Los niños nacen inteligentes, eso es luz. Las instituciones son la sombra. El ego lleva a romper la inocencia del niño con deberías. La inteligencia es muy suave, como una rosa. Pero esta fuerza del ego es muy sutil. Esta fuerza es la de la rebelión, la de una actitud insobornable. Uno no está dispuesto a vender su alma.
Los niños saben más que nosotros. Pregunta sobre cosas que no tengan que ver con la información y verás respuestas inteligentes, creativas y frescas.
Rodrigo Córdoba Sanz
