecuencias ambientales. La secuencia  que se sigue en estos procedimientos  encaminados a la  acción podría considerarse como bucles cognitivos repetitivos y realizados por secuencias de operaciones más simples subordinadas a la consecución de objetivos más complejos.

Según este modelo, la secuencia básica de un procedimiento se puede describir en las siete etapas siguientes (Ryle, 1991):

1. Formación de un objetivo en relación con el entorno o con un suceso del entorno.

2. Evaluación del significado personal del objetivo dentro de este contexto. Esto implica tanto un "procesamiento afectivo" inconsciente que indica los significados personales implicados, como procesos cognitivos que tienen relación con la memoria y con la  evaluación de la congruencia del objetivo con otros  objetivos y valores.

3. Predicción de  a) la propia capacidad para conseguir el objetivo y  b) las consecuencias probables  de su logro.

4. Estudio de los medios posibles (subprocedimientos).

5. Actuación.

6. Valoración de la efectividad de la acción y consideración de las consecuencias.

7. Mantenimiento del objetivo, o, por el contrario, modificación o abandono del mismo y confirmación o revisión de los medios.     

Este esquema de 7 pasos desarrollado por Ryle y conceptualizado como el PSM, se representa de manera gráfica en el siguiente dibujo, que nos va a permitir comprender mejor cuál sería la estructura operativa gráficamente representada de los pasos que hemos señalado anteriormente.





A todo acto de percepción, bien sea interno o externo, el individuo le atribuye un significado, el sujeto valora sus propias capacidades con respecto a dicha situación y anticipa las consecuencias que se pueden derivar de sus actos. Toda esta secuencia lineal viene mediada emocionalmente y condicionada por el o los esquemas activados en ese momento.

Como se representa en el dibujo 1,  cada uno de  los  pasos de la  secuencia  hunde a  través de las flechas radiales sus raíces en  las  estructuras centrales de significación o configuración específica e individual de esquemas personales (unidades ocultas de procesamiento en terminología de procesamiento distribuido en paralelo). La psicoterapia  se ocupa pues de ambos niveles: de la alteración en la secuencia del procedimiento (procesamiento lineal) y de las alteraciones producidas en los subniveles de la secuencia (unidades ocultas de procesamiento), derivados de los sesgos producidos por las emociones implicadas, incorporadas a la estructura de esquemas subyacente y a los roles recíprocos implícitos. La relación dialéctica de ambos tipos de procesamiento, es lo que da un auténtico sentido individual a las subrutinas cognitivas disfuncionales tipificadas como trampas, dilemas y pegas, y a cualquier configuración conductual derivada de un procesamiento de información, mediado por los componentes emocionales individuales (Mirapeix, 2000).

Nuestra concepción del funcionamiento psíquico es también modular, pero referida fundamentalmente a los subniveles de procesamiento de información que son los que contribuyen a codificar la información percibida, tanto externa como interna. Los niveles perceptivos, atribucionales y ejecutivos están relacionados íntimamente con los esquemas personales y con el emergente intermedio de los estados mentales (Ryle, 2002) o del modelo de trabajo tal y como lo plantea Horowitz (1999). La modularidad, desde nuestro punto de vista, está sintetizada en los esquemas personales que hunden sus raíces en alguna de las motivaciones descritas por Hugo Bleichmar (1999), pero que están representadas en las cualidades de los esquemas personales referidos a patrones de relación interpersonal en las que se encuentran subsumidas emociones básicas relativas a la envidia, agresividad, colaboración, rivalidad, atracción, búsqueda de protección, dependencia, humillación, etc., de tal forma que las díadas relacionales que constituyen la esencia de los roles recíprocos están asentadas implícitamente en emociones nucleares cuya referencia pueden ser en cierto sentido los módulos motivacionales descritos por Bleichmar.

La concepción que presentamos basada en un complejo modelo de procesamiento de la información, lineal y en paralelo, ayuda a comprender situaciones clínicas en las que la transferencia dominante en un momento dado viene determinada por el estado mental activado que se encuentra vinculado al esquema interpersonal  subyacente y al patrón de relación interpersonal subsumido en los roles recíprocos y asentado en una emoción nuclear básica que articula los patrones de relación y por ende el modelo de relación transferencial, que en un momento determinado puede estar activándose con el terapeuta. Las transferencias pueden ser múltiples en la medida en que las diferentes temáticas abordadas a lo largo de la sesión puedan estar activando uno u otro de los esquemas interpersonales que tenga el paciente, de tal forma que los estados mentales que se activan  a lo largo de la sesión contribuyen a explicar los modelos de transferencia múltiple que secuencialmente se actúan en la relación interpersonal puesta en juego en la terapia y que es comprendida como referida a los roles recíprocos e implícitos en el esquema interpersonal del sujeto y actualizados secuencialmente en los patrones transferenciales actuados en la psicoterapia. La labor del terapeuta consiste en identificar estos diferentes estados mentales y sus referentes relacionales implícitos en los roles recíprocos y en las emociones subyacentes, de tal manera que la identificación, descripción, reformulación y modificación de dichos patrones de relación, contribuya a la reestructuración de los significados y a la modificación de los patrones de funcionamiento del sujeto. Como veremos en la parte técnica, esto no está solo basado en el insight sino en intervenciones que también están dirigidas a la acción.

A medida que la psicoterapia cognitivo-analítica se fue aplicando a casos más complejos se hizo necesaria una ampliación del marco teórico, desarrollando el modelo de los múltiples estados del self. Este fue una evolución en respuesta a las dificultades prácticas encontradas en la comprensión y reformulación del tratamiento de los pacientes con trastornos de personalidad severos. A medida que fue haciéndose patente la utilidad de representar los diferentes roles recíprocos y sus patrones de rol relacional en estados del self separados, se hizo cada vez más necesario desarrollar una conceptualización teórica que describiese la evolución de la estructura que se estaba utilizando (Ryle 1997).

Desde el punto de vista clínico, hay pacientes que se presentan de manera muy diferente de una sesión a otra, por ejemplo marchándose de una de las sesiones de manera cercana y con un estado de ánimo aliviado, mientras que vienen a la próxima resentidos y suspicaces. Éstos pueden ser indicadores de la existencia de estados mentales diferenciados. De manera mucho más directa, hay pacientes que generan confusión en el terapeuta por cambios en su estado mental durante la sesión. En muchas ocasiones esto ocurre sin que exista una evidente provocación y en otras debido a algo que ha dicho el terapeuta o relacionado con el tópico que se está discutiendo en ese momento en la sesión.

La referencia a los desarrollos derivados de la teoría del apego es común en muchas de las terapias actuales. Desde nuestro punto de vista las relaciones de apego están sustentadas en un patrón de relación interpersonal que configura un aprendizaje significativo desde el punto de vista emocional y que es incorporado al repertorio de conductas del individuo en lo referente a las relaciones que establece con el otro. Este patrón tiene una estructura bipolar, dicotómica, basada en la relación yo/otro que se sustenta en una relación dinámica introyectada y estructurada en base a la complementariedad de roles desplegados en la díada relacional original. Los roles complementarios incorporados en este proceso de aprendizaje interpersonal son lo que denominamos roles recíprocos. Estos y su correspondiente carga emocional implícita, sirven de atractor a los componentes del esquema interpersonal que se activa en determinadas situaciones ambientales y que provoca el despliegue de los patrones intrapsíquicos archivados en  los registros de memoria proposicional y procedimental del sujeto. Ambos polos de los roles recíprocos son repertorios conductuales aprendidos, uno por reacción directa vivencial y otro de forma vicaria por identificación. Es decir, cuando un niño es maltratado por su progenitor, la pareja de roles introyectados incorpora los dos patrones conductuales, el patrón de maltratador y la vivencia de maltratado, con lo cual la díada maltratador/maltratado se incorpora al repertorio conductual del sujeto, pudiendo éste comportarse de una u otra forma, en función de cual de los polos del rol recíproco se active en función del contexto y de la relación con otros esquemas interpersonales con los que pueda estar concatenada su activación. De tal forma que podemos decir que el sujeto puede desplegar conductas derivadas de la activación de uno u otro polo de esta díada relacional y esto lo hará de forma voluntaria o automática, y en muchas ocasiones desplegando conductas que están más allá del control consciente, especialmente cuando éstas se refieren a patrones comportamentales vinculados a los registros de memoria procedimental.
La rigidificación  y persistencia de patrones de funcionamiento nocivos y generadores de malestar intrapsíquico e interpersonal están en la base de cualquier comprensión interpersonal de la psicopatología. Por lo tanto una concepción basada en la teoría de esquemas contribuye a una comprensión de la psicopatología con un modelo conceptual unitario, de tal forma que este modelo basado en los roles recíprocos subsumidos en los esquemas interpersonales, debe explicar tanto la conducta normal como la patológica. Esto queda pendiente de un desarrollo futuro, aunque se están dando algunos pasos en lo referido a los trastornos de personalidad y concretamente al trastorno borderline como luego tendremos ocasión de ver.

Los cambios de estado mental están acompañados de alteraciones en el tono de voz y en la postura y pueden venir acompañados de síntomas disociativos. En este sentido pueden ser similares a los fenómenos descritos en los trastornos de personalidad múltiple que revisó Putnan (1996). Cuando se sospechan estados del self separados, los pacientes han de ser entrevistados preguntándoles sobre la posibilidad de reconocerlos y caracterizarlos; muchos pacientes no tienen dificultades en pensar acerca de sí mismos en la forma sugerida, pero puede resultar de ayuda dar al paciente instrucciones y herramientas para poder llevarlo a cabo.

El cambio de los estados mentales es perfectamente detectable en la terapia, de tal forma que en la relación interpersonal con el paciente el terapeuta puede percibir sutiles cambios en el tono emocional, en la conducta verbal y en la no verbal y correlacionado todo ello con reacciones contratransferenciales en el terapeuta, que se resienten ante el tono emocional vinculado al estado mental activado en un momento concreto. Así, los estados mentales activados corresponden a patrones interpersonales que llevan subsumidos los roles recíprocos que activan complejos esquemas interpersonales o asociaciones de los mismos y que vienen asociados con componentes proposicionales y de significado que intentamos tipificar en terapia, como voces intrapsíquicas vinculadas a personajes  y patrones y escenas vividos por el sujeto, y que contribuyen a conformar los mensajes tanto verbales como no verbales de un estado mental concreto. Es necesario diferenciar entre la morfología de los cambios de estado normales y patológicos. Cualquiera puede sufrir cambios en sus estados mentales, pero éstos suelen ser amplios, tolerables, con una transición suave, vinculados al contexto y flexibles en términos generales. Por el contrario, los cambios de estado patológicos son estrechos en cuanto a el número de estados en los que puede fluctuar el sujeto, vinculados a intensas reacciones emocionales, con transiciones bruscas, contextuales en ocasiones  y en otras fruto de fantasmas que se activan a veces de forma poco explicable, y generalmente rígidos e inflexibles.

Desde punto de vista clínico, explorar los cambios en los estados mentales requiere un patrón de entrevista que debe seguir una secuencia en la que se pregunte una serie de cuestiones que pasamos a listar a continuación:

A) Cómo te sientes hacia los otros cuando te encuentras en este estado.

B) Cómo te sientes dentro de ti.

C) Cómo crees que otros se sienten acerca de ti.

D) Cómo juzgas o evalúas o te evalúas a ti mismo en esta situación, en este estado.

E) Qué sensaciones corporales acompañan a este estado.

F) Qué es lo que generalmente tiendes a hacer en este estado

G) Qué es lo que generalmente intentas evitar cuando estás en este estado.

H) Qué es lo que te reconforta en este estado.

I) Cómo consigues salir de este estado

Estos diferentes estados mentales, detectados no sólo clínicamente, sino a través de metodologías de exploración especificas (PSQ-personality structure questionaire y SDP-state description procedure), permiten utilizar unos instrumentos para la detección y descripción de los estados mentales. La utilización de un diagrama secuencial para describir los estados del self separados permite caracterizar cada uno de ellos por su patrón de rol recíproco dominante. Describir las transiciones entre los estados del self tiene la misma función que los diagramas secuenciales básicos en los pacientes menos perturbados, facilita a ambos (al terapeuta y al paciente) reconocer donde están ambos en términos del mapa. Adicionalmente capacita a su vez, a ambos, a mantenerse alerta y conscientes de los aspectos disociados que pudieran estar presentes en el momento actual. En este sentido, ayuda al paciente a ganar control sobre los cambios bruscos y dañinos y es una herramienta crucial en el trabajo dirigido a la integración de los self disociados.

Este modelo y forma de trabajo es muy práctico como base para la autoobservación y el registro de los estados del self, colorear los estados del self y los bucles procedimentales generados desde ellos puede ser útil en muchos casos. Los estados del self más que los procedimientos individuales, pasan a ser el foco de los autorregistros.

La terapia cognitivo-analítica pretende movilizar las capacidades del paciente para su capacidad de autorreflexión y control. El reto principal que nos plantean los pacientes borderline es su tendencia a destruir aquello que necesitan, así como la utilización de su hostilidad para conseguir o defenderse de la vulnerabilidad y la persistencia de su disociación. Las metas terapéuticas sólo se pueden conseguir combinando una relación correctiva (esto es, que no sea colusiva) junto con la dotación al paciente de herramientas conceptuales a través de las cuales incremente su capacidad de autoobservación y comprensión. La co-construcción de sencillos diagramas secuenciales que permitan describir la estructura de los múltiples estados del self del paciente, que hagan tener sentido a sus experiencias disociativas y que permitan describir conexiones entre estos estados del self contradictorios, es un primer paso en el proceso de integración terapéutica y desde el principio le da al paciente una herramienta de mucha ayuda para superar la sistemática disociación con la que funciona (Ryle 1997).

6.- DE LA TEORIA A LA TECNICA:

De la teoría a la práctica

Desde un punto de vista de aplicación práctica del modelo, la estructuración de la terapia, la actividad del terapeuta, los auto-registros, las tareas para casa y la evaluación sistemática de los resultados, son influencias claramente cognitivas (Beck 1979). Si bien el trabajo sistemático con los patrones de relación que el sujeto despliega en la relación terapéutica, el trabajo con la dialéctica transferencia contratransferencia, y la clarificación sistemática de las interacciones en términos de procedimientos de rol, son elementos psicodinámicos relacionales incuestionables, todo esto quedaría en una terapia descriptiva y analítica si no diese la importancia que da a la acción. Entendemos que los problemas no se resuelven si no cambia el comportamiento. Si bien es cierto que la introspección y la capacidad del sujeto de auto-observarse y de ser consciente de sus problemas es una parte importante de los mecanismos de cambio, la objetivación del cambio de conducta y la generalización de este cambio a la vida cotidiana, es un elemento sin el cual no se puede considerar que la psicoterapia haya tenido éxito. Es, por lo tanto, una terapia dirigida a la eliminación  de síntomas y al autoconocimiento, es una psicoterapia auténticamente bio-psico-social y puede ser concebida desde una perspectiva de la teoría de esquemas, donde interseccionan la integración longitudinal y transversal (Mirapeix, 1997).

Un modelo teórico de clara inspiración interpersonal, basado en esquemas y en focalizar en las conductas problema y en los patrones de relación interpersonal aprendidos, debe realizar una evaluación de cada uno de los niveles mencionados y diseñar técnicas de intervención estratégicamente acopladas que modifiquen los focos señalados.

Para ello, la psicoterapia cognitivo-analítica se ha dotado de una metodología de evaluación propia, que permite obtener datos muy profundos y precisos en un breve espacio de tiempo. La presión de la psicoterapia breve no es tal sólo para el paciente, sino también para el terapeuta, cada sesión que pasa es una sesión menos para ambos. En esta línea, ganar tiempo en la determinación de los focos donde intervenir requiere de una tecnología de evaluación muy específica en la cual profundizaremos en este apartado.

A veces puede dar la impresión de que la estructuración del modelo lo hace excesivamente cognitivo, pero la realidad es más compleja. La importancia de los componentes relacionales está presente desde el inicio, de tal forma y manera que los 5 primeros minutos de la primera sesión son claves, en ellos, si el terapeuta esta entrenado, se detectan los patrones relacionales específicos e individuales de cada paciente que se reproducen sistemáticamente en la relación terapéutica. En el proceso dialógico de estos primeros compases de la comunicación terapeuta-paciente están contenidos alguno de los repertorios de rol que va a desplegar el paciente a lo largo de la terapia (Leiman 1997). La detección precoz de los patrones relacionales contribuye a cumplir una primera ley de las psicoterapias basadas en la relación: “no dejarse meter en el rol recíproco inducido”.

Parosmia y Fantosmia: Alucinaciones olfativas

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Las alteraciones cualitativas del olfato son interpretaciones erróneas de percepciones reales (Finelli PF et al; 2008). Estas anomalías olfatorias consisten en la percepción distorsionada de un olor que está presente (disosmia o parosmia) o que no lo está (en este caso lo denominaríamos fantosmia). Ésta última es típica de las enfermedades psicóticas y en general tiene mal pronóstico. Las alteraciones cualitativas del olfato provocan una distorsión perceptiva que hace que olores inocuos nos parezcan dañinos y malolientes o bien que se perciban olores inexistentes (Chacón J et al; 2009). Pueden aparecer en patologías del sistema nervioso central como la epilepsia pero también en trastornos psiquiátricos (las asociadas a determinados trastornos de conducta pueden ocasionar trastornos de la alimentación como anorexia o bulimia), cuadros catarrales e incluso algunos procesos digestivos como la dispepsia (Chacon J et al; 2009).


También existe lo que denominaríamos parosmia fisiológica que sería aquella que nos hace interpretar los olores según nuestro estado de ánimo: el hambre, la saciedad, el estado sexual, el consumo de alcohol, etc puede originar percepciones distintas de un mismo olor (Finelli PF et al; 2008). En otras circunstancias encontramos la denominada cacosmia o percepción de un olor desagradable ocasionado por estímulos originados en el organismo sin existencia de moléculas olorosas en el ambiente (Ropper AH et al; 2007).Éstas se pueden dividir en objetivas y subjetivas. En las primeras el olor es producido por costras fétidas, tejido necrótico o secreciones purulentas en la nariz y son objetivables por un explorador que en ocasiones puede percibir también el olor. En el caso de las cacosmias subjetivas no existe una causa patológica evidente y son difíciles de diferenciar de las alucinaciones olfativas. La diferencia estriba en que las alucinaciones son percepción sin objeto, por lo tanto en las alucinaciones olfativas no habría estímulo alguno (Chacón J et al; 2009).

¿Qué es el trastorno bipolar?

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¿Qué es el trastorno bipolar?
El trastorno bipolar o psicosis maníacodepresiva es una enfermedad mental caracterizada por una alteración del estado de ánimo que se presenta en forma de ataques o episodios de enfermedad que pueden ser de manía, caracterizada por una elevación patológica del humor e hiperactividad; de depresión, con tristeza o melancolía patológicas y, ocasionalmente, en forma de episodio mixto, consistentes en una mezcla de síntomas maníacos y depresivos.
Un aspecto muy importante a tener en cuenta en este trastorno es que tanto los episodios como el propio curso de la enfermedad son farmacológicamente modificables, pudiéndose lograr en muchos casos un control completo de la enfermedad.  
¿A que edad se presenta y con que frecuencia?
Es una enfermedad bastante común, estimándose que la prevalencia-vida, incluyendo los dos tipos principales (tipos I y II) es, según la National Comorbidity Survey, del 1,6 , lo que implicaría, trasladando estas cifras a nuestro país, que unos 600.000 españoles van a sufrir la enfermedad en algún momento de su vida. La prevalencia-mes, según el Proyecto ECA (Epidemiologic Catchment Area) del Instituto de la Salud Mental Nacional americano (NIMH), es de 0,4 , lo que se traduciría en 160.000 los españoles afectados en un determinado momento. Pero si se incluyesen las formas atenuadas de la enfermedad había que considerar unas cifras superiores (3,5 ). La mayoría de las encuestas encuentran una afectación similar en ambos sexos. Su comienzo se sitúa frecuentemente en el inicio de la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta pero puede aparecer también en la infancia. Es rara su aparición por encima de los 50 años (antes de los 50 años han aparecido el 90 de los casos). La manía que aparece por primera vez en la vejez suele tener un origen orgánico.  
¿Como evoluciona?
Una vez que la enfermedad aparece existe el riesgo, ya para toda la vida, de tener recaídas. El número medio de episodios durante los 10 primeros años de la enfermedad es de 4 y se ha descrito un acortamiento de los ciclos de la enfermedad en el curso de su evolución. Un grupo de pacientes, entre el 15-20 de los atendidos en clínicas especializadas de trastornos afectivos, sufren un curso maligno de la enfermedad de al menos cuatro episodios anuales. Este curso llamado de “ciclos rápidos” es sinónimo de mala respuesta terapéutica y de cronicidad.
La duración de los episodios es muy variable, de días a meses o incluso años. Los maníacos son más cortos que los depresivos. Sin tratar, los primeros suele durar unos pocos meses pero los depresivos pueden superar los seis meses. La recuperación suele ser completa, pero en algunas ocasiones los pacientes continúan manifestando sintomatología afectiva de modo persistente agotamiento físico. No suelen darse cuenta de que están enfermos, se sienten mejor que nunca, no aceptan el tratamiento y no entienden porqué los demás tiene otra opinión sobre su conducta, lo que les coloca en situaciones sociales y familiares difíciles. En casos severos puede haber síntomas psicóticos (alucinaciones y delirios).
Episodio depresivo:
Se puede considerar la depresión como el estado opuesto a la manía y viene caracterizada por ánimo triste, pérdida de confianza en sí mismo y enlentecimiento mental (bradipsiquia). Los pacientes tienen la sensación dolorosa de ser incapaces de sentir que sus emociones se han secado y aunque quisieran no pueden llorar. Abatidos por sentimientos de culpa y autoreproches pueden llegar a suicidarse. Carentes de energía, los problemas se hacen insuperables y tienen dificultades en tomar cualquier decisión. El pensamiento esta retardado y la memoria afectada. Se sienten cansados y pesados. Algunos pacientes sufren una intensa ansiedad y se muestran inquietos o agitados. Frecuentemente presentan insomnio en cualquiera de sus fases, aunque en algunas ocasiones existe hipersomnia. Existen variaciones del humor a lo largo del día y su deseo de permanecer en la cama suele ser intenso durante la mañana.
Hipomanía:
Es una forma de manía leve con síntomas similares aunque menos graves y con menor impacto en la vida del paciente.
Estado mixto:
Se presentan síntomas de depresión y de manía al mismo tiempo. El paciente puede sentirse triste y sin energía, pero al mismo tiempo sentirse melancólico.

¿Cuantos tipos de trastorno bipolar se reconocen?
Según el sistema clasificatorio más ampliamente extendido, el DSM-IV, distinguen los siguientes tipos:
Trastorno bipolar I:
El paciente sufre episodios maníacos o mixtos y generalmente, además, depresiones. Con haber sufrido un único episodio maníaco el paciente debe ser clasificado dentro de este grupo. Los episodios suelen ser graves y con frecuencia presentan síntomas psicóticos (alucinaciones o delirios) que plantean problemas diagnóstico-diferenciales con la esquizofrenia.
Trastorno bipolar II:
El paciente sufre exclusivamente episodios hipomaníacos y depresivos (no mixtos ni maníacos completos). Los episodios hipomaníacos son difíciles de reconocer y pasan, con frecuencia, desapercibidos. En estos casos, el paciente busca tratamiento solo en las fases depresivas de la enfermedad por lo que es tratado exclusivamente con antidepresivos y no con estabilizadores del estado de ánimo como sería lo adecuado con el resultado de un agravamiento del curso de la enfermedad.
Ciclotimia:
El paciente ciclotímico sufre períodos de síntomas hipomaníacos y depresivos sin la suficiente gravedad para poder etiquetarlos de episodios hipomaníaco o depresivo. Tiene un carácter crónico y cíclico y el riesgo de asociarse a deterioro funcional, comorbilidad (asociación con otras enfermedades psiquiátricas) y abuso de drogas que suelen ser el motivo que lleva a los pacientes a solicitar atención psiquiátrica.
Trastorno bipolar no especificado:
Es una categoría donde se incluyen pacientes que parecen tener un trastorno bipolar pero no reúne los criterios de trastorno bipolar I, II o ciclotimia. Aquí se incluirían las denominadas “formas atenuadas” de la enfermedad o lo que se ha denominado como “trastorno del espectro bipolar” caracterizado por depresiones severas con algunas características que lo harían incluir entre los bipolares: pacientes con antecedentes familiares de trastorno bipolar, con historia personal de manía o hipomanía producida por los tratamientos, con episodios muy recurrentes, con temperamento hipertímico, características depresivas atípicas (hipersomnia y exceso de apetito), depresiones puérperales, de inicio precoz...
Manía orgánica (debida a enfermedad médica y uso de sustancias):
En estos casos existen pruebas procedentes de la propia historia, del examen físico o datos del laboratorio que permiten pensar que el cuadro expansivo, eufórico o irritable del paciente es una consecuencia fisiológica directa de una determinada enfermedad médica o resultado de una intoxicación o abstinencia por el uso de una determinada sustancia. Suele haber una relación temporal entre el inicio, exacerbación y remisión de la enfermedad médica o el consumo de la sustancia y la alteración del humor.

¿Cuál es la causa del trastorno bipolar?
El trastorno bipolar es una enfermedad de naturaleza biológica compleja de origen familiar, donde otros factores fisiológicos o ambientales contribuyen a desencadenarla: estrés ambiental, falta de sueño, fármacos, drogas…
El factor genético:
Se considera que el trastorno bipolar es de origen familiar como lo demuestran numerosos estudios en este campo: el riesgo de padecer la enfermedad entre los familiares de primer grado de los pacientes con TBPI es 7 veces superior con respecto a la población general y el riesgo de padecerlo en un gemelo monocigótico (aquellos que comparten el 100 de los cromosomas con su hermano) es 60 veces superior a la población general y 3 veces más frecuente que en los gemelos dicigóticos (solo comparten el 50 de los cromosomas). Sin embargo, la concordancia no es del 100 como debería suponerse si solo las causas genéticas interviniesen en la aparición del trastorno, lo que sugiere que otros factores como los ambientales (biológicos o no) podrían interactuar con el riesgo genético.
Se considera que la causa, como en la mayoría de las enfermedades, no se debe a un solo gen y se piensa en términos de heterogeneidad genética: diferentes casos pueden transmitirse por diferentes mecanismos genéticos, y, a veces, necesitarse para su expresión factores ambientales añadidos e incluso haber casos sin determinación genética alguna.
Estudios bioquímicos:
Las alteraciones genéticas serían las responsables últimas de producir una alteración en el balance de determinados neurotransmisores implicados en la regulación del humor como son la noradrenalina, acetilcolina, serotonina, GABA, sustancias encargadas de transmitir los mensajes de una neurona a otra en los circuitos nerviosos que controlan el estado de ánimo (cerebro límbico).
Estudios moleculares:
Estudios más recientes han encontrado disfunciones en los llamados “segundos mensajeros”, moléculas que se encuentran en el interior de las neuronas y que una vez activados por los neurotransmisores, considerados como “primeros mensajeros”, a través de la proteína G (situada en la membrana celular) producen cambios tanto en la membrana celular (capa que cubre la célula) como en el núcleo (cetro de control de la célula), acomodando el funcionamiento de la neurona a su actividad y cuyo desajuste oocasionaría los cambios en el estado de ánimo observados en la enfermedad.
El factor ambiental:
Los pacientes bipolares son más vulnerables al estrés ambiental tanto físico (falta de sueño, cambios estacionales, endocrinos (puerperio), exceso de actividad, consumo de estimulantes…) como emocional (conflictos familiares, problemas laborales…) y pueden precipitar recaídas tanto maníacas como depresivas.
Debe tenerse en cuenta que actúan como factores desencadenantes pero nunca constituyen la causa de la enfermedad.  
¿Cómo se trata el trastorno bipolar?
El trastorno bipolar es modificable farmacológicamente y en muchos casos se puede conseguir el control completo de la enfermedad. Como se trata de una enfermedad altamente recurrente y crónica el tratamiento preventivo indefinido esta casi siempre indicado.
El tratamiento del trastorno bipolar se puede dividir en tres fases o etapas:
· Tratamiento de la fase aguda: dirigido a resolver el episodio agudo de la enfermedad
· Tratamiento de continuación: dirigido a consolidar los resultados del tratamiento de la fase aguda (ej. evitar las recaídas)
· Tratamiento de mantenimiento o preventivo: dirigido a prevenir futuros episodios. 
Modalidades de tratamiento:
· Farmacológico: necesario e insustituible para todos los pacientes
· Educativo: consistente en ayudar a los pacientes y familiares para reconocer, manejar y evitar complicaciones.
· Psicoterápico: dirigido a resolver problemas y afrontar el estrés. Nunca sustituye al tratamiento farmacológico.  
Los estabilizadores del humor (litio, valproato, lamotrigina, carbamazepina y/o oxcarbazepina,),los neurolépticos, preferiblemente atípicos, a los que se empiezan a observar propiedades estabilizadoras, y los antidepresivos constituyen los tratamientos de primera elección en el trastorno bipolar. Otros fármacos, como los ansiolíticos, se utilizan como coadyuvantes para combatir determinados síntomas como la agitación, el insomnio o la ansiedad.
Tratamiento del episodio agudo maníaco:
En la manía leve–moderada debe intentarse la monoterapia con estabilizadores del humor. Los neurolépticos deben ser de elección en la manía psicótica. Algunas guías de práctica clínica empiezan a incluir a los antipsicóticos atípicos como monoterapia en la manía sin distinción de subtipos. En Europa, tradicionalmente, ha habido preferencias por el uso de los antipsicóticos sobre los estabilizadores del humor en el episodio agudo maníaco.
En La manía más grave, el tratamiento será la combinación de estabilizadores y antipsicóticos. Puede ser recomendable, como tratamiento coadyuvante para mejorar la agitación y el insomnio, el empleo de benzodiacepinas (loracepán o clonacepán)
Tratamiento de la depresión bipolar:
El empleo de antidepresivos en la depresión bipolar presenta el problema de favorecer el viraje a la fase maníaca y la recurrencia, hasta el punto de habérseles relacionado, principalmente a los antidepresivos tricíclicos, con el curso de ciclos rápidos por lo que su uso plantea problemas de cuando introducirlo y retirarlo. Por otra parte, deberá tenerse presente la capacidad antidepresiva de los estabilizadores del humor, principalmente de las sales de litio y la lamotrigina de las que existen indudables pruebas de eficacia antidepresiva por lo que se elegirán estas sustancias como tratamiento de primera elección. Si ya estuviese realizando tratamiento con el estabilizador del humor, un ajuste de dosis podría ser la opción terapéutica. Si se decide, debido a la intensidad del cuadro clínico, que debe introducirse un antidepresivo siempre deberá administrarse, junto al estabilizador del humor, eligiéndose aquellas sustancias que sean más seguras a la hora de evitar los inconvenientes antes señalados como los llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotomina (ISRS).
Medicaciones coadyuvantes:
Si la depresión presenta síntomas psicóticos se añadirá al estabilizador y al antidepresivo un neuroléptico atípico (risperidona, olanzapina, quetipina). En casos de insomnio o ansiedad se añadirá una benzodiazepina.
Tratamiento de continuación:
Es la etapa comprendida entre los 2-6 meses después de la resolución de los síntomas agudos y corresponde al período que se supone dura un episodio sin ser tratado. Constituye una época de facilidad de recaídas. El objetivo terapéutico es consolidar la respuesta de la fase aguda evitando la recidiva y el viraje a la fase opuesta.
El tratamiento consistirá en mantener el estabilizador del ánimo empleado en el tratamiento del episodio agudo durante toda la fase de mantenimiento
En los episodios maníacos, la medicación coadyuvante de neurolépticos o benzodiazepinas se irá ajustando durante esta fase a las necesidades del paciente hasta su retirada total.
En los episodios depresivos, el mantenimiento de los fármacos antidepresivos será más breve que en las depresiones unipolares y no deberá sobrepasar los 3 meses. Solo en algunos casos, con frecuentes recaídas depresivas, se intentará mantener la medicación antidepresiva unida a los estabilizadores del humor.
Tratamiento de mantenimiento o profiláctico:
Es la extensión del tratamiento farmacológico con el objetivo de prevenir la recurrencia. Los argumentos a favor de una profilaxis lo más precoz posibles son los siguientes: el trastorno bipolar es altamente recurrente y, una vez que aparece, el riesgo de nuevas recurrencias es de por vida; conforme transcurre la enfermedad existe una tendencia al acortamiento de los ciclos (efecto kindling), a lo que hay que añadir las consecuencias dramáticas en la vida de los pacientes que puede suponer un episodio de enfermedad. También habría que añadir el deterioro cognitivo progresivo que ocurre en el transcurso de la enfermedad, con la aparición de nuevos episodios, y que contribuyen al deterioro funcional del paciente
En resumen, y en el estado de conocimiento actual de la enfermedad, se considera, por la mayoría de los expertos, que la profilaxis debería iniciarse lo más precozmente posible, incluso desde el primer episodio, opinión que cada vez está más extendida.
Tratamiento farmacológico:
Los estabilizadores del humor son la base del tratamiento preventivo. En el momento actual, las sales de litio y la lamotrigina son los fármacos con mayor evidencia de eficacia. Los anticonvulsivantes ácido valproico y carbamacepina/oxcarbacepina son fármacos ampliamente utilizados, aunque no existen estudios controlados de eficacia clínica demostrada en la profilaxis. Sin embargo, la eficacia antimaníaca, la existencia de algunos estudios positivos, la falta de respuesta y la mala tolerancia de las sales de litio en algunos casos han empujado a utilizar los anticonvulsivantes como la mejor alternativa posible como es el caso del ácido valproico.
Tratamientos coadyuvantes:
Las benzodiazepinas, neurolépticos y antidepresivos podrán introducirse en casos de recaídas.
En caso de falta de respuesta se pueden asociar varios estabilizadores del humor.  
Terapéutica electroconvulsiva (TEC):
Se trata de una modalidad terapéutica segura, eficaz y rápida de acción, con menor posibilidad de producir viraje de fase ni agravamiento del curso clínico pero que está infrautilizada por la mala imagen creada por determinadas actitudes ideológicas psiquiátricas y que tuvieron eco en la industria cinematográfica de hace unas décadas. Es de una gran especificidad de acción en los trastornos afectivos tanto en la depresión como en la manía donde es escasamente empleada. Debe considerarse su aplicación en casos de manía y depresión severas (Ej. depresión con síntomas psicóticos), de fracaso del tratamiento farmacológico, de mala tolerancia farmacológica, cuando el estado médico del paciente no permita un tratamiento farmacológico seguro y en el embarazo.  
Hospitalización:
En algunos casos el ingreso será necesario sobre todo en los episodios de manía. Se considerará el internamiento en aquellos casos de presencia de síntomas psicóticos (alucinaciones y delirios), conductas violentas, deterioro del cuidado personal, conductas de riesgo (conducta sexual, manejo de dinero) escasa colaboración en el tratamiento, consumo de sustancias, falta de apoyo sociofamiliar o mal control terapéutico de la enfermedad. La falta de conciencia de enfermedad obligará en algunos casos a realizar el internamiento de forma involuntaria.  
Psicoeducación y psicoterapia:
Psicoeducación:
Debido a que la enfermedad dura toda la vida, es importante que el paciente y su familia sepan en que consiste su enfermedad y como se trata, por lo que es muy importante que el paciente obtenga información de todas las fuentes posibles (libros, conferencias) incluida la información dada por sus propios doctores o terapeutas. Es importante que el paciente aprenda a reconocer los síntomas de inicio de una recaída, que se le escuche cuando plantea problemas con la medicación y que pueda acudir a resolver cualquier problema o cambio relacionado con su enfermedad a su equipo terapéutico.
La participación en asociaciones de enfermos o familiares maníacodepresivos también es de gran ayuda.
El paciente debe aprender a reducir el estrés y llevar una vida estable que incluya el mantenimiento del sueño, a llevar una actividad regular, a no abusar del alcohol ni otras drogas. También se debe prestar apoyo a la familia y personas cercanas al paciente.
Psicoterapia:
Juegan un papel importante en la reducción del estrés que desencadenan los episodios de enfermedad.
La terapia conductual se centra en modificar o favorecer comportamientos que aumenten o disminuyan el estrés y aumentar las experiencias placenteras que permitan mejorar los síntomas depresivos.
La terapia cognitiva se centra en modificar los pensamientos o creencias (cogniciones) pesimistas que pueden facilitar o mantener la depresión.
La psicoterapia interpersonal se centra en la disminución de la tensión que la alteración anímica puede ocasionar en las relaciones sociales.  

NIMH: Trastorno Bipolar (fácil de leer)

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¿Experimenta estados de ánimo intensos?

¿Algunos días se siente muy feliz y con mucha energía y otros muy triste y deprimido? ¿Le duran estos estados de ánimo una semana o más? ¿Le es difícil dormir, concentrarse, o ir a trabajar debido a estos cambios de ánimo?
Algunas personas que experimentan estos síntomas sufren deltrastorno bipolar, una grave enfermedad mental. Lea este folleto para obtener más información.

¿Qué es el trastorno bipolar?

El trastorno bipolar es una grave enfermedad del cerebro. También se llama enfermedad maníaco-depresiva. Los que sufren del trastorno bipolar experimentan cambios de ánimo inusuales. A veces se sienten muy felices y “animados” y mucho más activos que de costumbre. Esto se llama manía. Y a veces los que sufren del trastorno bipolar se sienten muy tristes y “deprimidos” y son mucho menos activos. Esto se llama depresión. El trastorno bipolar también puede provocar cambios en la energía y el comportamiento.
El trastorno bipolar no es lo mismo que los altibajos que experimentan todas las personas. Los síntomas bipolares son más potentes. Pueden dañar las relaciones entre personas y hacer que sea más difícil ir a la escuela o conservar un empleo. También pueden ser peligrosos. Algunos personas que sufren del trastorno bipolar intentan hacerse daño o suicidarse.
Los que sufren del trastorno bipolar pueden obtener tratamiento. Con ayuda pueden mejorar y llevar vidas exitosas.

¿Quién puede desarrollar el trastorno bipolar?

Cualquier persona puede desarrollar el trastorno bipolar. A menudo comienza en las últimas etapas de la adolescencia o al principio de la adultez. Pero también niños y adultos pueden sufrir del trastorno bipolar. Generalmente la enfermedad dura toda la vida.

¿Cuáles son los síntomas del trastorno bipolar?

Los cambios de estado de ánimo bipolares se llaman “episodios anímicos”. Las personas pueden tener episodios maníacos, depresivos, o “mixtos”. Un episodio mixto incluye síntomas tanto maníacos como depresivos. Estos episodios anímicos provocan síntomas que duran una semana o dos y a veces más. Durante un episodio, los síntomas se presentan todos los días durante la mayor parte del día.
Los episodios anímicos son intensos. Las emociones son fuertes y ocurren junto con cambios extremos en los niveles de comportamiento y energía.
Los que sufren un episodio maníaco pueden:
  • Sentirse muy “alegres” o “animados”
  • Sentirse muy “nerviosos” o “alterados/ansiosos”
  • Hablar muy rápido de muchas cosas distintas
  • Estar inquietos, irritados, o “sensibles”
  • Tener problemas para relajarse o dormir
  • Creerse capaz de hacer muchas cosas a la vez y estar más activos de lo común
  • Hacer cosas arriesgadas, como gastar mucho dinero o tener sexo sin cuidado alguno
Los que sufren un episodio depresivo pueden:
  • Sentirse muy “deprimidos” o tristes
  • Sentirse preocupados y vacíos
  • Tener problemas para concentrarse
  • Olvidarse mucho las cosas
  • Perder el interés en actividades divertidas y volverse menos activos
  • Sentirse cansados o sin energía
  • Tener dificultad para dormir
  • Pensar en la muerte o el suicidio

¿Qué causa el trastorno bipolar?

Varios factores pueden contribuir al trastorno bipolar, entre ellos:
  • Los genes, porque la enfermedad es hereditaria
  • La anormalidad en la estructura y función del cerebro
Las causas del trastorno bipolar no siempre son claras. Los científicos están tratando de obtener más información sobre el trastorno a través de estudios. Estas investigaciones quizás puedan ayudar a los médicos a predecir si una persona sufrirá del trastorno bipolar. Algún día, quizás también puedan ayudar a los médicos a prevenir la enfermedad en algunas personas.

¿Puede el trastorno bipolar coexistir con otros problemas?

Sí. A veces los que sufren episodios anímicos muy intensos pueden tener síntomas psicóticos. Estos intensos síntomas pueden provocar alucinaciones (ver u oír cosas que no son reales). Los que sufren manía y síntomas psicóticos pueden creer que son ricos y famosos o que tienen poderes especiales. Las personas con depresión y síntomas psicóticos pueden creer que han cometido un crimen o que sus vidas están destruidas.
A veces los episodios anímicos vienen acompañados de problemas de comportamiento. Una persona puede beber demasiado o consumir drogas. Algunos corren muchos riesgos como, por ejemplo, gastan demasiado dinero o tienen sexo sin cuidado alguno. Estos problemas pueden dañar vidas y perjudicar relaciones. Algunas personas que sufren del trastorno bipolar tienen problemas para conservar su empleo o desempeñarse bien en la escuela.

¿Es fácil diagnosticar el trastorno bipolar?

No. Algunas personas sufren del trastorno bipolar durante años antes de que alguien lo sepa. Esto se debe a que los síntomas bipolares pueden parecerse a varios problemas diferentes. Los familiares y amigos pueden no darse cuenta de que los síntomas de una persona son parte de un problema mayor. Un médico puede creer que la persona tiene una enfermedad distinta como, por ejemplo, esquizofrenia o depresión.
Además, los que sufren del trastorno bipolar a menudo tienen otros problemas de salud. Esto puede hacer que a los médicos les sea difícil diagnosticar el trastorno bipolar. Ejemplos de estos otros problemas incluyen el abuso de sustancias, los trastornos de ansiedad, la enfermedad de la tiroides, las enfermedades cardíacas, y la obesidad.

¿Cómo se trata el trastorno bipolar?

Por ahora, el trastorno bipolar no tiene cura. Pero un tratamiento puede ayudar a controlar los síntomas. La mayoría de las personas pueden obtener ayuda para controlar los cambios de estado de ánimo y problemas de comportamiento. Un tratamiento funciona mejor cuando es continuo y no es interrumpido de vez en cuando.
  1. Medicamentos. Distintos tipos de medicamentos pueden dar buen resultado. Las personas responden a los medicamentos de distintas maneras, así que el tipo de medicamento seleccionado depende del paciente. A veces una persona debe probar distintos medicamentos para descubrir cuáles dan mejor resultado.

    Los medicamentos pueden provocar efectos secundarios. Los pacientes siempre deben comunicarle al médico estos problemas. Además, los pacientes no deben dejar de tomar un medicamento sin consultar al médico. Suspender los medicamentos de repente puede ser peligroso y puede empeorar los síntomas bipolares.
  2. Terapia. Distintas clases de psicoterapia o terapia “de diálogo” pueden ayudar a las personas que sufren del trastorno bipolar. La terapia las puede ayudar a cambiar su conducta y manejar sus vidas. También puede ayudar a los pacientes a llevarse mejor con familiares y amigos. A veces la terapia incluye a los familiares y amigos.
  3. Otros tratamientos. Algunas personas no mejoran con medicamentos y terapia. Estas personas pueden tratar la “terapia electroconvulsiva” o TEC. A veces se la llama terapia de “choque”. La TEC da un “choque” rápido que a veces puede corregir problemas en el cerebro.

    A veces las personas toman suplementos naturales y a base de hierbas como, por ejemplo, Hierba de San Juan o ácidos grasosos con omega-3. Consulte a su médico antes de tomar cualquier suplemento. Los científicos no están seguros sobre cómo estos productos afectan a los que sufren del trastorno bipolar.

    Puede que algunas personas también necesiten medicamentos para dormir durante el tratamiento.

Historia Personal

Jaime sufre del trastorno bipolar
Esta es su historia

Hace cuatro meses, Jaime descubrió que tenía trastorno bipolar. Sabía que es una enfermedad grave, pero se sintió aliviado al descubrirlo, pues tuvo síntomas durante años pero nadie sabía porque. Ahora está recibiendo tratamiento y se siente mejor.
A menudo Jaime se sentía muy triste. De niño no iba a la escuela o se quedaba en la cama cuando se sentía deprimido. En otras ocaciones se sentía muy feliz. Hablaba rápido y pensaba que podía hacer lo que fuera. Jaime vivió así por mucho tiempo, pero el año pasado las cosas cambiaron. Su trabajo se volvío muy estresante. Sentía que tenía más altibajos. Su esposa y sus amigos querían saber qué era lo que le pasaba, pero él les dijo que lo dejaran en paz y que todo estaba bien.
Unas semanas después, Jaime no pudo levantarse de la cama. Se sentía muy mal, y el malestar le duró varios días. Entonces su esposa lo llevó a ver al médico de la familia, quien lo mandó a ver a un psiquiatra. Habló con el psiquiatra sobre como se sentía. Pronto Jaime pudo ver que sus altibajos eran graves. Le diagnosticaron trastorno bipolar y poco después comenzó el tratamiento.
Actualmente Jaime toma medicamentos y asiste a terapia de diálogo. Al principio el tratamiento fue difícil y llevó tiempo, pero ahora regresó a su trabajo. Sus cambios de ánimo son más fáciles de manejar y nuevamente se está divirtiendo con su esposa y sus amigos.

¿Cómo puedo ayudar a un conocido que sufre del trastorno bipolar?

Ayude a su amigo/a o familiar a consultar a un médico para que reciba un diagnóstico y tratamiento adecuados. Puede que tenga que pedir una cita y acompañarlo/a al médico.
He aquí algunas cosas útiles que puede hacer:
  • Tenga paciencia
  • Anime a su amigo/a o familiar a hablar y escúchelo/a atentamente
  • Sea comprensivo/a respecto a sus cambios de estado de ánimo
  • Haga que su amigo/a o familiar participe en actividades divertidas
  • Recuérdele que es posible que el/ella mejore con el tratamiento adecuado

¿Cómo puedo ayudarme si sufro del trastorno bipolar?

Puede ayudarse consiguiendo tratamiento y siguiendolo de manera indicada. Lleva tiempo y no es fácil. Pero el tratamiento es la mejor manera de comenzar a sentirse mejor. He aquí algunos consejos:
  • Hable con su médico acerca del tratamiento
  • No deje de tomar su medicamento
  • Siga una rutina para comer y dormir
  • Asegúrese de dormir lo suficiente
  • Aprenda a reconocer sus cambios de estados de ánimo
  • Pídale a un amigo o familiar que le ayude a seguir el tratamiento
  • Tenga paciencia con sus síntomas. Mejorar lleva tiempo

¿Cómo afecta el trastorno bipolar a los amigos y familiares?

Cuando un amigo o familiar sufre del trastorno bipolar, también le afecta a usted. Cuidar a alguien que sufre del trastorno bipolar puede ser estresante. Usted tiene que saber sobrellevar los cambios de estado de ánimo y a veces otros problemas, como el exceso de bebidas alcohólicas. A veces el estrés puede afectar sus relaciones con otras personas. Los cuidadores del paciente pueden tener que faltar al trabajo o perder su tiempo libre.
Si está cuidando a alguien que sufre del trastorno bipolar, cuídese usted también. Si mantiene su nivel de estrés bajo podrá desempeñarse mejor y podrá ayudar a su ser querido a seguir el tratamiento.

¿Dónde puedo conseguir ayuda?

Si no sabe dónde conseguir ayuda, llame a su médico de familia. También puede buscar por profesionales de la salud mental en la guía telefónica. Los médicos de los hospitales pueden ayudarlo en una emergencia.

Conozco a alguien que está en crisis. ¿Qué hago?

  • Si usted está pensando en hacerse daño o si conoce a alguien que podría hacerse daño, busque ayuda rápidamente
  • No deje sola a la persona
  • Llame a su médico
  • Llame al 911 (servicio de emergencia de los Estadod Unidos) o acuda a una sala de emergencias
  • Llame gratis a la línea de emergencia del suicidio: 1–888–628–9454 para comunicarse con alguien de la Red Nacional de Prevención del Suicidio. El número para las personas con dificultades auditivas es 1–800–799–4TTY (4889)

Contáctenos para obtener más información sobre el trastorno bipolar

Instituto Nacional de la Salud Mental
División de Redacción Científica, Prensa, y Difusión
6001 Executive Boulevard
Room 8184, MSC 9663
Bethesda, MD 20892–9663
Teléfono: 301–443–4513 o
    1–866–615–NIMH (6464)*
Personas con dificultades auditivas: 301–443–8431 o
    1–866–415–8051*
FAX: 301–443–4279
Correo electrónico: nimhinfo@nih.gov
Sitio web: http://www.nimh.nih.gov
*Las llamadas a los números telefónicos que empiezan con 1-866 son gratuitas para quienes viven en los Estados Unidos.
Las fotografías de esta publicación son de modelos y se utilizan solamente con fines ilustrativos.
Publicación de NIH Num. STR 09-3679  NIMH: Trastorno Bipolar

Tratamiento de las psicosis

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Un modelo de tratamiento de la psicosis

Por Luciana Volco - Publicado en Julio 2001Topia.com
Podemos ubicar el año 1947 como punto arbitrario de partida para la historia de la Clínica de Laborde, y de lo que su fundador y director, Jean Oury, llamó Psicoterapia Institucional. 1947 es el año en que Tosquelles, director del Hospital de Saint Alban, solicita a su amigo y maestro Ajuriaguerra que le recomiende dos médicos internos para su Hospital. Ajuriaguerra recomienda a su alumno, aun estudiante de medicina, Jean Oury, quien ya influenciado por los seminarios y las lecturas de Henry Ey, Lucien Bonnafe, del mismo Ajuriaguerra y de Minkowski, llega a Saint Alban y comienza a formarse con Tosquelles. Mas tarde llegará para él la influencia de Lacan.
Pero ¿quién era Tosquelles? Un psiquiatra catalán educado en la cultura rebelde y anarquista de la Barcelona de su época, que se enrola en las milicias antifascistas en 1936. En 1939 cae la República y logra escapar a Francia, instalándose en 1940 en Saint Alban, un hospital de una pobreza aterradora. La realidad de la posguerra imponía su miseria pero al mismo tiempo un clima de gran conciencia colectiva y
solidaridad. Ya funcionaba allí un Club Terapéutico[1] y los pacientes salieron a trabajar (en el mercado negro!). Así fue como el Hospital pudo enfrentar el hambre y la muerte. Por períodos, vivieron en Saint Alban refugiados políticos, y también los poetas Paul Eluard y Tristan Tzara, ligados al movimiento surrealista. En ese clima de posguerra, en esas circunstancias singulares de solidaridad, de inseguridad, de circulación constante, de creación teórica y cultural, de igualdad más allá del estatuto institucional, comienza a gestarse la Psicoterapia Institucional.
II. Psicoterapia institucional, psiquiatría, psicoanálisis
Dirá Oury: «Qué es la Psicoterapia Institucional? es la psiquiatría. Es un simple accidente haberla llamado Psicoterapia Institucional. Se trata de algo que se practicaba desde siempre en algunos ámbitos ». Y agrega: « No hay psiquiatría sin psicoanálisis ni psicoanálisis sin psiquiatría. Allí no hay contradicción, pero eso no quiere decir que se trate de una mezcla »[2]. Es en este cruce entre psicoanálisis y
psiquiatría, sin prescindir de uno ni otra, en el campo que les resulta a ambos extraño y extranjero, aquello que queda por fuera del espacio tiempo recortado de la consulta, es decir, la vida cotidiana (con todas sus dificultades de planificación, organización, puesta en práctica y comunicación con los otros) que aparece lo que fue denominado Psicoterapia Institucional. Que se basa en los principios
del psicoanálisis, adaptados al tratamiento de lo colectivo, cambiando los dispositivos y estrategias pero no la ética que lo sustenta ni los fundamentos de la teoría.
En 1904, Freud afirmaba que: "Las psicosis, los estados de confusión y de desazón profunda (diría: tóxica), son, pues, inapropiados para el psicoanálisis, al menos tal como hoy lo practicamos. No descarto totalmente que una modificación apropiada del procedimiento nos permita superar esa contraindicación y abordar así una psicoterapia de las psicosis"[3]
La Psicoterapia Institucional propone lo que podría pensarse entonces a partir de este texto como una modificación del procedimiento.
Tras su partida de Saint Alban, Oury comienza a contratar gente y a organizar una futura clínica. Se tratará de campesinos, marginales,
refugiados, poetas. Gente que «no encaja », pero a quienes ese trabajo les interesa. Así es como llegan al castillo de Laborde. Este inusual origen dejará su marca: primero están los pacientes, luego vendrá la institución. En 1955 llega Felix Guattari. Su influencia y su trabajo en Laborde merecerían un capítulo aparte; mencionemos simplemente su producción en colaboración con Gilles Deleuze y su lugar de nexo de la clìnica con las dimensiones polìtica y filosófica.
IV. Laborde
Oury, a esta altura psiquiatra, psicoanalista y heredero del trabajo de Francois Tosquelles, será desde la fundación de la clínica su director. Es una clínica privada que recibe de forma gratuita a cualquier ciudadano a través de un acuerdo con el Estado. Se trata de un lugar abierto, que recibe pacientes mayores de edad que se internan por su propia voluntad. Tiene capacidad para 107 pacientes internados y 15 en hospital de día. Los pacientes no están separados por patología ni por sexo, pueden circular libremente por todos los espacios de la clínica y participar de todas las actividades cotidianas, desde atender la central telefónica a hacer los transportes al pueblo, cocinar o participar en tareas de enfermería, además de participar de los diversos talleres que funcionan.
La mayoría de los pacientes son psicóticos, aunque la clínica recibe todo tipo de pacientes que no estén en crisis y que puedan dar su consentimiento para la internación. En teoría no se reciben pacientes de alto riesgo (con ideas suicidas, violentos) debido a las características de apertura total de la clínica, pero se hacen excepciones, sobre todo si se trata de pacientes que ya estuvieron internados allí.
Al ingresar, se le entrega al paciente una carta que informa acerca del funcionamiento de la clínica y expresa de este modo sus principios:
« La Clínica de Laborde trabaja bajo los principios de la Psicoterapia Institucional. Las grandes líneas del funcionamiento son las que este movimiento pone en práctica.
(...) Cada ser humano es a la vez único, singular, pero a la vez un ser social, y sobre todo si esta desocializado. Ambas dimensiones deben ser tenidas en cuenta durante el tratamiento.
De allí la importancia del Club, de sus talleres, que son también lugares de encuentro... encuentro con un material, una técnica, con otras personas.
De allí la importancia también de la libertad de circulación, circulación de un lugar a otro –lo inverso de la errancia- pero también circulación de la palabra.
Cada miembro del personal de Laborde, desde el médico al cocinero, está preparado para acoger la palabra del paciente, lo cual no impide la toma a cargo individual, singular, realizada por una persona fija, tanto a nivel del tratamiento farmacológico como de la psicoterapia mas sutil ».
En su libro «Il donc », Oury plantea que «el análisis institucional es a fin de cuentas el análisis de la alienación social. Todo encierro es alienante, así como (lo son) toda rigidez en los roles y la falta de circulación »[4].
Encontramos entonces en la clínica un abordaje que incluye tratamiento farmacológico y psicoterapia (individual y de orientación psicoanalítica lacaniana). Pero aquello que le da un sesgo singular es lo referente a la organización de la vida cotidiana y del trabajo del personal; y a este trabajo de análisis institucional al que hacíamos referencia. El tratamiento farmacológico y la psicoterapia no difieren
demasiado de lo que conocemos, aunque sí me parece interesante consignar que las relaciones terapéuticas no son impuestas o designadas de antemano sino que se intenta que paciente y terapeuta se elijan mutuamente a partir de una transferencia generada en el contacto cotidiano.
La vida cotidiana se organiza en un clima de flexibilidad hacia todos los miembros del colectivo (es decir, pacientes -nombrados generalmente como pensionistas-, monitores de profesiones diversas -psicólogos, trabajadores sociales, terapistas ocupacionales, enfermeros-, médicos y pasantes). La circulación por los diversos espacios es libre para los pacientes y rotativa para los monitores. Esta
libertad respecto de la organización del propio trabajo (relativa a la organización de horarios, al sector y al tipo de trabajo) parece propiciar el deseo de trabajar. Cada monitor anota su empleo del tiempo en una grilla y luego un equipo tambièn rotativo se ocupa de que todas las tareas sean cubiertas. Estas consisten en: permanencia en las enfermerías de los sectores (en módulos horarios), coordinación de talleres, limpieza y cocina, atención del bar y el kiosco, lavandería, salidas diversas (programadas o urgentes), traslado de y hacia el pueblo, preparación de la hoja del día (suerte de agenda diaria en la que se consignan las actividades fijas y las
extraordinarias día a día); etc.
Ese trabajar aparece muy ligado a un compartir la vida cotidiana, los espacios y tareas comunes, adquiriendo así otro sentido. Es a veces no hacer nada; a veces dejar trabajar al otro, sea quien sea; a veces simplemente garantizar una presencia, un interés, o ceder un lugar. Es a veces renunciar a que las cosas se hagan bien, se hagan «profesionalmente », o a tiempo. A veces es trabajar con el otro o por el otro.
Es un trabajo que va en contra también de la tendencia actual a la especialización y la compartimentalización cada vez más exhaustiva de las tareas y de las personas, amparadas en el argumento de un hacer «profesional ». Pero sabemos que el deseo de trabajar y el deseo de hacerlo con determinados sujetos y no con otros no puede ser protocolizado sin desconocer lo esencial de la transferencia y del trabajo con la psicosis, y que el aferrarse la profesión o al estatuto institucional, no es mas que una resistencia.

V. Preguntas, dudas, cuestionamientos
Las preguntas, las dudas y los cuestionamientos llegaron pasada una primer etapa de fascinación con el modelo y su funcionamiento.
Me era muy difícil además discernir qué tenia que ver con el modelo de funcionamiento y qué con el contexto económico y la
tranquilidad y estabilidad que se derivan de éste. Intercambiar ideas con quienes trabajaban en el pequeño dispensario que la clínica
posee en Costa de Marfil (en un contexto socioeconómico rayano con la miseria) me permitió inclinar la balanza a favor del modo de
organización.
Los primeros cuestionamientos tuvieron que ver con lo que me parecía un ofrecimiento de un mundo en el que todo esta resuelto, como
consecuencia de lo cual casi ningún paciente se plantea la posibilidad del alta (no existen presiones ni estatales ni de la clínica al
respecto). Pero: ¿acaso son «adentro » y «afuera » simples denominaciones geográficas? Si tenemos en cuenta el concepto freudiano
de realidad psíquica y su teoría del funcionamiento del psiquismo y la dificultad en la constitución del Umwelt en la psicosis no
podemos conformarnos con una delimitación geográfica y una concepción lineal del adentro y el afuera. Cada paciente hará un
recorrido propio al respecto, y no se conmina a nadie a «reinsertarse » a cualquier precio. Cabe recordar que esta conceptualización
puede surgir en una coyuntura en la que el lugar ofrecido a los pacientes es un lugar habitable, acogedor, no un hospital en su versión
tradicional o de un lugar de castigo o de convalecencia.
La inexistencia de espacios cerrados, vedados a los pacientes (ni siquiera los seminarios teóricos) y el hecho de que pacientes y
personal compartan los espacios hacen que éstos estén investidos de un modo diferente. Se genera así una mayor comodidad que hace
que den más ganas de estar, de trabajar, pero a su vez una mayor exposición del personal -ya que el tiempo y el espacio no están
limitados a determinadas horas o actividades sino que se va construyendo cotidianamente. Estas coordenadas crean un clima mucho
más espontáneo pero también mucho más agotador.
La heterogeneidad puesta en juego a todos los niveles (composición del personal, de los pacientes, distribución de las tareas) y lo no
previsto de antemano resultan en principio difíciles de soportar, pero son a la vez motor hacia proyectos impensados, actividades
nuevas, cambios en la organización de las tareas.
La retracción libidinal propia de la psicosis nos conduce a pensar en la necesidad de la variada oferta de objetos pasibles de ser
investidos que propone el dispositivo. Si pensamos a la psicosis en su vertiente de dificultad en el lazo social, es decir, del hacer con
otros, del estar con otros, de producir objetos que circulen y sean valorados socialmente, se entiende el porqué de poner tanto énfasis
en la organización de la vida cotidiana y en los intentos de conceptualizar este trabajo sobre la cotidianeidad. Es en función de esta
dificultad que se trabaja en la invención, en la construcción de un modo de estar con los otros, de sostener un encuentro, de producir
objetos.
Ubicando como otra de las grandes dificultades de la psicosis el establecimiento de la consistencia imaginaria del cuerpo, que se
manifiesta como pérdida de la sensación de unidad y difusión de los límites del cuerpo, se entiende también que la clínica intente
ofrecerse como punto de referencia, un lugar que permanece, soporte del intento de inventarse una sensación de unidad través del
tiempo.
Desde el punto de vista institucional, en este momento, el conflicto interno más grave pasa por una escisión del personal en el conjunto
de los monitores, por un lado, y los médicos como grupo privilegiado por otro. Esto aparece sintomatizado en la diferencia entre lo que
cobra un monitor y lo que cobra un médico (aproximadamente 6 o 7 veces más). Este fenómeno aparece en franca contradicción con la
teoría que sustenta una práctica en ausencia de jerarquías, pero a pesar de tratarse de una institución que pretende analizar los
fenómenos imaginarios que se producen en su seno, los sujetos que la integran, al estar implicados en ella, reproducen fenómenos
grupales de rivalidad, preferencia, exclusión, encierro, paranoia, etc.
El replanteo constante del trabajo mismo aparece como necesario, entonces, para no caer en el automatismo, en la abulia o la inercia. Así
como un análisis individual no nos garantiza el arribo a una "normalidad" poco deseable, este trabajo de reflexión sobre el trabajo
mismo, sobre las trampas institucionales, tampoco cura ni inmuniza: debe ser rehecho cotidianamente. El encierro, el anquilosamiento, la
repetición y los fenómenos grupales imaginarios deben ser sometidos a una reflexión continua. De eso se trata el trabajo.
VI. Conclusiones
Psiquiatría, psicoanálisis y Psicoterapia Institucional conviven en Laborde del mismo modo que conviven los heterogéneos miembros de ese particular colectivo. Un pasaje por allí me permitió concebir como posible una convivencia que no es desinterés, mezcla o evidencia de una falta de rigor teórico sino un verdadero esfuerzo teórico y cotidiano de enfrentarse con algunos de los mayores
enigmas de nuestra historia: lo colectivo, la alienación, la locura, el deseo.
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